Daniela Bustamante: la diseñadora que viste a los chilenos que van a los premios en el extranjero
Acá, el recorrido de una diseñadora y estilista que ha exhibido su trabajo en ceremonias como los Óscar, los Goya y los Emmy, por solo nombrar algunas.
Se ha posicionado como la diseñadora y estilista chilena con mayor participación en alfombras rojas internacionales en los últimos años.
Daniela Bustamante (33) confeccionó el vestido que Daniela Vega utilizó cuando Una mujer fantástica (2017) de Sebastián Lelio ganó el galardón a “Mejor película iberoamericana” en los Premios Goya.
Diseñó la vestimenta del cinematógrafo Ignacio Walker cuando el capítulo “La Patagonia Chilena” de la serie documental Nuestros grandiosos parques nacionales (2022) —narrada por el ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su versión en inglés— clasificó a los Emmy en la categoría “Mejor fotografía para un programa de no ficción”, gracias a su trabajo con Christian Muñoz-Salas.
Hizo el styling cuando los responsables de El Agente Topo (2020) —dirigida por Maite Alberdi y protagonizada por Sergio Chamy— viajaron a Los Ángeles, California, para la ceremonia de los Óscar, en el marco de su nominación a “Mejor documental”.
Y también aplicó sus criterios de estilo cuando los encargados de Bestia (2021) fueron al mencionado evento de la Academia por su participación en la categoría “Mejor cortometraje”. El vestido que usó la productora Cecilia Toro fue realizado por ella.
Las credenciales de Daniela Bustamante en el mundo de la moda son extensas.
No solo por lo que ha hecho en alfombras rojas extranjeras —además de en otras como la del Festival de Viña— , sino que también porque ha trabajado en Nueva York con diseñadores tan reconocidos globalmente como la nacida en Chile (y de familia exiliada cuando tenía 12 años), María Cornejo, y el venezolano Ángel Sánchez.
En Chile, rostros nacionales como Josefina Montané, Trinidad de la Noi, Blanca Lewin, María José Prieto y Susana Hidalgo, por nombrar solo algunos, han confiado en su expertiz.
Aunque su pasión por la estética empezó mucho antes de que entrara a estudiar diseño de vestuario en el Duoc UC.
“Desde muy chica, siempre tuve una fijación con las telas y los colores. De hecho, mi tuto de cuando era una niña no era uno normal, preferí quedarme con una camisa de dormir de seda de mi mamá, porque me gustaba la textura”, cuenta Bustamante en conversación con La Tercera.
A medida que creció, su interés por las prendas fue aumentando progresivamente, ya que asegura que era consciente de que podía expresarse a través de ellas.
Nombres como Valentino, Yohji Yamamoto, Rubén Campos y María Cornejo —a quien define como su ídola hasta la actualidad— estaban entre sus favoritos.
Pero hubo un factor en específico que determinó cómo sería su camino más adelante.
El camino de Daniela Bustamante, la diseñadora que viste a los chilenos que van a los premios en el extranjero
Un día, en el colegio le pidieron que preparara una oratoria sobre los avances que han conseguido las mujeres durante las últimas décadas. En esa investigación escolar, su entusiasmo por la ropa cobró aún más sentido.
“Me di cuenta de que cada vez que la mujer estaba pidiendo cambios sociales, como el derecho a voto, venían cambios súper importantes en la moda. Cuando ves la historia y lo que va pasando en paralelo, notas que hay una respuesta a todos los cambios, tanto sociales como económicos”.
“La moda no solamente es arte por el hecho de que representa algo, sino que también, por la manera en que se confecciona y se crea. Eso es lo que más me gusta. Al final, es arte que es ponible, esa es la gracia que tiene”, enfatiza.
Influenciada por esas reflexiones, a los 16 años supo que quería estudiar diseño, misma época en que le regalaron su primera máquina de coser, una herramienta que estuvo fuertemente presente durante su adolescencia.
Cuando sus compañeros y amigos reunían facsímiles para prepararse para la entonces PSU, ella leía sobre moda y estudiaba sobre costura.
“Para mí el mejor preuniversitario fue aprender a coser, así que me metí a clases. Quería aprender a usar bien la máquina, la bobina, los cambios de hilos, los distintos tipos de puntada, las técnicas”.
Si bien, asegura que comenzó a construirse un nombre en el circuito nacional con la confección de vestidos cuando se encontraba terminando sus estudios en el Duoc UC, su salto hacia la Gran Manzana llegó de manera inesperada y trajo consigo un sueño que tenía desde sus inicios.
La pregunta de María Cornejo y su sorpresiva llegada a Nueva York
“La revista Ya por la celebración de sus 30 años, decidió hacer un desfile en honor a María Cornejo. Creo que ella no venía a Chile desde hace muchos años, probablemente desde que su familia fue exiliada, entonces era muy simbólico en todos los sentidos”, relata.
Por esa época, en el año 2013, conoció al asistente del productor de la instancia, por lo que no dudó en ofrecerse para participar.
“En un inicio iba a ser vestuarista, pero luego me dijo: ‘Igual le pegas’. Yo ya había hecho vestidos, así que me dejaron como encargada del equipo de vestuaristas. Después, un día antes de que empezara todo, me mencionó que su asistente no iba a estar y me preguntó si yo podía reemplazarla. Me ofrecían 10 lucas por cuatro días, pero yo respondí: ‘Mientras esté cerca de la María Cornejo, no me importa”.
“Ahí ya tenía todo un tema y había investigado un montón sobre sustentabilidad. Ella se mueve en esa línea. Hablar de ese tópico era menos común acá en ese entonces (...) así que esta persona que era chilena y tenía la misma filosofía que yo, era mi ídola y lo sigue siendo”.
Cuando inició el desfile, se requerían unos ajustes de último minuto en algunos vestuarios, por lo que ella se dedicó rápidamente a hacerlos.
En medio de ese escenario, Cornejo vio cómo efectuaba su trabajo y no pudo evitar hacerle una pregunta:
—¿Por qué sabes coser así?
—Porque soy diseñadora de vestuario —respondió Bustamante.
Como acto seguido y a causa de que Bustamante también tiene un buen dominio del inglés, comenzó a pedirle directamente todo lo que ella y su equipo necesitaban.
“Al final me preguntó por qué no postulaba para trabajar con ellas. Yo me reí y le dije que ya me había ofrecido a través de un correo electrónico cuando iba en segundo año de mis estudios, pero me habían dicho que no. Ahí me respondió: ‘Bueno, eso era porque no te conocíamos. Ven cuando quieras’”.
Tras hacer los trámites para conseguir la Visa y viajar a Nueva York, se sumergió en los talleres de una de las capitales mundiales más importantes en el ámbito de la moda, en donde también se desempeñó con Ángel Sánchez, sumando aprendizajes invaluables para su carrera profesional.
Estuvo así cerca de un año y luego volvió a Chile.
Y pese a que su regreso al país “fue como partir de nuevo”, no bastó mucho tiempo para que ganara terreno en la escena nacional, a través de dos pilares fundamentales que acompañan a sus diseños: la elegancia y la sustentabilidad.
La filosofía slow fashion: “Cuando se compra de mejor calidad, gastas menos con el tiempo”
Esta última bandera ha sido una de las más presentes a lo largo de su trayectoria. Si bien, explica que confeccionar una prenda que genere cero residuos es complejo —debido a por ejemplo, la ausencia de cierres sustentables— , sí recalca la importancia de la filosofía slow fashion, la cual describe como “crear productos de calidad, que tengan una mayor durabilidad en el tiempo”.
“Soy un poco de la teoría de que hoy se ve la sustentabilidad de manera súper lejana, en la que se cree que todo tiene que ser necesariamente zero waste. Lograr eso es demasiado difícil, pero si te vas poniendo metas para hacer cambios en tu rutina de vida, es mucho más llevable y factible. Lo mismo pasa con el vestuario, hay que tratar de ser lo más ecológicos posible en cada decisión que se pueda tomar, en caso de que no se pueda ser sustentable en un 100%”.
En opinión de Bustamante, ese es un camino en el que falta mucho por recorrer, debido a la popularidad de grandes tiendas y páginas de internet que ofrecen nuevos diseños rápida y constantemente, a precios más accesibles que los de otras opciones, aunque también con menor durabilidad.
“Hace falta entender que cuando se compra de mejor calidad, gastas menos con el tiempo. No se necesita estar desembolsando en ropa 24/7 todas las temporadas. Tengo abrigos que me han durado ocho años. Cuando uno aprende a leer la etiqueta, también se aprende un poco a valorar”.
A ello se le suma —independiente de la durabilidad de las prendas— que muchas de estas pueden tener altos porcentajes de poliéster u otras telas plásticas, las cuales “terminan en el mar cuando lavas la ropa”.
“Después se sorprenden cuando dicen que se encuentran microplásticos dentro de los salmones. Es obvio que sí, porque cuando se lava, ¿a dónde creen que van todas esas micropartículas? ¡Al mar!”, recalca.
Por eso considera urgente que “se entienda que la ropa es una inversión, tanto en arte como en términos de durabilidad en el tiempo”.
El desafío de El Agente Topo y los Premios Óscar
Corría el año 2021 cuando Daniela Bustamante se encontraba en su departamento, en medio de la época en la que las autoridades sanitarias imponían confinamientos para frenar los contagios por Covid-19.
Ahí, recibió un llamado que se convertiría en el desafío más difícil de su carrera: armar el styling de los responsables de El Agente Topo (2020) para la ceremonia de los Premios Óscar.
“Yo no los conocía. Me contrataron cuando ellos ya estaban en Los Ángeles y yo en cuarentena total en Chile. Hice todo desde acá. No conocí a la Maite Alberdi hasta después de esa instancia”, recuerda.
Con esta compleja tarea, para la cual solo tuvo entre ocho y nueve días, se dedicó a analizar sus estilos personales y a contactarse con tiendas de Estados Unidos, para así gestionar medidas, propuestas y arreglos.
“Yo estuve por videollamada diciendo ‘esto sí, esto no’. Hubo que hacer ajustes en el vestido, así que dirigí a la modista mediante esa vía (...) lo mismo con el traje de don Sergio (Chamy). Ahí amablemente nos apoyó Brooks Brothers, pero igualmente dirigí al sastre de esa forma, diciéndole por video: ‘Necesito que compensemos con otra hombrera, que subas dos centímetros aquí, que bajes acá’”.
“Es complejo hacer algo así para alguien que nunca has visto en persona”, agrega.
Aun así, afirma que un factor que ayudó enormemente al desarrollo del styling fue la presencia de la maquilladora Carolina Pizarro en Estados Unidos, ya que “hoy en día, somos como una dupla para las alfombras rojas”.
“Es más, yo dije que aceptaba el desafío para esos Óscar siempre y cuando trabajara con ella, porque necesitaba a alguien de mi plena confianza”, destaca, “con ella me pude asegurar del pelo y el maquillaje, que son partes súper importantes de un look”.
Uno de los principios esenciales en la metodología de Bustamante es que quienes recurren a ella —ya sea como diseñadora o estilista— se sientan reflejados en lo que hace.
“Lo más importante es lograr que la otra persona se sienta la mejor versión de sí misma. Yo puedo hacer un trabajo increíble, con el que te dejo estupendo, pero si tú no te sientes representado, vas a estar incómodo. Y esa incomodidad siempre se nota”.
Cuenta que a pesar del éxito de sus aclamadas intervenciones en premiaciones internacionales, con el tiempo se fue dando cuenta de que para hacer un aporte mayor a la sustentabilidad desde su área, también debía hacer prendas destinadas al uso diario y no solo para ocasiones especiales.
Es por esto que ha estrenado diseños de básicos que describe como “de muy buena calidad y con una mirada consciente con el medio ambiente”.
Uno de los más llamativos disponibles en su página web es una polera blanca sin mangas, en la que se lee “el futuro es orgánico” con letras negras.
Aunque expresa a La Tercera que dicha frase debería reformularse:
“A estas alturas, el futuro nos quedó un poco lejos, debería decir ‘el presente’. También cuando dicen ‘el futuro es femenino’. Yo creo que no, el presente es femenino y el presente tiene que ser orgánico. Hoy, más que nunca, tenemos que ser conscientes”.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.