La carta que Albert Einstein envió al presidente de Estados Unidos para alertar sobre la bomba nuclear

Albert Einstein
La carta que Albert Einstein envió al presidente de Estados Unidos para alertar sobre la bomba nuclear. Foto: Albert Einstein.

Fue recibida por el mandatario Franklin Delano Roosevelt, quien creó el Comité Asesor sobre el Uranio. Tres años después, en 1942, inició el Proyecto Manhattan.


Fue en octubre de 1939 cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, recibió una carta firmada por Albert Einstein, la cual había sido escrita por el físico húngaro Leo Szilard.

El documento fue llevado a la Casa Blanca por el economista Alexander Sachs y el objetivo era advertirle al mandatario sobre los riesgos de que los nazis pudieran desarrollar una bomba nuclear.

Hace apenas unos días las fuerzas de la Alemania de Adolf Hitler habían desatado su invasión a Polonia, el 1 de septiembre de ese mismo año.

Como el presidente estaba concentrado en el conflicto y sus amenazas, no le prestó demasiada atención a la carta que le leyó Sachs, a pesar de que Einstein ya era un científico reconocido a escala global.

Sin embargo, le propuso que se reunieran la mañana siguiente a tomar un café.

Según informaciones rescatadas por la BBC, Sachs era consciente de que el presidente había quedado desconcertado con la información científica, por lo que se le ocurrió contarle un relato para convencerlo de que tomara medidas.

Cuando volvieron a reunirse, le dijo que en un momento de la historia el inventor Robert Fulton le ofreció a Napoleón Bonaparte construir una flota de barcos de vapor que le permitiría desembarcar en Inglaterra sin que los vientos fueran un obstáculo.

No obstante, la idea que escuchó le pareció descabellada, por lo que optó por desestimarla.

Sachs le enfatizó a Roosevelt que si Napoleón hubiese accedido, habría cambiado considerablemente el rumbo de la historia.

El mandatario entendió su planteamiento y, tras pensarlo por unos minutos, le dijo: “Lo que quieres es asegurarte de que los nazis no nos vuelen en pedazos”.

“Precisamente”, le respondió Sachs, según el citado medio.

Poco después, ese mismo mes, Roosevelt creó el Comité Asesor sobre el Uranio.

Y tres años más tarde, en 1942, Estados Unidos empezó el Proyecto Manhattan, el mismo que llevó a que se lanzaran armas atómicas contra Hiroshima y Nagasaki —en Japón— en agosto de 1945.

A lo largo de su vida, Einstein lamentó en más de una oportunidad haber firmado la carta.

“Si hubiera sabido que los alemanes no lograrían fabricar una bomba atómica, nunca habría movido un dedo”, dijo el físico en declaraciones reunidas por Newsweek en 1947.

También llegó a decir que se trató de “el gran error de mi vida”.

Albert Einstein / Leo Szilard
La carta que Albert Einstein envió al presidente de Estados Unidos para alertar sobre la bomba nuclear. Foto: Albert Einstein / Leo Szilard.

El origen de la carta de Albert Einstein en la que alerta sobre la bomba nuclear

A principios de 1939, científicos habían podido dividir el átomo usando neutrones, en la Alemania nazi.

Aquel proceso es conocido como fisión y despertaba un intenso temor en Szilard, el físico que escribió la posterior carta que sería firmada por Einstein.

El científico era consciente de que si los alemanes avanzaban con sus investigaciones en esta área, podrían desencadenar una guerra nuclear.

De la misma manera, sabía que él no gozaba de tanta popularidad —como la que sí tenía Einstein— por lo que veía lejana la posibilidad de que escucharan sus advertencias directas en las esferas de poder.

Unas semanas después de que se informara sobre el proceso de fisión, su colega Enrico Fermi descartó inicialmente que aquello debiera generar preocupación inmediata, según dijo en un artículo del New York Times.

Aún así, Szilard sí veía riesgos inminentes y próximos en el ámbito nuclear.

Para evaluar esta posibilidad, se acercó al también físico Walter Zinn de la Universidad de Columbia para que analizaran lo que le provocaba tanta angustia.

Ambos concluyeron que efectivamente se podían desarrollar armas con una capacidad de destrucción considerablemente masiva.

Y como estaba seguro de que era prácticamente inevitable que se fabricaran, se convenció de que Estados Unidos debía hacerlo antes que la Alemania nazi.

Bajo esa premisa, se acercó a Albert Einstein, a quien conocía desde hace más de 20 años.

A pesar de que vivían cerca —los dos estaban exiliados en Estados Unidos— , ese día de julio de 1939 el físico estaba en Long Island en la casa de un amigo.

Por lo tanto, Szilard fue hasta allá junto a su colega y compatriota húngaro, Eugene Wigner, y le explicó que él y Fermi habían realizado experimentos que confirmaban sus temores en el área nuclear.

Einstein se preocupó por la situación y accedió a firmar la carta que escribió, la cual luego sería entregada al presidente Roosevelt por Alexander Sachs.

Aquel documento, posteriormente, terminaría en manos del cofundador de Microsoft, Paul Allen, quien falleció en 2018.

Y en julio de 2024 se confirmó que en septiembre del mismo año sería subastado por la casa Christie’s en Nueva York, junto a otros objetos de la colección del empresario.

Se presume que el valor de la carta oscila entre los 4 y los 6 millones de dólares, según rescató la BBC.

Puedes leer lo que dice la misiva a continuación. El texto fue rescatado por The National Museum of Nuclear Science & History.

Albert Einstein
La carta que Albert Einstein envió al presidente de Estados Unidos para alertar sobre la bomba nuclear. Foto: Albert Einstein.

Revisa acá lo que dice el documento

Señor:

Algunos trabajos recientes de E. Fermi y L. Szilard, que me han sido comunicados manuscritos, me llevan a esperar que el elemento uranio pueda convertirse en una nueva e importante fuente de energía en el futuro inmediato. Ciertos aspectos de la situación creada parecen exigir vigilancia y, en su caso, una rápida actuación por parte de la Administración. Por lo tanto, creo que es mi deber llamar su atención sobre los siguientes hechos y recomendaciones:

En el transcurso de los últimos cuatro meses se ha hecho probable (gracias a los trabajos de Joliot en Francia y de Fermi y Szilard en Estados Unidos) que sea posible establecer una reacción nuclear en cadena en una gran masa de uranio mediante la cual se generarían enormes cantidades de energía y grandes cantidades de nuevos elementos similares al radio. Ahora parece casi seguro que esto se podrá lograr en el futuro inmediato.

Este fenómeno conduciría también a la construcción de bombas, y es concebible (aunque mucho menos seguro) que así se puedan construir bombas extremadamente poderosas de un nuevo tipo. Una sola bomba de este tipo, transportada en barco y explotada en un puerto, podría destruir todo el puerto y parte del territorio circundante. Sin embargo, es muy posible que tales bombas resulten demasiado pesadas para ser transportadas por vía aérea.

Estados Unidos solo dispone de minerales muy pobres de uranio en cantidades moderadas. Hay buenos minerales en Canadá y en la antigua Checoslovaquia, mientras que la fuente más importante de uranio es el Congo Belga.

En vista de esta situación, tal vez usted considere deseable que se mantenga algún contacto permanente entre la Administración y el grupo de físicos que trabajan en las reacciones en cadena en América. Una posible manera de lograrlo podría ser confiar esta tarea a una persona que tenga su confianza y que tal vez podría desempeñarse en una capacidad no oficial. Su tarea podría comprender lo siguiente:

a) Acercarse a los departamentos gubernamentales, mantenerlos informados sobre los futuros acontecimientos y presentar recomendaciones para la acción gubernamental, prestando especial atención al problema de asegurar un suministro de mineral de uranio para los Estados Unidos.

b) Acelerar el trabajo experimental que actualmente se lleva a cabo dentro de los límites de los presupuestos de los laboratorios universitarios, proporcionando fondos, si es necesario, a través de sus contactos con personas privadas que estén dispuestas a hacer contribuciones para este causa, y tal vez también obteniendo la cooperación de laboratorios industriales que dispongan del equipo necesario.

Tengo entendido que Alemania ha suspendido la venta de uranio de las minas checoslovacas de las que se ha apoderado. El hecho de que haya tomado medidas tan tempranas puede entenderse porque el hijo del Subsecretario de Estado alemán, von Weizsäcker, trabaja en el Instituto Kaiser-Wilhelm de Berlín, donde se están repitiendo algunos de los trabajos americanos sobre el uranio.

Atentamente,

Albert Einstein

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