Fondo de exejecutivos de Enersis y Endesa amplía su apuesta en energía solar
Weg-4, de la AGF de Fernando Gardeweg y Eduardo Escaffi, compró en US$ 22 millones la planta María Elena de 72 MW, ubicada en la comuna de Antofagasta, sumando así su tercera central y un total de 170 MW. El plan propuesto a sus aportantes es completar US$ 500 millones de inversión en energías renovables.
El 2 de septiembre, el fondo público de Inversión Weg-4 Energías Renovables concretó la compra del 100% de Generación Solar SpA a Sunedison Chile Construcción SpA, en US$ 22 millones. El único activo de la sociedad adquirida es la central fotovoltaica María Elena, ubicada en la comuna de Antofagasta, con una capacidad instalada de 72 MW, la cual genera 206 GWh de energía al año a través de 226.152 módulos solares distribuidos en 189 hectáreas. La planta había sido construida en 2015 con un costo de US$ 190 millones.
¿Quién está tras Weg-4? Weg Administradora General de Fondos S.A., constituida en 2015 por dos conocedores del mercado eléctrico y el mundo financiero: Fernando Gardeweg y Eduardo Escaffi, exgerentes de finanzas de Endesa y Enersis respectivamente, junto a Felipe Bosselin, Guillermo Arriagada y Jaime Bulnes. Los mismos socios participan en Weg Capital, que presta servicios de finanzas corporativas, estrategia empresarial, asesoría en inversiones de activos alternativos y en la colocación de deuda privada. Esta firma a su vez creó WegE −sumando como socio a Gonzalo Peña−, unidad de negocio que participa en inversiones en infraestructura en Chile, por cuenta propia o mandatada por clientes; asesora la compraventa de activos de infraestructura de energía y otros, y en la búsqueda de oportunidades de adquisición. En 2020-2021 tuvieron un breve paso por la propiedad de la termoeléctrica Guacolda.
Escaffi cuenta que la idea original era que la AGF operara fondos públicos que invirtieran en el ámbito inmobiliario, así es que crearon consecutivamente tres para ese rubro: “Los dos primeros son muy parecidos; están dedicados a la compra de contratos de leasing habitacional, básicamente para personas que usan subsidio habitacional, máximo alrededor de 2.200 UF; el tercero es de renta inmobiliaria: compramos departamentos en el rango de precios de 2.200 UF a 2.500 UF y los arrendamos”.
Pero hacía rato que estudiaban el sector eléctrico: en 2019 estimaron que se daban las condiciones para ingresar a las energías renovables y crearon Weg-4. “Junto con Gonzalo Peña −socio de WegE− desarrollamos la idea de aprovechar la transición del mercado hacia las energías renovables y logramos el apoyo de importantes inversionistas como Atlántica Sustainable Infrastructure, que invierte en ERNC en varios países. En febrero fue galardonada con la distinción Clase Bronce en el Anuario Global de Sostenibilidad S&P 2022, que solo obtuvieron dos empresas servicios eléctricos que cotizan en la bolsa en Estados Unidos. Es el principal aportante del fondo, con 34,7% a diciembre de 2021 (en el tope del 35% que puede concentrar un inversionista no institucional en un fondo público), a través de Atlantica Investments Limited. “Ellos se interesaron en nuestro plan y a la fecha somos su inversión más significativa en Chile”, destaca Escaffi.
El otro gran aportante es Penta Companía de Seguros de Vida, con 29,7% (el tope para las compañías de seguros es de 30%). A ellos se sumaban otros 40 aportantes a fines de 2021 según consta en la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), entre ellos Inversiones FH Engel; Inversiones Francoitalianas SpA; Larraín Vial Corredora de Bolsa, BTG Pactual Chile Corredores de Bolsa y Vittorio Corbo y Asociados Limitada. Pero acaban de sumarse dos compañías de seguros, que están tramitando las formalidades.
La operación es la tercera planta adquirida por el fondo Weg-4, con lo que totaliza 170 MW en operación y representa 2,5% del total de capacidad instalada en energía solar en Chile. En abril de 2020 adquirieron el Parque Fotovoltaico San Pedro III, ubicado en Calama, con una capacidad instalada de 58 MW; y en enero de 2021 el Parque Fotovoltaico Doña Carmen, en La Ligua, de 40 MW.
La nueva inversión se inscribe en su estrategia de adquirir centrales que enfrentan problemas financieros y trabajar con los bancos para reestructurar la deuda, pues “la experiencia de los socios y del equipo en el rubro da confianza a los acreedores de que sabremos gestionar el negocio”.
Su plan es comprar más plantas de ERNC, ya que la propuesta que hicieron a sus aportantes es alcanzar los US$ 500 millones de inversión en los siete años de duración estipulados, con dos prórrogas de dos años cada una. Si bien la idea es ir tomando las oportunidades que se presenten, independiente de las tecnologías, principalmente serán fotovoltaicas para aprovechar las economías de escala: “Manejar tres centrales es más barato que una”, explica el ejecutivo. Sobre todo porque con la profundidad que ha alcanzado el rubro fotovoltaico chileno (hace 20 años existían solo cuatro generadoras grandes y hoy son 350 de distintos tamaños) se ha desarrollado un ecosistema de servicios que permite subcontratar mantenimiento, operación, chequeo comercial y todo lo que se necesite.
Y este mercado crecerá aún más en la medida que se incorporen las tecnologías para almacenar esta energía. “Hoy se abre un espacio significativo con la posibilidad de incorporar baterías a estas centrales, pero el alto nivel de congestión es muy crítico en el norte grande: sale el sol y las centrales fotovoltaicas empiezan a producir, pero no existen suficientes líneas de alta tensión para sacar esa energía, lo que hace que los diferenciales de precios entre el día y la noche no bajen de US$ 100 (hace apenas dos años ese diferencial no pasaba de US$ 20). Esto llegó para quedarse porque siguen entrando inversiones. Hace dos años había 5.500 MW de potencia instalada de solares y hoy estamos en 7.000 MW y vienen otros 1.500 en camino. Y el único proyecto relevante de líneas de alta tensión es Kimal-Lo Aguirre, que se espera que entre en 2032″, explica el ejecutivo.
“Estamos orgullosos haber logrado cerrar esta operación el viernes anterior al 4 de septiembre (día en que se votó el plebiscito sobre la nueva Constitución), porque muestra el nivel de compromiso de nuestros inversionistas con el desarrollo del sector eléctrico chileno”, destaca Escaffi.
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