Soy podóloga y así afecta a la salud caminar descalzo por la casa
La práctica de caminar sin zapatos puede ser beneficiosa para el fortalecimiento de los músculos de los pies, pero también está asociado a algunos peligros.
Uno de los pequeños placeres que muchos realizan al llegar al hogar, después de un ajetreado día de trabajo, estudios o compromisos sociales, es quitarse los zapatos y calcetines para sentir más libertad en los pies.
De acuerdo a expertos en podología, ese hábito puede favorecer la salud de nuestros pies, pero al mismo tiempo, está asociado a varios riesgos a los que hay que estar atento.
Cuáles son los beneficios de andar descalzo
La práctica de caminar sin ningún calzado entrega numerosos beneficios, y tal vez el más importante, es el fortalecimiento de los músculos de los pies, cree el podólogo clínico Robert Coenello.
Desde la experiencia del experto, la fuerza muscular de las extremidades inferiores generalmente se debilita “a medida que envejecemos y usamos zapatos”, dijo al periódico HuffPost.
Debido a que los músculos están muy asociados a la movilidad general del cuerpo, el deterioro de ellos puede hacer que el movimiento se reduzca con el paso de los años.
En su consulta, Coenello ha notado que varias afecciones que tienen las personas ocurren a causa de “la incapacidad de utilizar estos músculos para realizar movimientos normales y lograr eficiencia metabólica”.
La Dra. Hannah Kopelman, especializada en dermatología, coincide con esa visión. En declaraciones brindadas al mismo medio, la experta dijo que andar descalzo favorece que la piel de esa zona del cuerpo respire, lo que ayuda a evitar la acumulación de humedad y disminuir el riesgo de infecciones por hongos.
Además, puede brindar una ventaja secundaria que se relaciona con la piel: la estimulación sensorial. Específicamente, según Kopelman, experimentar la textura de diferentes cosas bajo los pies “puede ser relajante y tranquilizador, casi como una mini sesión de reflexología”.
Cuáles son los riesgos de caminar descalzo
Los especialistas aseguran que aunque andar descalzo también tiene peligros potenciales.
Uno de ellos que llevar a cabo ese hábito repetidamente puede ocasionar fatiga en los pies o fascitis plantar, una patología donde el tejido fibroso que conecta al talón con el área de los dedos se inflama.
“Con el tiempo, la falta de amortiguación puede generar tensión en las articulaciones, especialmente en aquellos que ya tienen problemas en los pies o las articulaciones”, agregó Kopelman.
Alicia Canzanese, podóloga, y presidenta de la Academia Estadounidense de Medicina Deportiva Podológica, declaró al medio SELF que la pandemia por Covid-19 hizo que hubiera una “una oleada descontrolada” de casos de fascitis plantar, ya que las personas que antes solían caminar casi todo el día con zapatos puestos, comenzaron a pasar más tiempo descalzos en casa.
Otro riesgo es que cuando no estás de pie durante varias horas, la fascia plantar comienza a tensarse. Y si te trasladas desde la silla a la cama sin ningún tipo de apoyo (como zapatos), el riesgo de cargar en exceso e irritar el tejido puede ser mayor. En ese tipo de situaciones, quienes corren más riesgo son las personas que tienen arcos muy altos o bajos.
Los pies también están más expuestos a elementos que pueden ser irritantes o alérgenos, como polvo, caspa de perros o gatos o productos de limpieza. Esto puede ser particularmente problemático para quienes tienen piel sensible o enfermedades cutáneas, entre ellas, dermatitis de contacto y eccema.
También está el riesgo de sufrir una lesión grave tras pisar objetos duros y afilados o superficies resbaladizas. Según podólogos, quienes tienen diabetes o mala circulación de la sangre puede ser más vulnerables a sufrir efectos graves por esos episodios, dado que en ellos “una lesión menor en el pie puede provocar problemas de salud”.
Cómo andar descalzo en el hogar de forma segura
Para quienes están interesados en comenzar a andar descalzos, la sugerencia de los expertos es hacerlo de manera gradual.
Según explicó Canzanese, un buen comienzo es realizar esa práctica por 20 a 30 minutos al día y aumentar paulatinamente desde ese momento. Las alfombras pueden ser útiles al iniciar ese proceso, dado que ofrecen más amortiguación que pisar directamente otros materiales como madera o baldosas.
La podóloga agregó que también es necesario asegurarse de que el piso está libre de objetos pequeños, duros y afilados que puedan provocar una lesión.
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