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Brian Deer: "Las publicaciones médicas son muy poco fiables"

El periodista que destapó el fraude científico que intentó vincular a la vacuna tres vírica con el desarrollo de autismo, dice que la falsificación en las investigaciones médicas es mucho más intencional de lo que se podría imaginar, pero nadie está dispuesto a comprobar su veracidad. Esta semana participará en la Conferencia de Cultura Científica de la UNAB.


Pero Deer no está enfocado en los animales. Lo suyo es, desde hace años, la industria farmacéutica y biomédica. En 2004 publicó en el diario inglés The Sunday Times una investigación donde deja al descubierto que el famoso estudio realizado por el médico inglés Andrew Wakefield y publicado nada menos que en The Lancet, que relacionaba por primera vez la vacuna triple vírica (Sarampión, Paperas y Rubeola) con el autismo, era un fraude. En siete de los doce casos expuestos en ese estudio, los trastornos habían aparecido antes de que los niños hubieran sido vacunados y no después.

¿Quién financió la investigación de Wakefield?

The Lancet admitió que la investigación de Wakefield era un fraude. ¿Cómo explica usted que aun así los grupos antivacunas se mantengan vigentes?

¿Cómo impactó este caso en la credibilidad de las investigaciones médicas?

El establishment médico en Inglaterra estaba muy poco feliz con mi investigación porque expuso lo fácil que es publicar investigaciones falsas en revistas científicas.

¿La gente cree ciegamente en estas publicaciones?

¿Puede la gente común comprobar la verdad de la una investigación médica?

No, no puede. Los datos siempre son anónimos y aparecen solo en un lugar. Yo investigué a un científico que fabricó investigaciones sobre la seguridad de las píldoras anticonceptivas. En la mayoría de los casos, las mujeres estudiadas ni siquiera existían. Por lo general, tú puedes esperar que un periódico como La Tercera sea más confiable que las publicaciones médicas. Si tu periódico tiene una historia importante, otros medios intentarán obtenerla también, así que hay una verificación en tiempo real que continúa. Si dices que un avión se estrelló o que Brasil venció a Chile en fútbol, otros periódicos tendrán eso también. Esto no ocurre en la medicina. Todo lo que el lector tiene son palabras y figuras en una página. Normalmente no tienen forma de comprobarlo.

¿Cuál es la lección más importante de este caso?

¿Quién perdió?

¿Qué ganó usted?

¿Es posible afirmar que el fraude es una realidad en las investigaciones médicas?

¿Piensa que en estos días hay otros casos como el de Wakefield?

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