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Exdirector de morgue de Harvard es acusado de robar y vender restos humanos.

Exdirector de morgue de Harvard es acusado de robar y vender restos humanos

La acusación de la Fiscalía del estado de Pensilvania apunta que Cedric Lodge se aprovechó de su puesto para extraer cadáveres que habían sido donados con fines de educación o investigación.


Un exdirector de la morgue de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard habría robado partes de cadáveres humanos para luego comercializarlas, señalaron los fiscales federales de Pensilvania en un comunicado.

El hombre, cuyo nombre es Cedric Lodge, fue acusado por la Fiscalía del estado de Pensilvania por conspiración y transporte interestatal de bienes robados. Otras personas que habrían participado en los hechos son su esposa Denise Lodge, Katrina Mclean, Joshua Taylor y Mathew Lampi.

De acuerdo a los fiscales, Lodge habría aprovechado su puesto como jefe del Programa de Donaciones Anatómicas para extraer partes de cadáveres que habían sido donados a la prestigiosa casa de estudios. La conducta se habría repetido entre 2018 e inicios del 2023, creen los fiscales.

Por ahora, se plantea que Lodge fue la única persona de Harvard que participó en los hechos. Los otros implicados son externos al recinto universitario.

“Algunos delitos desafían la comprensión”, comentó el fiscal Gerard M. Karam en el comunicado.

“Es particularmente atroz que tantas de las víctimas aquí se hayan ofrecido como voluntarias para permitir que sus restos se usen para educar a los profesionales médicos y promover los intereses de la ciencia y la curación. Que se aprovechen de ellos y sus familias en nombre de las ganancias es espantoso”, agregó.

Cedric Lodge
Cedric Lodge fue director del Programa de Donaciones Anatómicas de la Universidad de Harvard.

Cómo actuaba el exdirector de la morgue de Harvard

La Universidad de Harvard no tenía conocimiento ni había autorizado lo que estaba liderando su mismo funcionario, por lo que han estado colaborando con los fiscales del caso para brindar toda la información necesaria.

Específicamente, la acusación plantea que Lodge habría robado órganos y otras partes de cadáveres humanos que habían sido entregados con fines exclusivos de investigación o educación, antes de que fueran cremados.

Una vez que tenía los restos en su poder, el hombre los transportaba hasta su casa situada en el pueblo de Goffstown, New Hampshire, donde vivía con su esposa.

Lo que procedía era concretar las ventas por teléfono o por redes sociales. En ocasiones también permitía que los mismos interesados en comprar fueran hasta la Escuela de Medicina para elegir lo que les llamaba la atención y quisieran adquirir.

Entre esos compradores que podían visitar la morgue estaban Katrina Mclean y Joshua Taylor, quienes posteriormente se habrían dedicado a revender los restos.

En un comunicado que titularon “Una traición abominable”, los decanos de Harvard George Daley y Edward Hundert plantearon que desde la universidad están verificando los registros para determinar cuáles los cadáveres específicos que se vieron afectados por el ilícito.

“Estamos consternados al saber que algo tan inquietante podría suceder en nuestro campus, una comunidad dedicada a sanar y servir a los demás”, reza el escrito. Asimismo, calificaron como una “traición” lo que habría realizado Lodge en la Escuela de Medicina.

Harvard
La Escuela de Medicina de Harvard. Foto: Instagram.

Cabe destacar que los cadáveres que la Universidad de Harvard recibe como donación se dan exclusivamente para que estos puedan promover la educación e investigación de los estudiantes en las aulas. En ningún caso para que estos sean vendidos por sus funcionarios o terceras personas.

Cuando los restos terminan de ser usados con los motivos mencionados, son cremados y luego regresados a sus seres queridos. En otras ocasiones, son enterrados en el cementerio.

Los decanos comunicaron que Lodge trabajó en el Programa de Donaciones Anatómicas hasta el pasado 6 de mayo.

Desde la perspectiva de los fiscales, el exfuncionario de Harvard y sus cómplices componían una red nacional de compraventa de restos humanos. Además de la morgue universitaria, se identificó que una morgue de Arkansas fue otro de los sitios donde robaron órganos de cadáveres.

Los acusados arriesgan una pena de hasta 15 años de cárcel, además de un periodo de supervisión y el pago de una multa, de acuerdo a las leyes federales.

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