Los 22 días que sacudieron a Chile
Hace 10 años, para el aniversario 40 del Golpe de Estado, el suplemento El Semanal de La Tercera publicó un trabajo conducido por el periodista y escritor Ascanio Cavallo, y un equipo de académicos de la Escuela de Comunicaciones y Periodismo de la UAI, sobre las tres semanas previas al Golpe y cómo esos días marcaron el punto de no retorno desde las instituciones del Estado, los partidos políticos y la influencia de la esfera internacional. Este trabajo trasciende el paso del tiempo, por lo que decidimos crear un sitio que irá liberando un contenido diario desde mañana lunes hasta llegar al 11 de septiembre. El día de los 50 años.
Aunque vivamos en tiempos en que la interpretación y la emoción, sobre todo en el campo de las redes sociales, sean más importantes que la investigación y la información, siempre vale la pena volver a revisar la historia.
Hace 10 años, un equipo de académicos de la Escuela de Comunicaciones y Periodismo de la Universidad Adolfo Ibáñez, compuesto por Ascanio Cavallo, Manuel Délano, Bárbara Fuentes y Karen Trajtemberg, coordinado por Paula Susacasa, publicó un trabajo de investigación en el suplemento El Semanal de La Tercera enfocado en los últimos días previos al Golpe de Estado. Cada una de las entradas estaba enfocada en un actor clave: el gobierno, los partidos políticos, los movimientos tipo Patria y Libertad, los gremios, Estados Unidos, la Unión Soviética, entre otros. Ese trabajo de investigación histórica se sostiene hasta hoy y esta vez será publicado con un plus: cada entrada incluye la posibilidad de escuchar la historia narrada por Francisco Aravena, conductor y voz en Radio Duna y el podcast Crónica Estéreo de La Tercera.
El prólogo de Los 22 días que sacudieron a Chile es, a la vez, una tesis. Y hace referencia a un artículo de enero de 1974 en que el historiador Paul E. Sigmund observó esas tres semanas previas al Golpe: “La política de Allende (…), que combinó inflación con deliberada polarización de clases, era una fórmula para el desastre”, mientras al mismo tiempo consignaba la intervención explícita e implícita del gobierno de Estados Unidos.
Por eso, los académicos UAI escriben: “La mayoría de los chilenos de entonces vivió esa época como la describe Sigmund: como un proceso de aceleración de la historia, jalonado por tensiones privadas e incidentes públicos y por la sensación generalizada de que todo tendría una salida violenta, un Golpe de Estado o una guerra civil. No hay sobreviviente de aquellos días -incluidos los principales líderes políticos- que no identifique esas últimas tres semanas del gobierno de Salvador Allende como una progresión hacia la tragedia”.
El trabajo de los autores, igual de relevante que hace 10 años, ensaya una respuesta sobre lo ocurrido esos días a partir de una investigación periodística de seis meses, basada en entrevistas a los actores y testigos, y en una revisión de la amplia bibliografía existente.
El repaso de cada una de las entidades que fueron claves y terminaron desembocando en el desenlace final tiene como objetivo establecer que lo ocurrido no es una mera reducción entre golpistas y derrocados. El Chile de 1973 hizo agua por innumerables lados, desencadenándose la tragedia por todos conocida. Así lo consigna el cierre del prólogo escrito en 2013: “Si había un colapso en algún momento, lo sería por la convergencia más o menos desgraciada de un conjunto de causales: una falla multiorgánica, para usar una metáfora clínica”.
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