Productividad cae entre 3,4% y 3,6% en 2022 y vuelve a tendencia de mediano plazo
El presidente de la Comisión Nacional de Productividad, Raphael Bergoeing, recordó que “la mayor productividad de un país permite tener salarios reales más altos y mayores ingresos fiscales que financian más y mejores servicios públicos".
Tras un fuerte incremento en 2021, impulsado por variaciones cíclicas de corto plazo, la Productividad Total de Factores (PTF) vuelve a acercarse a la tendencia de desaceleración que muestra desde hace al menos 15 años. Eso es lo que reveló el Informe Anual que publicó la Comisión Nacional de Productividad este miércoles.
De acuerdo a este informe, la productividad para la economía agregada (que incluye al sector minero), se contrajo entre 3,4% y 3,6%, y entre 2,1% y 2,4% para la economía no minera (excluye sector minero), revirtiéndose en parte las ganancias en productividad observadas durante la pandemia (2020-21).
Según se desprende del documento, esta cifra revela una normalización posterior “al anómalo incremento observado en 2021, el cual fue producto de las condiciones excepcionales en que se desenvolvió nuestra economía durante la pandemia”, puntualizan.
Además, el documento enfatizó que desde el 2000, y conforme a las mediciones de la comisión en sus Informes Anuales, se ha constatado una desaceleración sostenida de la productividad en Chile, con una contribución al crecimiento promedio anual de tan solo 0,1%.
El presidente de esta instancia, Raphael Bergoeing, sostuvo que si bien “en el crecimiento del PIB influyen relevantemente el empleo y el capital (factores productivos), hay una parte principal de ese crecimiento económico que se asocia a la productividad, donde otros elementos (más bien intangibles), como los asociados al conocimiento en el mercado laboral, el nivel de competencia en los distintos mercados y el uso de tecnología, la determinan. Pero estas variables son típicamente no observables por lo que la productividad debe ser estimada”, detalló.
Bergoeing recordó que “la mayor productividad de un país permite tener salarios reales más altos y mayores ingresos fiscales que financian más y mejores servicios públicos. Esto habilita a las personas a tener acceso a más tiempo libre y a bienes más variados, de mejor calidad y a menores precios. Adicionalmente, una mayor productividad permite generar mayor producto con el mismo nivel de insumos, lo cual resulta ser relevante dada la actual discusión sobre reducir las horas laborales a 40 horas semanales”, precisó.
A modo de ejemplo, agregó que “en la década de 1990, el crecimiento promedio anual de la productividad estuvo en torno a 2,3%. Hipotéticamente, de haberse mantenido este ritmo, el país tendría un nivel de ingreso per cápita superior al actual en un tercio”.
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