¿Cómo es el núcleo de la Tierra y por qué nos afecta?
El núcleo interno del planeta es uno de los lugares más desconocidos y complejos para la ciencia. Y ahora, un reciente estudio descubrió que el corazón de la Tierra habría frenado su velocidad y además podría girar en sentido contrario en los próximos años. ¿Qué significado tiene eso? ¿Cómo impacta eso en la vida de la superficie terrestre? Esto es lo que han podido hallar los especialistas.
¿Qué es lo que hay dentro del centro de la Tierra?
Por casi toda la existencia de la humanidad, esa es una de las incógnitas científicas que más ha costado despejar.
Ha sido durante los últimos años que los especialistas recién han tenido unas ideas más remotas de lo que podría haber dentro y cómo funciona.
Sin embargo, ir directamente al núcleo del planeta es algo que no se ha podido hacer. Los estudios que han llegado más lejos ha sido a 12 kilómetros de profundidad, mientras que el núcleo de la Tierra está a más de 5.000 kilómetros.
Pero esa perspectiva podría cambiar ahora. Recientemente, se reveló un nuevo estudio de la Universidad de Pekín en China que podría dar nuevas luces de lo que está sucediendo en el corazón del planeta y la manera en que eso afecta a los seres vivos.
En resumen, los científicos a cargo del estudio han podido ver que el centro de la Tierra estaría desacelerando su rotación y también podría empezar a girar en el sentido contrario.
¿Qué simboliza el freno del núcleo? ¿Cómo podría afectar eso al planeta? Acá, una parte de lo que pudieron descubrir los científicos.
Viaje al corazón del planeta
Antes del descubrimiento realizado por la Universidad de Pekín, habían ciertos aspectos que la ciencia había podido indagar sobre el centro de la Tierra.
Lo que se sabe es que la estructura del planeta está compuesta por tres partes: la corteza (superficie), el manto y el núcleo de la Tierra.
En el caso del núcleo, se ha conseguido conocer que es una esfera giratoria de hierro y níquel que posee un radio de 1.221 kilómetros. Con respecto a su temperatura, ésta podría alcanzar los 5.400ºC. Eso quiere decir que el núcleo está cerca de ser tan caliente como el Sol, cuya temperatura es de 5.700ºC.
Tiempo antes, se habían realizado estudios que determinaban que lo que separa el núcleo del resto de la Tierra es una capa de metal líquido, lo que vendría a ser algo así como un núcleo exterior.
En breve, eso permite que el núcleo interno pueda girar por sí mismo, independiente de cómo gira el resto del planeta.
Qué ha cambiado en el núcleo interior
Durante años, los científicos de la Universidad de Pekín, Song Xiaodong y Yang Yi, estuvieron investigando la naturaleza de las ondas sísmicas producidas por los terremotos. Se supone que ese era el objetivo inicial, pero se encontraron con un fenómeno mucho más profundo.
Al estar sondeando cómo se comportaban esas ondas, descubrieron que la rotación del núcleo central del planeta se estaba ralentizando. No solo eso, sino que también que ha estado girando en una dirección y más adelante podría girar hacia el lado opuesto.
Según lo que pudieron identificar los expertos, la última vez que el núcleo del planeta modificó su dirección sucedió en la década de 1970. El giro debería cambiar a mediados de la década 2040, dice el estudio.
El impacto de las transformaciones en el núcleo
Es evidente que lo que está sucediendo al interior del núcleo del planeta tiene efectos directos en la corteza terrestre, es decir, en la superficie donde residen los seres vivos. Se sabe que podría impactar en la navegación y también en cuánto dura el día, aunque esto último sería más bien de forma imperceptible para los humanos.
El motivo de que sea imperceptible se vincula con el campo magnético. En general, la Tierra está girando en el espacio y al mismo tiempo el núcleo metálico también va rotando. Y esos desplazamientos crean en conjunto un campo magnético que envuelve al planeta.
Precisamente, es el campo magnético de la Tierra lo que permite resguardarla de, por ejemplo, la radiación que emite a diario el Sol.
El campo magnético también impacta en el nivel de rapidez con el que el planeta puede girar en su eje, es decir, la duración de los días.
Antes, ya se había podido determinar que los días pueden tener una duración distinta en toda la existencia de la orbe. Por ejemplo, cuando los días se vuelven mucho más lentos que otros, es tan solo una fracción de milisegundo lo que cambia.
Aunque eso podría parecer poco relevante, de todas formas significa un gran impacto: hasta ahora se han requerido de 26 segundos bisiestos desde los años ‘70 para conseguir la hora exacta en los relojes.
Una de las conclusiones a la que ha llegado la ciencia es que la rapidez con que el planeta rota sobre su propio eje ha ido modificándose a lo largo de su existencia, a causa del cambio en la dirección del núcleo interior.
Si bien el estudio de los científicos Song Xiaodong y Yang Yi permite tener una nueva perspectiva sobre lo que sucede en el centro de la Tierra, algunos expertos indican que tanto ahora como a futuro se debe continuar con los estudios sobre este tema.
Es el caso de John Vidale, geofísico de la Universidad de California en Estados Unidos, quien si bien deja en claro que “algo está pasando” en el núcleo interior, también apunta a que se requieren más análisis para llegar a una conclusión sustentada. “Lo determinaremos, pero puede llevar una década”, dijo a BBC.
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