Posibles efectos en el Tribunal Constitucional

El fallo del Tribunal Constitucional que ha trascendido sobre la ley que fortalece al Sernac, da cuenta de que el TC ha ponderado las advertencias que se formularon en el debate parlamentario: que las nuevas atribuciones del Sernac, aunque varias de ellas fueran consensuadas o de amplio acuerdo, infringían una serie de normas de la Constitución en relación con el debido proceso y la separación de poderes, así como respecto de las facultades normativas, de fiscalización y de sanción.

En este sentido, el TC, más allá de la unanimidad que pueda haber habido en el Congreso, está obligado a analizar la legislación en función de la Ley Fundamental. El Gobierno tiene razón al sostener que se ha afectado al corazón del proyecto, pero esto sólo revela que ese núcleo estaba mal concebido.Más allá de esto, resultan preocupantes las reacciones que se han detonado a nivel de los parlamentrios. En particular, que la Comisión de Constitución haya advertido que, tras el revés del proyecto del Sernac en el TC, citará al presidente del organismo, Iván Aróstica, para que explique los fundamentos del fallo, no debe pasar inadvertido. Además, la mencionada comisión avanzó un paso más y, de manera transversal, acordó revisar las facultades del TC.

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Estos dos hechos -sin importar su concreción- lesionarían gravemente la institucionalidad del organismo, toda vez que el deber del Tribunal Constitucional es el control preventivo constitucional de los proyectos, fuera de cualquier intervención política o partidista.

De avanzar estos requerimientos de los parlamentarios, se pone en riesgo la facultad normativa del TC y se atenta contra la independencia declarada del organismo.