El creciente problema con los drones obligó a reinventar las armas: esta es la ametralladora con IA (que recuerda al final de Breaking Bad)

Los drones no tripulados de bajo costo se han posicionado como una herramienta altamente presente en los conflictos armados de la actualidad.

Estos pueden cumplir con operaciones que van desde realizar ataques directos hasta efectuar labores de vigilancia, mientras que la posibilidad de derribarlos en el aire se presenta como una complicación para las tropas que se ven asechadas.

Para hacerse una idea, un proyectil guiado por GPS puede tener un valor aproximado de $100.000 dólares, según cifras rescatadas por The Economist.

En cambio, un dron FPV (de visión en primera persona) simple puede costar unos $400 dólares en promedio.

Sus bajos costos en comparación a otros dispositivos militares facilitan que puedan ser utilizados en grandes cantidades. Incluso, para desafiar sistemas que implican gastos significativamente mayores y para contrarrestar a grupos de soldados altamente calificados.

Las amenazas que traen distintos tipos de drones —y la posibilidad de modificar ciertos modelos para ampliar sus capacidades— ha llevado a que el Ejército de Estados Unidos busque nuevos métodos para responder a este escenario.

Es aquí cuando aparece un sistema de cañón robótico autónomo que opera con inteligencia artificial (IA), el cual fue probado por el Departamento de Defensa del país norteamericano en el Technology Readiness Experimentation (T-REX) celebrado en agosto.

Se trata de un mecanismo conocido como Bullfrog, el cual fue desarrollado por la empresa contratista de defensa, Allen Control Systems (ACS).

A primera vista, algunos han sugerido que el arma recuerda a una que aparece en el final de Breaking Bad, la exitosa serie de televisión que relata la historia de un profesor de química que —tras enfrentar problemas económicos y ser diagnosticado con una enfermedad terminal— termina envolviéndose en la producción de drogas y en el mundo del narcotráfico.

Sin embargo, a diferencia de la que se ve en la producción creada por Vince Gilligan, el Bullfrog evita usar más municiones que las necesarias y busca realizar ataques precisos contra vehículos aéreos no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés) en operaciones militares.

Desde ACS describen el Bullfrog como “un sistema autónomo que detecta, identifica y neutraliza UAVs enemigos”.

“Ligero, de bajo consumo y pasivo, es perfecto para operaciones en movimiento o para defender objetivos de alto valor, como una subestación eléctrica. Es capaz de neutralizar UAVs de clase 1-3. Y dispone de modos autónomo y semiautónomo”.

El sistema cuenta con una ametralladora M240 de 7.62mm que va montada en una torreta giratoria, diseñada y equipada con un sensor electro-óptico, una IA propia y software de visión por computador.

Sus características permiten que pueda disparar con una precisión considerablemente alta, mientras evita ocupar municiones de más para alcanzar a sus objetivos.

El peso del equipo es ligeramente superior a los 180 kilos.

Un video de la compañía muestra cómo el Bullfrog es capaz de derribar pequeños drones que vuelan a la distancia con apenas un par de disparos.

Para operar en esa demostración audiovisual, el sistema es montado en la parte trasera de una camioneta.

Según Defense Daily, el subsecretario adjunto de Defensa para la creación de prototipos y experimentación en la oficina de Investigación e Ingeniería del Pentágono, Alex Lovett, declaró en una conferencia de prensa en agosto que las pruebas con el Bullfrog salieron “realmente bien”.

Si el Pentágono adopta este sistema, se trataría de la primera arma autónoma letal conocida públicamente del arsenal militar de Estados Unidos, según rescata Wired, al citar un informe del Servicio de Investigación del Congreso de dicho país.

Desde la Oficina del Secretario de Defensa no respondieron a la solicitud de comentarios del citado medio.

La principal ventaja que promete el Bullfrog es la capacidad de seguir el movimiento de vehículos aéreos no tripulados y derribarlos rápidamente con ataques precisos.

El cofundador y CEO de ACS, Steve Simoni, manifestó a Wired que confía en que los avances de la robótica avanzada y la IA pueden ser efectivos en este sentido.

Previamente, Simoni se desempeñó como ingeniero nuclear de la Marina estadounidense.

Por su parte, el cofundador de la firma, Luke Allen, también es veterano de la Marina.

En palabras de Simoni: “Durante la invasión rusa en Ucrania, vimos la proliferación de drones en ambos bandos del conflicto. Y leímos en varios medios de comunicación que los ucranianos estaban disparando AK-47 al aire contra ellos”.

“Pensamos: ‘Ese es un buen problema de robótica’. Es difícil acertar a algo que vuela tan rápido, pero un robot puede hacerlo con la visión por computadora moderna y los algoritmos de control de IA”, agregó a Wired.

A pesar de que existen miras inteligentes que utilizan la IA y la visión por computadora para rastrear objetivos, Simoni planteó que mantener físicamente la mira de un rifle en un dron es un desafío complejo.

Esto, debido a factores como que estos dispositivos aéreos tienden a moverse con rapidez.

Junto con ello, algunos tienen tamaños considerablemente pequeños, lo que dificulta aún más que puedan ser alcanzados por los disparos de un efectivo.

“Somos ingenieros eléctricos, y decidimos que para resolver este problema de acertar a un dron rápido que está acelerando a cinco G a un par de cientos de metros, necesitarías una corriente increíblemente alta que pasa por un motor, y codificadores que conocen la posición de tu arma en todo momento”.

“Poner ese factor de forma en las manos de alguien con una (carabina) M4 parecía un problema muy difícil”, enfatizó al citado medio.

Comentó que “un (dron) DJI Mini es un poco más grande que mi mano, y nuestro sistema puede abatir uno a 200 metros con dos disparos”.

“Ningún humano podría hacer ese tiro”, subrayó Simoni.

El Bullfrog está diseñado para apuntar y seguir a los objetivos, pero no dispara hasta que un operador humano emita la orden.

Aún así, desde la compañía afirman que puede funcionar de manera completamente autónoma, en caso de que el ejército estadounidense lo necesite en el futuro.

Aquello podría facilitar que los efectivos se dediquen a cumplir otras tareas militares.

El director de estrategia de ACS y veterano de los Boinas Verdes, Brice Cooper, reiteró a Wired que el sistema “tiene capacidad totalmente autónoma”, pero que están “esperando a que el gobierno determine sus necesidades”.

También aseguró que “los sistemas heredados de nuestra categoría simplemente no están ahí todavía”.

No obstante, Simoni precisó que “el seguimiento y el disparo son apenas la punta del iceberg”.

“Con el tiempo, el sistema constará de distintos cañones, que llegarán a distancias mayores, que atacarán a drones que se mueven con distintos patrones de aceleración. Todo ello basado en actualizaciones de nuestro modelo de IA”.

“Nos imaginamos un convoy de vehículos equipados con torretas que empleen disparos coordinados que sean eficaces incluso si circulan por una carretera llena de baches. Eso es lo que estamos construyendo en los próximos 12 a 18 meses”, anticipó el cofundador de ACS al citado medio.