Viena se convierte en un refugio urbano para la supervivencia de las abejas




La Catedral, la Ópera y hasta una refinería de petróleo en Viena se han convertido en un hogar más seguro para las abejas que las zonas rurales, donde el uso de pesticidas y la decreciente diversidad de flores amenaza a estos insectos.

"En contra de lo que la gente piensa, los últimos estudios aseguran que la miel de las ciudades puede ser incluso mejor que la del campo, porque aquí las abejas polinizan plantas sin contaminar, que no tienen pesticidas", asegura Félix Munk, presidente de la organización de apicultores urbanos "Stadt-Imker". Desde hace ocho años, esta asociación trabaja para preservar la vida de un insecto cuya población ha descendido de forma alarmante en los últimos años.

"Hace diez años, salías al campo con el coche y tenías que limpiar el parabrisas de tantas abejas que había, ahora apenas hay. En el 80% del área de Austria no se encuentran abejas porque están muertas", lamenta Munk.

"Que desaparezcan las abejas de miel no deja de ser un problema comercial, pero es que en Viena hay 200 especies de abejas salvajes que proteger, tenemos un gran trabajo que hacer", añade el apicultor.

En 2011, la ONU publicó un informe en el que alertaba de la desaparición de abejas en Europa, Estados Unidos, Australia, Japón, Asia y el norte de África.  Según el documento, la muerte del insecto se debía al ácaro varroa, una plaga que mata a las abejas, y por la contaminación, el cambio climático y la agricultura industrial.

"El problema principal no es la varroa, que solo afecta a las abejas de miel, sino la agricultura industrial", destaca Munk, quien denuncia que el uso de pesticidas y la práctica de monocultivos "son mucho más peligrosos que la acción del parásito". Por culpa de los monocultivos, las abejas no encuentran los diferentes tipos polen que necesitan para sobrevivir.

Ante este panorama, los tejados y jardines de la gran ciudad suponen una buena alternativa para su supervivencia.  Más allá de la producción de la miel, el objetivo de los ecologistas es fomentar la supervivencia de las abejas silvestres, las más amenazadas.

Cada colonia de abejas tiene entre 80.000 y 100.000 abejas en verano, que producen entre 15 y 20 kilos de miel. Sorprendentemente, uno de los lugares dónde más miel se produce es junto a la refinería de Viena, gestionada por la empresa OMV.

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