Columna de sismología: Cuando tiembla en Magallanes
Normalmente en Magallanes no se habla mucho de sismos. Pero la verdad es que tiembla, y harto más de lo que creemos. Esta columna trata sobre eso. Nadie está libre de terremotos en todo Chile continental.
El 17 de Diciembre de 1949 el suelo en la patagonia comenzó a moverse de manera muy brusca. Un terremoto de magnitud cercana a M 7.5 azotó Magallanes. Y seguramente, mientras en Punta Arenas se empezaban a sentir las ondas del sismo, un grupo de arquitectos simplemente no podía creer lo que estaba pasando. Estaban haciendo uno de los ridículos más grandes de sus vidas.
Los sismos en Magallanes parecen ser algo raro. De partida, el contacto entre placas no es entre la de Nazca con la Sudamericana, sino que entre la placa Antártica y la placa Sudamericana, y más hacia el sur la tectónica de placas se vuelve más complicada, ya que la placa de Escocia se interpone entre la Antártica y la Sudamericana. Pese a esta complejidad, la velocidad con que se mueven las placas es mucho menor que más hacia el norte, por lo que no se generan tantos sismos, ni estos son tan potentes, como en esa región. Es por eso que históricamente los sismos en Magallanes son algo de lo que usualmente no se habla demasiado.
Pero tiembla, y más de lo que uno pensaría. De hecho, en la patagonia hay un sistema de fallas bastante grande, que genera sismos, aparte de los que se arman por la subducción. También hay volcanes en la zona, porque la región está realmente muy activa. Los volcanes de los Andes Australes incluyen a el Lautaro, el Monte Burney, el Reclus, y el Fueguino, cuyas últimas erupciones fueron en 1979, 1910, 1908, y en 1820, respectivamente. Ninguna de ellas fue muy explosiva, aunque por el difícil acceso a muchos de estos volcanes, la verdad es que no sabemos demasiado sobre ellos.
El gran sistema de fallas de la patagonia se llama Falla de Magallanes. Es un sistema bastante grande, y muchos sismos más bien superficiales se generan allí. Eso si, las magnitudes no suelen ser grandes, por lo que muchas veces no son sentidos por las personas que viven en las ciudades más grandes no suelen sentirlas. Muchos sismos se ven cerca de volcanes que, si bien no están haciendo erupción, sí están activos. Esta foto, que está alterada del trabajo de Armando Cisternas y Emilio Vera muestra los sismos que hubo hace ya unos 20 años, entre 1997 y 1988, en puntos rojos. Hartos sismos, ¿no?
Sin ir más lejos, en Enero de este año hubo un sismo de magnitud 4 cerca de Punta Arenas, y hace unos años ocurrió un terremoto de magnitud M 6.6 debajo del fondo marino de Tierra del Fuego. Es cierto, suena a muy poco en comparación con lo que ocurre hacia el norte, pero es lo que pasa cuando las placas no se mueven tan rápido: no se acumula tanta tensión tan rápido, y luego tiembla menos.
Pero Magallanes sí ha sufrido de sismos más potentes. Los dos más recientes ocurrieron en 1879 y 1949. El primero, que golpeó la madrugada del 2 de Febrero de 1879. La magnitud de ese terremoto ha sido estimada en el rango Mw 7 a Mw 7.5. Al parecer no hubo reportes de daños, muertos, o heridos. Quizás por la poca población de la región en la época. Pero cuando faltaban 5 minutos para las 3 de la madrugada del 17 de Diciembre de 1949, un ruido sordo aterró a muchas personas de la patagonia. El sismo tuvo una magnitud estimada en M 7.5, y está vez si que generó daños: varias estructuras en Punta Arenas fueron afectadas, incluyendo el faro del Cabo San Pablo, que se inclinó en unos 15 grados. El epicentro del sismo, al parecer, estuvo cerca de la Falla de Magallanes. En los días que siguieron al terremoto, las réplicas generaron derrumbes, que sí llevaron a más daños, e incluso 3 muertos.
Una semana antes del terremoto, un grupo de arquitectos de Punta Arenas escribieron una enojada carta al gobierno. Ocurrió que en 1942 se estableció la primera norma de construcción sismo-resistente en el país. Claramente una excelente idea en un país como Chile. Pero en Magallanes muchos sentían que la ley no tenía sentido, ya que atacaba algo que no era una necesidad allí, lo que los limitaba en su quehacer. Así que después de años de quejas, estos arquitectos decidieron enviar una carta al gobierno central, pidiendo que esa ley se reevaluara para Magallanes, declarando a la región como zona asísmica, donde no hay riesgo de sufrir un terremoto.
Imaginen como tuvieron que haberse sentido estos arquitectos cuando el suelo comenzó a moverse, como nunca lo habían sentido, una semana después de haber enviado la carta.
Es que el planeta a veces nos juega malas pasadas. Y en el caso de Magallanes, no nos viene mal recordar que, aunque haya menos sismos, de todas formas se pueden tener terremotos importantes. Y eso es muy relevante.
Cristian Farías Vega es doctor en Geofísica de la Universidad de Bonn en Alemania, y además profesor asistente en la Universidad Católica de Temuco. Semanalmente estará colaborando con La Tercera aportando contenidos relacionados a su área de especialización, de gran importancia en el país dada su condición sísmica.
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