Con diseños de Irán y componentes de China: la fábrica secreta que alimenta la guerra de drones de Rusia
Una investigación periodística reveló nuevos detalles de la fábrica de Alabuga y su importancia en la producción de drones para las tropas rusas.
Durante los últimos meses, Rusia ha intensificado su ofensiva con drones no tripulados contra Ucrania, hasta el punto en que hay ciudades del territorio que reciben ataques prácticamente a diario.
Un recuento de datos de CNN, realizado a partir de los reportes de las fuerzas armadas de Kiev, asegura que pasaron de unos 400 ataques en mayo a más de 2.400 en noviembre de 2024.
De la misma manera, en diciembre del mismo año se produjeron al menos 1.700.
Los drones no tripulados y de visión en primera persona (FPV, por sus siglas en inglés) han adquirido protagonismo en conflictos armados, debido a factores como que son considerablemente más económicos que otros sistemas y pueden cumplir con diferentes labores, dependiendo del modelo.
Estas van desde realizar tareas de vigilancia hasta otras como efectuar ataques directos.
Tanto para las fuerzas rusas como para las ucranianas han adquirido una relevancia fundamental en el conflicto.
En el caso de Rusia, para continuar con su invasión militar a gran escala en el territorio ucraniano.
Por su parte, las tropas de Ucrania los han utilizado para contrarrestar la ofensiva dirigida por el Kremlin.
En medio de un escenario en el que la guerra se ha extendido por casi tres años —desde el pasado 24 de febrero de 2022— , una investigación del citado medio reveló nuevos detalles sobre la expansión de una fábrica secreta que proporciona drones a Rusia.
Qué se sabe de la fábrica secreta de drones de Rusia
Se reporta que la planta ubicada en la zona económica especial de Alabuga —en la región meridional de Tatarstán— aumentó su producción de aviones no tripulados de ataque y vigilancia de diseño iraní.
También que, para su fabricación, están utilizando una serie de componentes provenientes de China.
Y, además, que están contratando a mano de obra poco calificada para llevar adelante la producción.
Según informa CNN a partir de la revisión de registros y evaluaciones de agentes de inteligencia de defensa ucranianos, se trata principalmente de adolescentes rusos y mujeres africanas.
Fuentes consultadas por el citado medio que hablaron bajo condición de anonimato —por motivos de seguridad— aseguraron que dicha fábrica también está produciendo miles de drones “señuelo”.
Estos son llamados de esa manera porque están diseñados para agotar las defensas adversarias, lo que puede contribuir a que sus dispositivos de ataque efectivamente lleguen hacia sus objetivos.
Imágenes satelitales revisadas por especialistas reflejan que se construyeron dos edificios adicionales en las instalaciones de la planta.
Junto con ello, se aumentó la seguridad del lugar.
Al ser consultados sobre estas operaciones, el Ministerio de Defensa ruso y las autoridades de Alabuga no respondieron a las solicitudes de comentarios de CNN.
La zona en la que se encuentra la fábrica está ubicada a unos 965 kilómetros al este de Moscú y se creó originalmente en 2006, con el objetivo de atraer a empresas occidentales.
Sin embargo, según reporta CNN, muchos de los inquilinos se fueron luego de que estallara la guerra en febrero de 2022.
La situación llevó a que la zona pasara a enfocarse en la producción militar y a que parte del emplazamiento fuese ampliado para contribuir a las operaciones de este tipo, según reflejan las imágenes satelitales.
Documentos filtrados por el grupo de ciberinteligencia ucraniano InformNapalm detallan que, a principios de 2023, Rusia e Irán firmaron un acuerdo de 1.750 millones de dólares para que pudieran fabricar los drones Shahed iraníes dentro del país.
Previamente, tras el inicio de su invasión a gran escala en Ucrania, los habían importado.
Los archivos revelan que Alabuga es actualmente la principal planta de producción del avión no tripulado Shahed-136. O Geran-2, como es llamado en Rusia.
El acuerdo entre Moscú y Teherán considera que puedan producir 6.000 unidades de estos drones antes de septiembre de 2025, según rescata CNN a partir de los documentos filtrados.
Aún así, se sugiere que Rusia ya superó la cifra establecida en dicho contrato.
Las fuentes de inteligencia de defensa ucranianas aseguraron que la fábrica produjo 2.738 drones Shahed en 2023 y que, entre enero y septiembre de 2024, produjo 5.760.
Si se consideran tales números, ya habría producido al menos unos 8.498.
Desde el Institute for Science and International Security, con sede en Estados Unidos, han seguido las operaciones de la fábrica desde 2022.
Presumen que los 6.000 drones que estipulaba el acuerdo con Irán se fabricaron un año antes de lo previsto, aproximadamente.
Su fundador, el exinspector de armas de la ONU, David Albright, declaró al citado medio que “se están moviendo rápido y lo estás viendo en todas las industrias de producción militar de Rusia”.
“Ellos mismos no están fabricando el material de alta tecnología, importan lo que necesitan para hacerlo, pero son capaces de impulsar la producción de cosas que son más fáciles de fabricar, y los drones fundamentalmente no son tan difíciles”, aseguró.
Las fuentes de inteligencia de defensa ucranianas dijeron que los drones “señuelo” que salieron de Alabuga fueron diseñados para parecerse a los Shahed.
Un asesor de la organización de investigación con sede en Estados Unidos, CNA, afirmó a CNN que “los militares rusos descubrieron relativamente rápido que las defensas aéreas ucranianas pueden ser bastante capaces de derribar la mayoría de los Shahed”.
Por eso, agregó Samuel Bendett, “Rusia necesitaba un arma, un sistema que básicamente pudiera presentar multitud de objetivos falsos para los defensores ucranianos”.
Ahí, los “señuelos” pueden ayudar a despistar y facilitar que los drones de ataque lleguen a sus objetivos.
Los dispositivos no tripulados de ese tipo también son conocidos como “Gerbera” y Rusia tenía previsto fabricar alrededor de 10.000 para finales de 2024, según precisaron las fuentes de inteligencia ucranianas.
Añadieron que los costos de producción de uno de esos es aproximadamente 10 veces menor, en comparación con un Shahed.
Aunque según las Fuerzas Armadas de Ucrania alrededor de un 5% de los Shahed —o drones similares— alcanzaron sus objetivos entre agosto y octubre, los esfuerzos se han complejizado cada vez más.
Qué tan importante es para Rusia su fábrica secreta de drones
La fábrica de Alabuga es calificada como la principal responsable de la producción y suministro de drones Shahed para las tropas rusas.
El Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos publicó, en junio de 2023, una imagen satelital que mostraba el complejo e identificaba dos edificios dedicados a la fabricación de estos dispositivos, según aseguró el organismo.
Posteriormente, documentos internos obtenidos por el Institute for Science and International Security confirmaron la ubicación y la relevancia de dicho establecimiento para sus fuerzas.
El análisis de imágenes satelitales realizado por CNN refleja que, entre marzo y septiembre, aparecieron dos nuevos edificios adicionales junto a los reportados por Estados Unidos.
Albright dijo al citado medio que no se tiene claridad sobre las funciones que cumplen dichos espacios.
Sin embargo, precisó que se encuentran dentro del área de seguridad que rodea a los dos originales, por lo que podrían cumplir con fines relacionados a las mismas operaciones.
Junto con ello, entre junio y septiembre, se iniciaron obras para construir lo que parecen ser pasarelas elevadas que conectan los edificios nuevos y los levantados previamente.
Por qué los drones de Rusia cuentan con componentes provenientes de China
Las fuentes de inteligencia de defensa ucranianas aseguraron que, entre septiembre de 2023 y junio de 2024, 34 empresas chinas “cooperaron” con la fábrica de Alabuga.
Acusaron que firmaron contratos por alrededor de 96 millones de dólares, en lo que serían esfuerzos del gigante asiático para apoyar a Rusia en medio de las sanciones internacionales y los altos costos asociados a la invasión.
Aseguraron que tales compañías suministraron piezas, materiales y equipos de producción para la fabricación de drones no tripulados.
También dijeron que una de esas firmas entregó equipos de interferencia para reforzar la seguridad de la fábrica ante ataques de drones ucranianos.
Asimismo, precisaron que los Gerbera se basan en un prototipo chino de una empresa llamada Skywalker Technology, que además facilita “kits” para construirlos.
Denunciaron que en mayo firmaron un contrato por 2.000 de esos kits y en julio la empresa ofreció suministrar otros 8.000.
Desde Skywalker Technology tampoco respondieron a la solicitud de comentarios del citado medio.
A pesar de que se han encontrado componentes electrónicos chinos en dispositivos utilizados por las tropas rusas, desde Pekín han sostenido que nunca han proporcionado armas letales a ninguna de las partes de la guerra en Ucrania.
Al ser consultados sobre este reporte, la oficina del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino dijo a CNN que su país mantiene una “postura objetiva e imparcial sobre la cuestión de Ucrania”.
Enfatizó que el gigante asiático “controla estrictamente la exportación de bienes de doble uso para usos militares y civiles”.
Por otro lado, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, declaró al citado medio que los drones fabricados en Alabuga han tenido un impacto en el campo de batalla y la implicación de China es una preocupación.
“Hemos dejado claro a los chinos que, aunque no están proporcionando ayuda letal, están vendiendo componentes, incluidos componentes de drones”, subrayó.
Cabe recordar que el país norteamericano sancionó a dos empresas chinas que se presume que están implicadas directamente en el desarrollo y la producción de drones de largo alcance para las tropas rusas.
Asimismo, decenas de empresas con sede en China han sido sancionadas por suministrar a Rusia productos y componentes de doble uso que pueden usarse para fabricar armas. Incluidos drones no tripulados.
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