Las drogas que se usaron para la sumisión química contra Gisèle Pelicot
A medida que avanza el juicio, se conocen más detalles sobre el caso de Gisèle Pelicot, la mujer que fue agredida por su esposo y 50 hombres más. Los expertos resaltaron la importancia de conocer las drogas que se utilizan en estos abusos, para así detectar las alertas de forma temprana.
Cuando Gisèle Pelicot sale de la corte, la esperan aplausos y ovaciones. Y es que la mujer francesa de 72 años ha decidido hacer público el juicio que busca condenar a su esposo Dominique Pelicot y otros 50 hombres de haberla violado por décadas, sin que ella estuviese consciente.
El hombre tenía un modus operandi macabro: le suministraba drogas a Gisèle para que no se acordara nada de lo que le hacían. Las violaciones fueron realizadas durante décadas y por decenas de hombres.
Y ahora que las sesiones están avanzando en el juzgado de Aviñón, al sur de Francia, la mujer ha testificado en múltiples ocasiones y relató cómo tenía lagunas mentales de los abusos que sufrió.
También se reveló cuáles eran las drogas que utilizaba Pelicot, quien en las audiencias confesó que era un violador.
Qué es la sumisión química que sufrió Gisèle Pelicot
La sumisión química es la administración de sustancias químicas con efectos psicoactivos a una víctima de forma forzada y sin su consentimiento ni conocimiento.
El objetivo es “modificar su estado de consciencia, alterar su comportamiento o anular su voluntad, en general con el fin de agredirla sexualmente”, explicó un grupo de expertos en un artículo de The Conversation.
Esta se produce de varias formas: administrando las drogas o sustancias en la bebida de la víctima, en un pinchazo a través de una aguja hipodérmica o cuando el agresor se aprovecha de que la persona ya está bajo los efectos de alguna sustancia.
La sumisión química provoca que la víctima sufra amnesia anterógrada, sedación, alucinaciones y desinhibición.
“Lo preocupante es que se trata de un modo de agresión que puede pasar inadvertido para la víctima, para sus amistades e incluso para el personal sanitario que la atiende, a pesar del incremento en 2022 del número de agresiones hacia las mujeres en los espacios de ocio”, escribieron los especialistas.
Al menos en España, según el Instituto Nacional de Toxicología, en los últimos años, en 1 de cada 3 agresiones sexuales la víctima estaba bajo los efectos de la sumisión química.
Qué drogas se utilizaron para la sumisión química de Gisele Pelicot
Según los especialistas, hay más de 30 sustancias que están comúnmente implicadas en casos de sumisión química.
Al menos en el caso de Gisele Pelicot, en las audiencias se habló de dos: ansiolíticos y somníferos. Su esposo, el abusador, la drogaba sin su consentimiento con estos medicamentos para que no supiera lo que estaba pasando.
Entonces, la mujer tenía “lagunas mentales”, como las describió en las sesiones, que no entendía del todo. Usualmente sentía cansancio y cosquilleo en el cuerpo, y ella y sus tres hijos pensaron que podía tener Alzheimer o un tumor cerebral.
Fue a distintos médicos especialistas, como ginecólogos y neurólogos, pero ninguno sospechó que podía tratarse de un abuso sexual.
Pero todo cambió cuando en 2020, después de que la Policía francesa incautara los dispositivos móviles de su esposo, descubrió las grabaciones que su esposo guardaba.
En los videos, vio cómo la violaban decenas de desconocidos.
“Esta práctica se ha convertido en un problema de salud pública que se relaciona, con frecuencia, a agresiones sexuales o abuso de menores. Por lo tanto, deben tomarse todas las medidas necesarias desde el ámbito sanitario, ya que es en los servicios de urgencias de los hospitales donde se diagnostican la mayoría de los casos”, anunciaron desde la Cruz Roja de España.
Según escribió en su libro Y no te llamé más papá, la hija de Gisèle Pelicot, Caroline Darian, su padre Dominique Pelicot preparaba la mezcla de ansiolíticos y somníferos y la introducía en secreto a la taza de café o la copa de vino que le ofrecía a Gisèle.
Entonces, la mujer quedaba dormida por hasta ocho horas seguidas.
“La administración de drogas es más común de lo que la gente cree, no siempre se trata de una pastilla en un vaso en una fiesta. La sumisión química también puede tener lugar en el seno de una pareja”, se lee en el libro.
El movimiento para visibilizar el riesgo de la sumisión química
Después de que el caso de Gisèle Pelicot se hiciera público, el mundo entero quedó conmocionado.
En Francia, la fundación #MendorsPas (No me duermas, en francés), busca que las autoridades públicas y la sociedad tomen consciencia de los peligros de la sumisión química en el hogar. Y es que sería en este lugar “seguro” donde suceden varios casos de violación y abuso sexual utilizando esta técnica.
La idea es que las personas puedan detectar de forma temprana que una víctima está siendo drogada para poder ayudarla.
“Es el entorno cercano, profesional o amistoso, y en particular el círculo familiar, especialmente dentro del hogar, el que está involucrado en primera línea. Las víctimas son personas a menudo particularmente vulnerables, abusadas o maltratadas (químicamente) a veces de manera prolongada y repetida”, se lee en la página de la fundación.
Además, explicaron que para las víctimas es complicado denunciar ante las autoridades cuando su agresor se encuentra en un círculo tan cercano como la familia.
Y esta circunstancia es peor cuando hay sumisión química de por medio, pues muchas veces no reconocen los síntomas, no tienen recuerdos claros y no saben que están siendo medicadas contra su voluntad.
“Gracias a todos ustedes tengo fuerzas para llevar esta lucha hasta el final. Esta lucha que dedico a todas las personas, mujeres y hombres que en el mundo son víctimas de violencia sexual. A todas esas víctimas, quiero decir hoy, miren a su alrededor, no están solos”, dijo Gisèle Pelicot el 16 de septiembre en una conferencia de prensa.
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