Concetta Antico, la artista que puede ver 100 millones de colores
La australiana-estadounidense pasó parte de su vida sin saber que tenía una “supervisión”, aunque desde pequeña había tenido una estrecha relación con los colores y la pintura.
Aunque en ocasiones pasan inadvertidos, los colores tienen una influencia tremenda en la vida cotidiana de los seres humanos: permiten memorizar situaciones u objetos, expresar las emociones e incluso se cree que podría estimular sensaciones térmicas y el apetito.
Sin embargo, no todos logran ver de la misma manera. En el mundo hay individuos que pueden observar un espectro de colores que es imperceptible de captar para el común de las personas.
¿La razón? Tienen una mutación genética llamada tetracromatismo.
Es el caso de Concetta Antico, quien desde su infancia en Australia tuvo una relación estrecha con el mundo de los colores. Cada tonalidad vivaz que iba viendo en su vida, especialmente cuando estaba en la naturaleza, la plasmaba en sus pinturas.
Sin embargo, pasaron años para que se enterara de que tenía esa habilidad única. Cuando ya estaba viviendo en San Diego, Estados Unidos, y se había convertido en profesora de arte, Antico decidió exhibir sus proyectos a sus alumnos. Les preguntaba por algunos tonos, pero ellos no lograban notarlos.
También había otra señal importante: se dio cuenta de que su hija tenía daltonismo, afección que se caracteriza por no poder diferenciar ciertos colores. Como había leído investigaciones sobre cómo los hijos de personas con tetracromatismo estaban mucho más expuestos a ser daltónicos, comenzó a sospechar.
Tras una serie de pruebas, Antico logró confirmar que ella había nacido con una “supervisión”.
En términos sencillos, la gran mayoría de las personas posee tricromatismo, donde hay tres conos de visión que permiten capturar los tres colores primarios -verde, rojo y azul- y sus variaciones. Por otro lado, los individuos con tetracromatismo tienen cuatro conos que dejan ver más variaciones, a causa de una mutación genética que contribuye al desarrollo de la retina.
Se estima que los tetracrómatas podrían ser capaces de ver hasta 100 millones de colores.
Cómo es tener tetracromatismo
Antico contó en una entrevista con Infobae que esta mutación genética fue lo que provocó que dedicara su vida al arte.
Según la australiana-estadounidense, la pintura al óleo ha sido su método para hallar “la paleta de colores definitiva”. Gracias a ella ha podido llevar a la realidad lo que sus ojos observan en su entorno.
“Me emociona producir lo que observo porque es una forma de capturar el mundo de una manera que durará para siempre”, contó al medio.
Como el común de las personas, Antico también tiene claro cuál es su color favorito: el verde. Asegura que, en el caso de los tetracrómatas, el verde siempre tiene gran importancia porque tiene matices infinitos.
“Lo que le diría a la gente es que no se limiten a ver el color verde, sino que miren de cerca y traten de encontrar las sutiles variedades que hay en ese color”, dijo.
Vivir con esta condición es muy beneficioso, pero también un lado más molesto. La profesora cuenta que puede percibir con mucha facilidad partículas de polvo, los atuendos que no combinan en lo absoluto o cuando una persona mayor está pasando por un mal momento de salud, ya que identifica que la tonalidad de su piel no es normal. Esa última experiencia, según la artista, puede ser un poco “desagradable”.
“Desde el momento en que abro los ojos hasta el momento en que los cierro, el color me dicta y gobierna mi vida, mis pensamientos y cómo reacciono ante ciertas cosas”, afirmó.
Además, los colores más fuertes no son de su agrado, pues la hacen sentir “abrumada”. “Me gustan los tonos más sutiles que se encuentran en la naturaleza, la tierra y las flores. Eso me relaja”, contó.
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