A Brasil ¡en auto!
En tiempos de vuelos low cost, los largos viajes por tierra siguen vigentes. Nada como una aventura en familia o entre amigos en automóvil para llegar hasta Brasil, el destino de este verano. No sólo es posible sino, sobre todo, entretenido y lleno de paisajes distintos. Aquí, dos alternativas para un recorrido inolvidable.
A la hora de los recuentos, los largos viajes en automóvil suelen ser los recuerdos más grabados en la mente de los viajeros, sean familias o amigos. Las conversas que se generan al interior del auto, la elección del "hit" musical que escucharemos una y mil veces pero que inevitablemente después nos traerá recuerdos, las paradas al baño o a comer algo -que siempre terminan siendo amenas y con un espacio para "chanchar" o darse un gusto-, la detención para la foto de rigor, para estirar las piernas y sentir recogimiento ante el sonido del viento, ante el más absoluto silencio o a la maravilla del paisaje que tenemos enfrente, sin duda son momentos que sólo lo permiten los recorridos de largo aliento.
Para muchos chilenos, experiencias de este tipo hacia el norte o el sur del país suelen ser las más recurrentes. Sin embargo, hay una ruta larga pero sumamente interesante que nos lleva a un destino al que solemos llegar casi siempre en avión: Brasil. Arribar, por ejemplo, a Río de Janeiro no sólo es una locura posible, sino, por sobre todo, es una aventura entretenida, con paisajes diferentes y atractivos escenarios. A pesar de que significa enfrentar extensas jornadas en carretera, es una travesía placentera para los que gustan de recorrer por tierra y manejar.
Aunque hay varias opciones para llegar a Brasil -como cruzar por el norte, Salta y Paraguay-, les mostramos los dos circuitos más recomendables para llegar en auto hasta Río de Janeiro o Florianópolis. Uno, pasando por las espectaculares Cataratas de Iguazú y otro, llegando a Buenos Aires y recorriendo Montevideo y Punta del Este, en Uruguay.
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Recorrido a Río de Janeiro.
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Santiago a Río, con cataratas (aprox. 3.900 km)
Manejar sin parar desde Santiago a Río de Janeiro exige más de 3.700 km y unas 46 horas sin detenerse un minuto. Una locura, si pensamos que la idea es disfrutar el viaje, bajarse un rato donde uno quiera y, por supuesto, dormir en las noches. Para tener una idea: de Santiago a Puerto Montt hay poco más de 1.000 km y hasta Iquique, casi 1.800 km, por lo que hablamos de largos trayectos.
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El Pan de Azúcar recibe a quienes llegan hasta la popular Río de Janeiro. Foto: Embratur
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Los conocedores recomiendan el circuito desde Santiago pasando por las localidades argentinas de Mendoza, Río Cuarto, Federación e Iguazú y, en Brasil, la ciudad de Curitiba. Es decir, con recorridos diarios de no más de 800 kilómetros, para que el desplazarse sea una aventura y no una tortura.
Lo ideal es que la primera jornada no sea muy intensa, especialmente porque el cruce de la cordillera, incluidos los trámites en aduana, puede resultar un poco pesado, aunque los paisajes cordilleranos y el tramo entre Uspallata y Mendoza -que son casi lunares, con colores ocres de gran belleza- hacen más grato el andar. En Mendoza conviene recargar combustible, hidratarse y comer algo, pero seguir camino inmediatamente rumbo a San Luis (unos 600 km desde Santiago) o Río Cuarto (unos 850 km), ambas urbes con variado alojamiento, restaurantes buenos y baratos y bastante comercio. San Luis tiene unos 180.000 habitantes, es una ciudad industrial y cuenta con una curiosidad muy valorada por el turista: ofrece wifi gratis en todas sus zonas. Ubicada entre sierras que suelen ser muy visitadas, la ciudad es un excelente sitio para hacer escala.
Si por el contrario deciden seguir, Río Cuarto (al sur de la provincia de Córdoba) es la opción para detenerse a dormir. Como muchas ciudades grandes argentinas (tiene más de 150.000 habitantes), su oferta para el turista es contundente, especialmente en el centro con una animada vida nocturna. Si la idea no es reiniciar el recorrido apenas amanezca, vale la pena darse una vuelta por el parque Sarmiento o caminar por el centro histórico.
El segundo día de viaje debería tener como meta Federación (nueve horas desde Río Cuarto, casi 800 km) y una pasada rápida por la bella Rosario, con el gran río Paraná, sus puentes, humedales y más de un millón 200 mil habitantes.
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El balneario de Ilhabela, en la región de Sao Paulo, es uno de los destinos favoritos de los turistas. Foto: Embratur
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Federación es un municipio emplazado en los márgenes de una gran represa del río Uruguay. Tiene apenas 16.000 habitantes, vive en gran parte del turismo y cuenta con un estupendo parque acuático con varias piscinas y centros termales que ameritan una estadía un poco más prolongada, especialmente para reponer energía para el próximo trayecto: Puerto Iguazú y Foz do Iguacú, en Brasil, que son unas 10 horas un tanto difíciles, pero con lindos y boscosos paisajes.
En las Cataratas de Iguazú, uno de los paisajes más imponentes de todo este viaje, conviene sin duda visitar ambos lados, el argentino, con Puerto Iguazú, y el brasileño, con Foz do Iguaçu, para captar la majestuosidad de los 275 saltos de agua en todo su esplendor. Alojamiento hay para regodearse, así como también restaurantes, supermercados y tiendas para abastecerse. Recomendables son visitas al Parque de las Aves y al Macuco Safari.
La siguiente jornada implica otras ocho horas de lindo recorrido hasta Curitiba (630 km), llamada ciudad modelo por su gran cantidad de espacios verdes y por ser una referencia mundial en planificación urbana. Imperdibles son el Jardín Botánico, el Bosque Alemán y la Ópera de Arame. Si quiere olvidarse del auto un rato, Curitiba cuenta con una Linha Turismo, buses que recorren las principales atracciones turísticas.
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Los flamencos abundan en el Parque de las Aves, en Iguazú. Foto: Embratur.
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El último tramo para llegar a Río implica un esfuerzo final de unas 10 horas y 840 km, pasando por la megaurbe de Sao Paulo. Si prefiere realizar el camino que bordea el Atlántico, llamada la costa paulista, es del todo recomendable, pero sumará aún más horas al recorrido, aunque también es posible alojar en balnearios como Guarujá, Maresias, Ubatuba o Ilhabela, entre varios. Siguiendo la otra ruta, la carretera -o rodovía, como dicen los brasileños- que conecta Curitiba y Río de Janeiro es la BR-116 y está en muy buenas condiciones, claro que con peajes algo caros.
En Río de Janeiro, sus atractivos naturales son deslumbrantes. Este 2020, Río fue declarada capital mundial de la arquitectura por la Unesco. La combinación de patrimonio histórico y bellezas naturales, sumados a una vibrante actividad cultural, la convierten en una ciudad irresistible, y a la que siempre se quiere regresar.
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Recorrido a Florianópolis.
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De Santiago a "Floripa", por Punta del Este (3.320 km)
Este segundo recorrido incluye el paso por Uruguay y por Florianópolis y sus playas. Desde Santiago la ruta incluye un recorrido más horizontal hacia el Atlántico y no tan diagonal como el anterior, con el paso por las provincias y ciudades argentinas de Mendoza, San Luis, Junín, Buenos Aires, Zárate y Gualeguaychú, y las uruguayas Mercedes hasta Montevideo y el atractivo balneario de Punta del Este.
Las nuevas escalas serán en el estado brasileño de Rio Grande do Sul, donde se ubican las ciudades de Pelotas y Porto Alegre. Nuevamente se pasa por Curitiba para llegar luego a la meta: la vibrante Florianópolis, en Santa Catarina.
La primera jornada puede ser hasta San Luis (600 km, aproximadamente, ver recorrido anterior) o, preferentemente hasta Junín que es de más largo aliento, ya que son 1.140 km y casi 13 horas, es decir, no recomendable con niños, adultos mayores o personas ansiosas. En ambos puntos hay variado alojamiento, comercio, restaurantes y todo para abastecerse. En todo caso, si se opta por dormir en San Luis, son 800 km los que separan a esta ciudad de Buenos Aires (unas nueve horas) en un camino en buen estado entre pampas y grandes extensiones, y desde Junín son sólo cuatro horas hasta la capital (275 km).
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El Gasómetro de Porto Alegre es un activo centro cultural. Foto: Embratur.
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Desde Buenos Aires a Gualeguaychú, subiendo hacia Uruguay, hay menos de tres horas (230 km), para continuar y cruzar el río Uruguay y la frontera con ese vecino país, hasta Mercedes. Es un recorrido corto, que posibilita llegar a Montevideo de un tiro sin agotarse. En total son 577 km de capital a capital y alrededor de seis horas y media en auto. Si la idea fuese irse directo a Punta del Este, sin pasar por Montevideo, se ahorran varios kilómetros, pero se pierden varios atractivos, como la Rambla, las librerías o comerse un chivito en el mercado. Desde Buenos Aires a Punta del Este son 700 km y unas 8 horas y media. Disfrutar aquí uno o más días sin duda le aportará un sabor especial a este viaje, pero a diferencia de casi todo el recorrido, vale la pena reservar alojamiento con anticipación porque este balneario es un destino caro.
Desde Punta del Este a la frontera con Brasil -Puente Internacional Barón de Mauá- hay 344 km, es decir, unas cuatro horas y, hasta Pelotas, casi seis horas. Si prefieren llegar a Porto Alegre de una vez, hay que salir temprano desde Uruguay, ya que son casi 9 horas de recorrido (734 km) desde el balneario de Punta del Este.
Porto Alegre es una interesante ciudad con ejemplos de arquitectura bávara y una vibrante vida cultural. Un recorrido breve por la zona céntrica puede incluir la Catedral y el Gasómetro, una central termoeléctrica que se transformó en un centro cultural de grandes dimensiones. De Porto Alegre a Florianópolis es una jornada corta de viaje: cinco horas y 460 km que nos dejarán en uno de los mejores destinos del sur de Brasil. Además de ser una de las ciudades con mejor calidad de vida en ese país, la capital de Santa Catarina es una isla cercada de naturaleza: 45% del territorio está catalogado como área de preservación ambiental. "Floripa", como también se la conoce, es un polo de senderismo con 50 recorridos señalizados y de diversos grados de dificultad. Lagoinha do Leste, Ilha do Campeche, Praia da Joaquina, Praia do Rosa, Jureré, Porto Belo y Praia dos Ingleses están entre las más celebradas de las 42 playas de la isla.
DATOS
* En general, las carreteras en Argentina y Brasil están en buenas condiciones. Hay varios tramos que son de una vía por lado, por lo que hay que manejar con precaución. Y, a diferencia de lo que por años se popularizó, los controles policiales en ambos países son habituales, por lo que es recomendable no sobrepasar los límites de velocidad y cumplir con las leyes del tránsito.
* La vacuna contra la fiebre amarilla no es obligatoria, pero sí recomendable para viajar a algunas zonas de Brasil.
* Para viajar en auto de Chile a Brasil se necesitan cédula de identidad o pasaporte vigentes, papeles del auto (documentos de propiedad) y un seguro vigente en Mercosur para el auto. Si viaja con niños y no viajan ambos padres, se requiere un permiso notarial.
* Pasos fronterizos: hay que pasar por varios de ellos, por lo que hay que informarse de todo lo necesario para realizar los trámites de ingreso y salida del país. www.pasosfronterizos.gov.cl
* El precio del combustible en Brasil varía entre US$ 1,10 a 1,30 por litro. En Argentina parte en US$ 0,955 a 1 el litro.
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