Sara Méndez: "Me dicen la 'Sucralosa', la 'asesina dulce' del taca taca"
#CosasDeLaVida | "Tengo 34 años, soy trabajadora social y gané la primera medalla oficial que obtuvo Chile en competencias de taca taca. Hoy soy la número 142 en el ranking mundial femenino de la ITSF, que es como la FIFA de esta disciplina".
Tengo 34 años, soy trabajadora social y me vinculé al taca taca desde niña. Somos cuatro hermanos, y cuando vivíamos en San Miguel a mis padres se les ocurrió comprar una mesa. Así que tuvimos nuestro propio taca taca, por lo que armábamos duplas y jugábamos durante horas. Me acuerdo que era bastante buena y siempre hacía goles. Después crecí y lo dejé, pero ya grande regresé y gané la primera medalla oficial que obtuvo Chile en competencias de taca taca.
Hoy soy la número 142 en el ranking mundial femenino de la Federación Internacional de Fútbol de Mesa (ITSF), que es como la FIFA. A nivel sudamericano me supera la peruana Noelia Arcos, que es la 125 y es impresionante. Me da entre orgullo y risa, porque nunca pensé que iba a estar en una lista así a esta edad. Mis amigos me dicen la "Sucralosa", la "asesina dulce" del taca taca… es el mejor sobrenombre que he tenido en mi vida.
Para mí esto es una pasión que me estimula mucho porque es muy positiva y lúdica. Yo estoy habituada a intervenir en problemas sociales complejos y esto me genera una alegría. Aunque muchas personas dicen que no juegan desde que eran niños, les puedo decir con certeza que si agarran un taca taca a los 15 minutos ya les empiezan a salir jugadas. Por eso nuestra frase favorita es "tu muñeca tiene memoria", porque es como andar en bicicleta. No se olvida.
Esta afición empezó a tomar forma mientras estudiaba Trabajo Social. A veces jugaba y me salían buenos tiros, pero era algo ocasional. Sin embargo, hace cuatro años unos amigos me invitaron a jugar taca taca. Se reunían cada martes en un local de Bellavista y pronto esto empezó a crecer. Al comienzo éramos unas 20 personas y se nos ocurrió agruparnos de manera más formal, por lo que a fines del 2014 sacamos la personalidad jurídica como Club Nacional de Taca Taca. Hoy existen unos 70 socios inscritos, pero hay mucha más gente que participa de manera informal y todos los que quieran pueden ir a jugar cada martes desde las 19.30 horas al bar Ciudad de la Furia, del barrio Bellavista.
Con la asesoría de la Asociación de Metegol de Argentina, logramos que la ITSF nos reconociera en 2016. Así empezamos a competir y fuimos a Mendoza. Viajamos ocho jugadores en una van gestionada por uno de los socios y fue nuestra primera experiencia con mesas profesionales. Son cinco modelos reconocidos, pero una de las más usadas es uno norteamericano llamado tornado. Ahí nos dimos cuenta de que la mesa chilena es rara.
De partida, es muy curva. Si pones la pelota en una esquina se mueve sola y eso no se da en ninguna otra parte porque debe estar fija. Otra diferencia es que las manillas chilenas son redondas y los jugadores de acá aprenden a tomarlas de una manera especial que te da más agarre. En cambio, las manillas profesionales son cilíndricas, como un tubo, y eso cambia toda tu postura y manejo. Además, en Chile cada futbolista dentro del taca taca tiene una goma en sus pies que sirve para pisar la pelota. En las mesas internacionales son sólo una paleta de plástico recta y no puedes manipular el balón.
También nos dimos cuenta de que hay como 200 reglas distintas. Por ejemplo, se permite tener la pelota 15 segundos por línea. Imagina enfrentar a alguien que está todo ese tiempo moviendo la pelota de izquierda a derecha. Todo es muy técnico y el nivel de estrés es alto. Incluso puedes pedir tiempo. Obviamente no nos fue bien esa vez en Mendoza, aunque casi le gané a un campeón argentino. Pese a todo, nos dimos cuenta de que teníamos un plus al jugar a la chilena. Como no podíamos parar la pelota hacíamos todo muy rápido y pateábamos a la primera y todos quedaban descolocados. Podías notar que pensaban "¿Qué onda con estos locos y su velocidad?".
Luego fuimos a Cochabamba, Bolivia. Competimos 40 adultos y eran 39 hombres. Ahí me percaté de lo que ocurre en casi todos los deportes, donde la presencia de los hombres se da en claro desmedro de la participación femenina. Tampoco nos fue bien, pero todo cambió en la primera Copa América de fútbol de mesa que se hizo en octubre del año pasado en Lima, Perú. Por fin hubo quorum para hacer un torneo femenino y gané mi medalla. Ese fue el estímulo final para comprar una mesa profesional, pero eso implicaba invertir casi un millón y medio de pesos. Logramos reunir unos 800 mil, lo que sumado a un crédito nos permitió adquirir una.
Paralelamente, Manuel Cáceres, otro socio y empresario fanático del taca taca que compite en seniors, trajo otra por su cuenta. Otros socios trajeron dos más y así, de la nada, pasamos a ser el país con más mesas tornado de Sudamérica. En este proceso nos dimos cuenta de que hay una relación directa entre los recursos de los jugadores y la capacidad de ir a torneos. Por eso acudimos a la diputada Érika Olivera, porque al ser deportista pensamos que podía ayudarnos a que el taca taca sea declarado deporte oficial.
Ella se asombró con un torneo que se hizo en septiembre en Santiago y presentó la propuesta de ley, que no busca calificar esta actividad como "deporte nacional", como se dijo en muchos lados. Lo que se quiere es que sea reconocido como un deporte más para postular a fondos del Instituto Nacional del Deporte y tener recursos para un entrenador o un kinesiólogo. Esto lo digo porque, por ejemplo, la jugadora peruana tiene una lesión crónica al hombro de tanto jugar.
Yo decidí dedicarme al taca taca chileno, porque no tengo tiempo ni la mentalidad para entrenar regularmente con una mesa profesional. Pero hay chilenos que practican cuatro a cinco horas cada miércoles y sábado en las mesas profesionales, que están en la fábrica de Manuel Cáceres en Estación Central. Y aunque el club está abierto a que cualquiera vaya a entrenar, en la Selección que va a la segunda Copa América en Costa Rica viajan los que pueden costear los pasajes. La idea es que en dos años sí vayan los mejores y que se financie al menos a tres de ellos.
Esto le conviene a la ITSF, que está enfocada en que el taca taca sea reconocido como deporte olímpico. Para que eso ocurra tiene que crecer en todo el mundo, incluido Chile. Yo hice clases de cálculo en un taller de la cárcel de mujeres y me imaginaba el efecto que tendría ahí un taca taca. Podría motivar el deseo de superación porque quieres ganarle a la otra persona. A eso hay que sumarle el factor desestresante. Si a nosotros nos relaja, imaginen el efecto que tendría en personas que no tienen oportunidades en la vida.
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