Argentina-Cuidado con lo que deseas
No se puede tener todo al mismo tiempo tratando de normalizar una economía después de décadas de mala gestión.
El escenario de Argentina parece estar cambiando diariamente, y es muy temprano para llegar a conclusiones definitivas sobre el impacto de este momento de crisis tanto en su economía como en sus activos financieros. Sin embargo, veo una alta probabilidad que Argentina puede pasar el "stress test" en términos económicos, pero con un costo político que depende en gran medida del panorama internacional.
La estrategia del "gradualismo" ha sido criticada desde el comienzo de la administración Macri en 2015 y el equilibrio macroeconómico del país ha estado frágil, sujeto a los vaivenes del mercado internacional, que favoreció el país hasta hace muy poco. Sabíamos que el déficit de cuenta corriente ha estado demasiado alto, el déficit fiscal debería haber bajado más rápido, que la inflación debería haber bajado más, el endeudamiento externo ha sido muy rápido. Muchos analistas han criticado el gobierno recomendando una tasa de interés más alta para quebrar la inflación, una reducción de los gastos fiscales más drástica, reformas más profundas, un tipo de cambio más débil para equilibrar las cuentas externas.
Yo me pregunto, ¿cuál hubiera sido la alternativa al "gradualismo"? No creo que un "radicalismo" fiscal y monetario, con el cual los argentinos también tienen experiencia, hubiese obtenido mejores resultados. No se puede tener todo al mismo tiempo tratando de normalizar una economía después de décadas de mala gestión. Pese a los problemas, el balance entre riesgo y retorno para activos financieros argentinos ha estado muy atractivo y con los cambios anunciados lo puede ser de nuevo.
Los trade-offs van a seguir siendo los mismos: No hay inversión sin importaciones de capital, no hay ajuste fiscal sin subida de precios regulados, no hay tasas de interés muy altas sin el riesgo de un tipo de cambio sobrevalorado, etc. El equilibrio entre lo fiscal, lo monetario, lo externo y la actividad no es obvio para comenzar, menos en Argentina y considerando el contexto político.
Los analistas recibimos lo que deseamos y una vez que se asiente el polvo encontraremos un Argentina con un tipo de cambio más depreciado, con una tasa de interés muy alta, con metas fiscales más ambiciosas, y con el crédito y la condicionalidad del programa del FMI como seguro. Para el mercado esto se podría traducir a un país fundamentalmente fortalecido y por ende atractivo, pero con costos políticos para el gobierno y económicos en términos de crecimiento e inflación eventualmente relevantes.
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