Por qué Rusia y Noruega frenaron sus planes en el Ártico (pese a la ambición de Trump por Groenlandia y sus recursos)
Aunque las distancias anuales recorridas por buques en la región aumentaron a más del doble en una década, múltiples proyectos se han paralizado.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha reiterado sus aspiraciones de obtener el control de Groenlandia y el Canal de Panamá.
A pesar de que sus declaraciones han sido rechazadas por las autoridades de ambos territorios, el líder republicano ha insistido en su interés e, incluso, se negó a descartar el uso de la coerción militar o económica.
En una conferencia de prensa realizada este martes 7 de enero, amenazó con aplicar aranceles “a un nivel muy alto” a Dinamarca, si sus funcionarios gubernamentales no cooperan con su plan.
Cabe recordar que Groenlandia es un territorio danés autónomo con su propio gobierno y parlamento.
Sin embargo, Trump manifestó en la instancia: “La gente ni siquiera sabe si Dinamarca tiene algún derecho legal sobre él, pero si lo sabe, debería renunciar a él, porque lo necesitamos para la seguridad nacional”.
Aunque Trump ha insistido en su deseo de adquirir Groenlandia por un supuesto interés de seguridad nacional, analistas consultados por la BBC aseguraron que la principal atracción que tiene el territorio es su amplia riqueza en recursos minerales.
No obstante, precisaron que durante los últimos años se han paralizado proyectos en algunas partes de la extensa región del Ártico.
Aquello se ha dado hasta un punto en el que países como Rusia y Noruega han frenado sus planes en la zona, a pesar de los recursos que ofrece.
Por qué Rusia y Noruega han frenado sus planes en el Ártico
Fue en 2008 cuando se intensificó la llamada “fiebre fría” del Ártico, término que hace referencia a la “fiebre del oro” que se presentó en Estados Unidos en el pasado.
Aquello ocurrió luego de que se reportara la existencia de amplias reservas de minerales e hidrocarburos en la región ártica.
Según informaciones rescatadas por el citado medio, en ese entonces ya se esperaba que el cambio climático disminuyera los niveles de hielo, lo que con el tiempo ha ido abriendo más las rutas marítimas del Ártico.
Lo anterior se ha visto reflejado en la cifra total de distancias anuales recorridas por los buques en la región.
En la década de 2013 a 2023, aumentó a más del doble: de 9,8 millones a 20,7 millones de kilómetros.
No obstante, en el último tiempo, múltiples proyectos han quedado detenidos.
Especialistas afirmaron a la BBC que parte de esa paralización se debe a la invasión a gran escala que Rusia inició en Ucrania el pasado 24 de febrero de 2022.
Las acciones armadas dirigidas por el Kremlin —que se han mantenido por casi tres años— deterioraron las relaciones entre Moscú y Occidente.
El director de operaciones y tecnologías árticas de la empresa noruega DNV, Morten Mejlaender-Larsen, comentó al citado medio que “Rusia tenía grandes planes en el Ártico”.
“Empezaron a construir centros regionales de salvamento completos con barcos y helicópteros para facilitar tanto el transporte marítimo para los proyectos de gas, petróleo y carbón en Siberia, como para el transporte marítimo a lo largo del Paso del Noreste (al norte de Rusia)”.
“Pero desde la invasión a Ucrania, la navegación internacional en el Paso del Noreste prácticamente ha cesado, con la excepción de unos pocos buques chinos”.
Mejlaender-Larsen aseguró que Noruega también ha detenido la exploración de petróleo y gas en la zona, ya que no esperan “ver más avances en el Mar Barents al norte de la Isla del Oso”, ubicada a unos 400 kilómetros al norte de Noruega continental.
Pese a que las acciones de Rusia contribuyeron a que Noruega evitara invertir en proyectos árticos, los analistas comentaron que su interés por la región había caído incluso desde antes de la invasión a gran escala en Ucrania.
La directora de cooperación internacional y clima de la Asociación Noruega de Navieros, Helen Tofte, planteó a la BBC que las expectativas que se tenían sobre la zona eran “exageradas”.
Junto con ello, comentó que “las condiciones en el Ártico pueden ser extremadamente difíciles, incluso cuando la ausencia de hielo marino permite el paso”.
“Grandes partes de la ruta están lejos de las capacidades de respuesta a emergencias, como búsqueda y rescate, y de los recursos de limpieza medioambiental”.
“El aumento del transporte marítimo en esta zona exigiría importantes inversiones en buques, preparación para emergencias, infraestructuras y sistemas de previsión meteorológica, para una ruta que es impredecible y tiene una temporada de operaciones corta”.
Bajo esta línea, Tofte enfatizó: “En la actualidad, no tenemos indicios de que nuestros miembros lo consideren comercialmente interesante”.
El académico del grupo de investigación noruego Fridtjof Nansen Institute, Arild Moe, dijo que está de acuerdo con que “la euforia fue excesiva”.
“A lo que se referían los informes de 2008 no eran reservas reales, sino recursos potenciales y muy inciertos que serían arriesgados, caros y difíciles de localizar y explotar”, precisó el especialista.
Por qué Donald Trump quiere que Estados Unidos tenga el control de Groenlandia
Moe comentó que las recientes declaraciones “crudas y poco diplomáticas de Trump” sobre Groenlandia responden a intereses tanto de seguridad nacional como económicos, debido a los “ricos recursos minerales” que se podrían extraer.
Los especialistas dijeron a la BBC que también se espera que Trump permita un aumento de las exploraciones de petróleo y gas en Alaska.
Más específicamente, en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, que se extiende por 7,6 millones de hectáreas y es conocido por sus recursos y por ser el mayor refugio de vida silvestre de Estados Unidos.
Durante su primer periodo presidencial, en 2020, ya había autorizado perforar una sección de dicho lugar.
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