Ahorrar para la jubilación es la nueva moda a nivel mundial




Hacia fines del siglo pasado, una publicidad irlandesa para un proveedor de pensiones intentó hacer atractivo para los menores de 30 años ahorrar para la jubilación. En el aviso en la radio, una voz de una joven contra un fondo de ruido de fiesta decía, “Ese es Vince, él es [pausa] … pensionado”.

Que todos necesitan ahorrar para la jubilación es un mantra que se repite a menudo y que rara vez es cuestionado en el siglo 21, pero a medida que los países en todo el mundo desarrollan sistemas de jubilación basados en el ahorro individual, un poco de cuestionamiento no está demás. Entender mal las cosas en esta etapa arriesga generaciones de jubilados descubriendo que pese a hacer todo al pie de la letra, terminan en la pobreza al final de sus vidas.

Junto con ignorar los métodos menos convencionales desde el punto de vista financiero para asegurar el bienestar en la vejez, como depender de una gran familia al volverse anciano, o comprar una casa, debiéramos mirar de cerca el vehículo de ahorro con beneficio tributario que representa la pensión.

En los últimos años, el riesgo de la inversión se ha desplazado desde los patrocinadores de los planes a los individuos, gente que no calificaría para entender las decisiones de inversión que está tomando.

Este problema no ha pasado inadvertido y hay una serie de maneras de mitigarlo. En Estados Unidos, los empleadores se están volcando a fondos con fechas definidas, que ajustan la distribución de activos de acuerdo a la teoría de que a medida que los inversionistas se aproximan a la jubilación, debieran cambiarse a activos menos volátiles, que impliquen menos riesgo. El concepto está tomando impulso en otros países, bajo diferentes apodos, como fondos de ciclo de vida o de estilo de vida.

Sin embargo, esto no logra hacer frente al tema principal que enfrenta el sector de las pensiones: mucha gente simplemente no está ahorrando lo suficiente para mantener el estilo de vida que esperan tener cuando jubilen. Aunque Australia y Chile han avanzado en hacer obligatorio cierto nivel de ahorro, esta no es una opción popular en la mayoría de los países.

Tradicionalmente, los asesores se han enfocado en el apetito por riesgo, donde el riesgo es definido como volatilidad, y las decisiones de inversión se basan en una combinación de aversión al riesgo y años que faltan para el retiro.

Esto parece razonablemente intuitivo hasta que empiezas a aplicarlo al mundo real. ¿Realmente importa lo que pase con su pensión durante el camino, dado que es lo suficientemente grande para asegurarle un ingreso suficiente? Si el resultado es la prioridad, ¿poner a un ahorrante con aversión al riesgo en un fondo de baja volatilidad no significará un mayor riesgo de que no cumpla su objetivo?

El gestor de inversiones GMO recientemente publicó un paper que identifica este problema y que sugiere un marco que se enfoca en minimizar el déficit de riqueza esperado (donde la riqueza es el monto necesario al momento del retiro para el ingreso deseado tras la jubilación).

Esto hace más obvio lo que debe hacer el ahorrante con aversión al riesgo: ahorrar más, como la empresa que se da cuenta de que necesita poner más dinero en su fondo de pensiones.

Aunque los autores están de acuerdo en que la mayoría de los caminos son razonables manteniendo todo igual, el problema es que las cosas “raramente son iguales”.

La solución de GMO es una distribución dinámica de activos, que se restablece cada año según cuánto se movió el mercado de acciones (y otros activos) por encima o por debajo de las valoraciones históricas.

Si la industria de gestión de inversiones busca no fallarle a millones que dependen de esta para ayudarlos a jubilarse con comodidad, o por lo menos, con seguridad, debe considerar estos problemas y llegar a una solución. La sugerencia de GMO podría no ser la mejor respuesta pero por lo menos está ahí para discutirla.

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© The Financial Times Ltd, 2011.

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