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Los humanos somos emotivamente vulnerables ante los robots

Así lo demostró un experimento donde un grupo de voluntarios que debía apagar un robot, se negó a hacerlo cuando la máquina así se los pidió.


Los seres humanos son emotivamente más vulnerables de lo previsto frente a los robots, según demostró un experimento en el cual un grupo de voluntarios que debía apagar un robot se negó a hacerlo cuando la máquina así se los pidió.

Publicado en la revista Plos One, el experimento se debe a los investigadores de la universidad alemana de Duisburg-Essen, encabezados por Aike Horstmann.

"El estudio explora la esfera de las relaciones entre hombre y robot, cuando por la calidad de la interacción social que establecemos con el robot tendemos a atribuir a un ser artificial las características de un ser viviente"", dijo Antonio Frisoli, del laboratorio de robótica perceptiva de la escuela superior Sana Anna de Pisa.

"Por ello cuando el robot expresa una objeción a ser apagado, somos condicionados en nuestro juicio y proclives a secundar su voluntad", agregó.

El experimento involucró a 89 voluntarios, que debían actuar con un robot humanoide Nao. Al término de los tests había que apagar el robot, y en ese punto el dispositivo pedía no hacerlo.

La mitad de los voluntarios funcionaba como grupo de control, es decir que no recibía del androide la "súplica" de no apagarlo.

En total 43 voluntarios se confrontaron a la decisión de adherir al pedido del robot y 13 decidieron satisfacer su deseo, mientras los demás tardaron más tiempo en apagarlo que el grupo de control.

Esto porque -según Frisoli- las personas tienden a concebir como "entidades vivientes" a los robots que tengan un aspecto semejante al humano, y "aun sabiendo que no son seres vivientes, son influidos en sus decisiones".

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