Couve
Foto: Lorena Palavecino

Camila Couve: "Recordar a los padres con sus fragilidades los hace entrañables"


Su infancia como hija única de la pareja formada por el pintor y escritor Adolfo Couve y la ilustradora infantil Marta Carrasco. Esa historia fue la que dio vida a la novela Estampa de niña, que la escritora chilena Camila Couve publicó en 2018. El libro, que se desarrolla básicamente en su hogar infantil, muestra a un padre distante que se dedicaba a crear sin importarle mucho lo que pasaba a su alrededor. "Para mí, la realidad y la ficción tienen una genuina alianza que se manifiesta en la memoria. La infancia fue una sola, sin punto de comparación. Es la visión de esa niña, yo sólo la describo", explica la autora en relación con el padre que aparece en su libro.

Otros pasajes de la novela muestran al pintor y escritor en distintos roles: luchando contra su depresión, comprando vestidos o una muñeca gigante para su hija, o rompiendo todos los platos de la casa. Camila Couve sostiene que revisitar a este padre famoso y respetado no fue necesariamente más difícil que si hubiera hecho el mismo ejercicio con un hombre anónimo: "Es difícil siempre hablar de otros y de uno mismo para que los demás se asomen a mirar; no tiene que ver con el ser alguien públicamente conocido; dejas de estar 'expuesto' si hablas desde tu experiencia de manera honesta".

-¿Por qué presentar este lado más oscuro, inestable de tu padre?

-No lo presenté yo, lo presentó la niña del libro; supongo que así lo vivió. Yo sólo escribí en su nombre.

-¿No temiste cambiar el recuerdo que se tiene de él a nivel público?

-A mí me parece que es un homenaje a su padre y a su madre; al contrario de lo que se cree, recordar así a los padres, con fragilidades, con temores, con cualidades humanas, hacen de ellos personas cercanas y entrañables.

-Después del libro -del proceso de recordar esa época, escribirlo, publicar, escuchar los comentarios de los lectores-, ¿cambió en algo la manera en que recuerdas a tu padre?

-No lo sé, no lo he pensado. El libro es algo independiente de mi vida hoy; mis pensamientos están concentrados en el presente, en otras cosas.

-En la novela muestras una relación que no era fácil. Si tu padre hoy leyera la novela, ¿qué crees que te diría?

-Tendrías que preguntarle a él, yo no puedo decirte qué diría él, aunque estuviera vivo. Para mí las relaciones con las personas que me importan se modifican constantemente y eso es porque siempre nos estamos moviendo; cambian las circunstancias, cambian las épocas, se difumina el pasado, aparece el futuro, uno no sabe mucho más que eso.

Si bien el libro no incluye muchos buenos momentos con su padre, quien se suicidó en 1998, Camila Couve dice que estos sí existieron. Lo define como un hombre "muy divertido, que hacía reír mucho, era irónico y muy gracioso, con un lenguaje rapidísimo y muy imaginativo".

-Recordar pasajes de tu infancia para armar este libro, revisitar esos años viviendo con tu padre, fue un proceso doloroso o no?

-Fue bonito constatar que estos pasajes de mi vida estaban tan bien dibujados en mí; guardados, pero intactos. Como fotografías en un álbum viejo.

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Estampas de niña

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