Avianca ve a gobierno colombiano como clave en reestructuración
después de que las prohibiciones de viaje generalizadas la obligaran a declararse en bancarrota.
Avianca Holdings SA espera que el gobierno colombiano desempeñe un rol clave en sus esfuerzos de reestructuración, después de que las prohibiciones de viaje generalizadas la obligaran a declararse en bancarrota, según documentos judiciales.
La segunda aerolínea más grande de América Latina, que solicitó protección bajo el Capítulo 11 el domingo, dijo que debido a su importancia en la red de viajes aéreos nacionales de Colombia, el gobierno “puede ser uno de los principales interesados” en su reorganización. Los gobiernos de El Salvador, Ecuador y, potencialmente, Perú, también pueden desempeñar un papel, escribió su director financiero, Adrian Neuhauser, en una declaración a la corte, sin dar más detalles sobre el tipo de ayuda que espera.
El ministro de Hacienda de Colombia, Alberto Carrasquilla, dijo que el gobierno está considerando otorgarle un préstamo a Avianca. Anteriormente había sugerido una participación accionaria, pero pareció descartarlo en una entrevista con Blu Radio el lunes. La aerolínea, que ha dicho que planea continuar volando durante todo el proceso supervisado por el tribunal, tiene aproximadamente la mitad de la cuota de mercado para vuelos nacionales en el país. Opera vuelos frecuentes en rutas como Bogotá a Medellín, que es la más concurrida de América Latina, según OAG Aviation Worldwide.
Avianca, que cuenta con United Airlines Holdings Inc. y Kingsland Holdings entre sus accionistas, solicitó protección de sus acreedores en el Distrito Sur de Nueva York, enumerando hasta US$10.000 millones en pasivos y la misma cantidad en activos. La compañía señaló que no hará los pagos de bonos que vencen hoy lunes.
La aerolínea debió dejar en tierra sus aviones a fines de marzo después de que los gobiernos en todo América Latina cerraran las fronteras para frenar la propagación de la pandemia de COVID-19. Avianca acababa de salir de un año tumultuoso en el que reestructuró su deuda y se embarcó en un plan de recuperación del negocio destinado a ganar rentabilidad, centrándose en los vuelos a través de su centro de operaciones de Bogotá.
En su declaración, Neuhauser dijo que la compañía estaba en camino a la recuperación a principios de 2020, pero que la pandemia paralizó sus operaciones. Avianca “se ha visto obligada a someterse al Capítulo 11 por una razón principal: la pandemia de COVID-19, que ha afectado a la población y las economías del mundo en formas que nunca se han experimentado”.
Reducciones de flota
Desde marzo, los gobiernos han extendido las prohibiciones de viaje, reduciendo los vuelos en la región a un mínimo. La capacidad de vuelo en Suramérica ha disminuido en casi 90% desde enero, según datos recopilados por OAG.
Es poco probable que la industria se recupere, incluso después de que se levanten las prohibiciones. Avianca espera que la demanda sea entre un 20% y un 30% menor que antes de la pandemia. Como resultado, la compañía espera deshacerse de algunos aviones, dijo en documentos judiciales.
Debido a los costos de mantener, asegurar y arrendar las aeronaves, “es probable que Avianca rechace numerosos arrendamientos de aviones al comienzo del caso”, escribió Neuhauser. La compañía estaba operando 143 aviones de pasajeros y 13 aviones de carga a fines del año pasado, dijo.
La quiebra se sentirá ampliamente en el resto de la industria aérea en dificultades, con proveedores de aviones, motores a reacción y servicios de mantenimiento entre los mayores acreedores no garantizados de Avianca. Los documentos muestran que se debe más de US$30 millones a IAE International Aero Engines AG y General Electric y CMF International, cada uno. Se enumeran más de US$28 millones de obligaciones con Rolls Royce Plc.
Al Grupo Lufthansa se le deben US$4,44 millones, a una unidad de Boeing Co. US$3,66 millones y Airbus reclama un total de US$2,83 millones.
Pagos omitidos
Avianca no pagará US$65,6 millones en bonos que llegan a su vencimiento ni intereses de bonos con vencimiento en 2023, dijo Neuhauser en una sesión informativa en línea el domingo por la noche. Los pagos vencen el lunes y la compañía decidió mantener la mayor liquidez posible durante la reestructuración, dijo.
La compañía dijo que solicitó autorización para continuar pagando salarios y honrando los programas de beneficios para empleados, así como pagar a vendedores y proveedores. Tiene la intención de finalizar sus operaciones en Perú, que representa alrededor de 5% de sus ingresos, y hacer despidos en los próximos 10 días.
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