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Asquith, frente al palacio de la felicidad de Bhutan.

El "Tinder" de los viajes


James Asquith tiene 29 años y hoy trabaja en una oficina del Deutsche Bank en Londres. Una vida relajada que contrasta con los cinco años que pasó viajando por el globo, una agitada travesía que en 2013 lo llevó a convertirse, según los récords Guinness, en la persona más joven en visitar los 196 países del mundo. "Creo que somos más felices cuando viajamos. Tenemos menos inhibiciones y somos más propensos a probar nuevas cosas", cuenta Asquith a Tendencias cuando se le pregunta sobre la filosofía detrás de su aventura.

La inspiración original para esa marca que ostenta hasta hoy fue su padre, un piloto de la aerolínea BMI. Asquith quería seguir sus pasos, así que cuando era niño empezó a ahorrar todo el dinero que ganaba lavando autos y también el que recibía en cada cumpleaños. Al cumplir 18, tenía fondos suficientes para tomarse unas vacaciones antes de entrar a la universidad y se fue a recorrer el sureste de Asia con unos amigos.

Cuando fue a comprar la mochila para sus pertrechos, el vendedor le dijo a Asquith "Llévate esta. Te contagiará el bichito de viajar y, además, es bastante resistente". Él le respondió que sólo sería un tour de tres meses, pero dos días después de volver el joven reservó su primer viaje en solitario a Egipto. Era el paso previo a la travesía que le permitió conseguir la marca Guinness cuando tenía sólo 24 años, un recorrido que partió en 2008 en Vietnam y terminó en 2013 en Micronesia.

El viaje lo llevó a recorrer Afganistán cuando era una zona de guerra y también a conocer soldados de Corea del Norte. Asquith, que trabajaba en hoteles y bares para solventar sus gastos en ruta, también visitó los sets de filmación de El señor de los anillos en Nueva Zelandia, los glaciares de Islandia y se enamoró de la gastronomía y las calles de adoquines de Sudamérica. Tras completar esa aventura global, Asquith quiso buscar una manera de incentivar a la gente para que saliera a explorar tal como él lo hizo. Le dio varias vueltas a la idea hasta concretarla en una app que lanzó este mes y que él califica como un "Tinder del turismo".

La plataforma se llama Holiday Swap (www.holidayswap.com) y permite que los usuarios intercambien con otros viajeros desde una villa en las playas de Brasil hasta un ático en Alemania o una simple habitación en Australia. El sistema es similar al de Tinder porque opera con perfiles y fotos que, en lugar de mostrar potenciales parejas, despliegan las propiedades disponibles. Al inscribirse, el usuario define varios filtros de lo que busca u ofrece, ya sea por país, ciudad o si se trata de un barrio con "atmósfera juvenil". Cuando hay un "match" con algún usuario, la persona recibe una notificación y un "pin" que se añade al mapa de la app, además de la habilidad de chatear para definir una fecha de uso.

"Los filtros más populares que vemos hasta ahora se refieren a lugares cercanos a playas o ubicados en ciertas ciudades, con usuarios que definen parámetros adicionales como 'aventura' y 'fiesta', lo que muestra la naturaleza joven y abierta de nuestra base actual de usuarios. Hemos visto más de 22 mil "matches" en nuestra primera fase de funcionamiento", indica Asquith.

Comunidad viajera

Una de las obsesiones del inglés es rebajar los costos de viajar, por lo que la descarga y la inscripción en la app para equipos Apple y Android es gratuita. Cuando el usuario logra concretar un intercambio, esa acción sólo implica un costo de administración de un dólar por cama incluida. "Por ejemplo, si alguien consigue una casa con dos dormitorios por una semana, eso valdrá sólo 14 dólares y no habrá ninguna tarifa adicional oculta", señalan las normas de uso de la plataforma.

Si los hace sentirse más seguros, los usuarios pueden pedir un depósito reembolsable adicional ante cualquier posible daño a la propiedad. "El alojamiento y el transporte componen gran parte de los costos de viajar, así que al integrar la economía compartida y al usar un activo que ya tenemos, como es nuestro hogar, podemos eliminar una porción importante de los gastos", explica Asquith. El creador de Holiday Swap agrega que depende de los usuarios si quieren intercambiar una casa de una habitación o de seis y que el cargo de un dólar por cama se mantendrá fijo, porque no le interesa crear una empresa multimillonaria, sino que una comunidad: "Quizás los usuarios ni siquiera concreten el intercambio cuando se produce un 'match', sino que terminen construyendo nexos sociales a través del mundo. Tal vez eso implique simplemente que hagas amigos y futuros contactos de viajes en otros países", explica Asquith.

Para generar esa especie de red social del turismo, el staff de la plataforma veta manualmente cada perfil y si alguno no cumple con los estándares de la app, será suspendido. La empresa ya ha captado el interés de aerolíneas, agencias turísticas y algunos posibles embajadores de marca que le permitirán potenciar y promover su servicio, aunque su creador no pretende vender su creación si se vuelve masiva: "Lo que deseamos es ser capaces de inspirar viajes y ofrecer grandes excursiones y experiencias a los usuarios. En mi opinión, el dinero es principalmente una herramienta que nos da tiempo para hacer lo que queremos y disfrutar más de la vida. Si podemos vivir más experiencias por menos dinero eso es genial. Holiday Swap es mi pasión y quiero seguir convirtiéndola en la herramienta de viaje más relevante que exista. Por eso no vendería la compañía".

Asquith agrega que en 10 años espera que Holiday Swap ya sea una de las mayores fuentes de información y de herramientas de viaje del mundo. Por ahora, señala, el servicio ya muestra un alto potencial incluso para viajes no tan ambiciosos como el que le permitió ganar el Guinness: "Creemos que la aplicación sirve no sólo para viajar alrededor del globo, sino que también para intercambiar alojamientos entre países como Chile y Argentina. Si un lugar reúne una gran cantidad de información útil sobre viajes, aportada por gente perspicaz y entusiasta, eso redunda en mejorar las experiencias culturales. Cuando yo viajaba llevaba gruesas guías turísticas, pero me enteraba sobre los datos más atractivos y actuales por el boca a boca. Holiday Swap le permitirá a los usuarios compartir esa información al instante".

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