Rapa Nui: el regreso del espíritu de los ancestros

Ceremonia bienvenida

El sábado 16 volvieron a la isla centenares de restos bioarqueológicos que el legendario explorador Thor Heyerdahl se llevó a Oslo hace 70 años. Se encontraban en el Museo Kon-Tiki y fueron repatriados gracias a un acuerdo firmado en 2019. “Son nuestros abuelos”, dice el presidente del Consejo de Ancianos, que viajó con una delegación a buscarlos. Ahora, en la isla esperan nuevas repatriaciones.


La mesa de trabajo era un caos de pasaportes, cartas, fotografías y documentos. Thor Heyerdahl preparaba su primera expedición a Rapa Nui y debía resolver mil asuntos, desde la tripulación a los víveres. El timbre de la casa y el teléfono no paraban de sonar. De pronto apareció un hombre misterioso que quería hablar con el célebre aventurero. “¿Ha visto usted las estatuas de la Isla de Pascua?”, le preguntó, en voz baja. “No, pero precisamente me dispongo a ir a verlas”, respondió Heyerdahl. El hombre lo miró con ojos astutos: “Hay un hombre al interior de cada una de ellas. Un rey”, dijo. El expedicionario reaccionó escéptico:

-¿Y como se metieron dentro?

-Los metieron. Como en una pirámide. Rompa usted una y lo verá.

Con el auspicio del rey de Noruega, la expedición Kon-Tiki llegó Rapa Nui en la primavera de 1956. Para entonces, Heyerdahl era una celebridad, luego de cruzar el océano Pacífico desde el Callao a la Polinesia Francesa en una balsa de madera en 1947. El gobierno chileno le dio permiso para excavar la isla, con la condición de no dañar los moais.

Desde luego, Heyerdahl no rompió los monumentos, pero sí excavó sus bases. De este modo descubrió que los moais eran gigantes enterrados, cuyos cuerpos de piedra permanecían ocultos bajo tierra. También descubrió que en sus bases a menudo se encontraban huesos humanos: cráneos, brazos y piernas. Con la guía de los nativos, recorrió cuevas y túneles, donde descubrió petroglifos, cuchillos y puntas de lanza de obsidiana, figuras esculpidas en piedra, objetos rituales y restos humanos.

Excavación Heyerdahl

Un año después, Heyerdahl zarpó de Rapa Nui con un cargamento de 5.600 piezas, que abarcaba objetos arqueológicos y restos bioarqueológicos. Escribió una memoria de su expedición, Aku Aku, que dio a conocer a la isla en el mundo. Y con el material que recopiló dio forma a la colección del Museo Kon-Tiki en Oslo.

Casi 70 años después, parte de ese patrimonio regresó a la isla el sábado 16. A inicios de noviembre, una delegación rapanui viajó a Noruega para repatriar los restos de sus antepasados, los Ivi Tupuna. Eran 11 cajas que contenían 17 cráneos y más de 500 fragmentos de hueso poscraneal.

-No son solo huesos, son nuestros abuelos -dice Carlos Edmunds Paoa, presidente del Consejo de Ancianos.

Carlos Edmunds encabezó la comitiva de representantes de la isla, integrada por el comisionado Tavari Pakomio, de la Comisión de Desarrollo de Isla de Pascua; Mike Patu Haoa y la antropóloga Tarita Rapu, entre otros. También la directora del servicio Nacional del Patrimonio, Nélida Pozo, y la directora del Museo Sebastián Englert (MAPSE), Paula Valenzuela.

-Los Ivi Tupuna fueron sacados de los monumentos ceremoniales, los ahu, donde antiguamente las tribus enterraban a sus reyes o jefes. No son cualquier hueso. Lo importante es que ahora nuestros ancestros regresan; nuestros espíritus están contentos de volver a la isla -dice Carlos Edmunds.

La recuperación se logró gracias a un acuerdo firmado en 2019 por el Ministerio de las Culturas con el hijo del explorador, Thor Heyerdahl junior, quien falleció en agosto pasado. En 2021 su hija Liv asumió la dirección del museo y fue ella quien se hizo cargo de cumplir con el acuerdo.

Return of remains from the Kon-Tiki museum to Easter Island
Liv Heyerdahl and Laura Tarita Rapu Alarcon are seen on the occasion of the return of remains from the Kon-Tiki museum to Easter Island, in Oslo, Norway, November 12, 2024. Lise Aserud/NTB/via REUTERS ATTENTION EDITORS - THIS IMAGE WAS PROVIDED BY A THIRD PARTY. NORWAY OUT. NO COMMERCIAL OR EDITORIAL SALES IN NORWAY.

-Mi abuelo estaría feliz -dijo Liv Heyerdahl, quien recibió a la comitiva en Oslo y viajó a Rapa Nui para la recepción de los Ivi Tupuna.

La repatriación forma parte de la “Política de Restitución de Bienes Culturales de Pueblos Originarios. Una política de Estado iniciada el año 2019 que considera la participación y las sensibilidades de las mismas comunidades involucradas y que apunta a la repatriación de objetos culturales y restos bioantropológicos que por distintas circunstancias salieron de sus lugares de origen”, dice la ministra de las Culturas, Carolina Arredondo

-Este es el cierre de un ciclo: los ancestros vuelven a la tierra y es como volver a nacer, porque en Rapa Nui usamos la palabra henua, que significa tierra y también placenta. Para nosotros, los espíritus están vivos -dice Tarita Rapu, sobrina del primer alcalde de Rapa Nui, Alfonso Rapu.

Las cavernas secretas

Cuando Thor Heyerdahl recaló en Rapa Nui, en 1956, la isla era gobernada por la Armada, después de 80 años bajo la administración de la Compañía Explotadora, que confinó a la población en Hanga Roa, sin libertad de movimiento, explotó sus recursos y abusó de su población en condiciones de semiesclavitud. Con la Marina la isla quedó bajo control militar, no podían desplazarse libremente y debían cumplir tareas públicas sin remuneración.

-En esa época los rapanui nos sentíamos en el suelo. Habíamos sido esclavos, nuestra cultura no era valorada, no teníamos derechos, había hambre y pobreza. Entonces llega el hombre blanco, le interesan nuestras cosas y nosotros las entregamos -dice Tavari Pakomio.

Aún faltaban cerca de 10 años para que el profesor Alfonso Rapu encabezara la rebelión que logró darle derechos civiles al pueblo rapanui.

En 1956, Heyerdahl llevó un cargamento de anzuelos, telas y sacos de harina para pagar a las cuadrillas rapanui que hicieron las excavaciones. Con la misma moneda, así como con cigarrillos, solía pagar por las figuras arqueológicas de piedra que compraba a los pobladores. A menudo le ofrecían también falsas piedras antiguas, talladas recientemente, pero que intentaban envejecer mediante humo o tierra.

Kon Tiki
Liv Heyerdahl y Tarita Rapu en ceremonia con los Ivi Tupuna en el Museo Kon-Tiki.

El explorador y su equipo recorrieron la isla de arriba a abajo, excavaron en Rano Raraku, subieron al volcán Orongo, colgaron de acantilados y bajaron a las cuevas al borde del mar. Pero Heyerdahl sabía que parte de los mayores tesoros se encontraban en cavernas secretas familiares. Pero estas eran tabú: según las creencias de Rapa Nui, las cavernas familiares son sagradas y estaban protegidas por aku-akus, poderosos espíritus protectores.

Entre otras estrategias para acceder a las cavernas, Heyerdahl contó historias en torno al poder de su propio aku -aku, que lo había protegido en sus viajes por el Pacífico. Convencido de la sensibilidad de los rapanui ante la dimensión espiritual, una noche montó un engaño para demostrar el poder de su aku-aku, y así logró que uno de los líderes le diera acceso a la caverna donde reposaban los restos de sus antepasados, acompañados de valiosos y antiquísimos objetos.

En otra ocasión, cambió vigas de madera que utilizó para levantar moais con un joven líder que quería construirse una casa. De este modo pudo ingresar a una caverna donde se encontraban varios esqueletos envueltos en totora. De ella sacó una decena de esculturas, entre estas dos antiguas figuras de hombre pájaro.

El 12 de noviembre pasado, la delegación rapanui se encontró con parte de ese patrimonio. A primera hora fueron recibidos en el palacio real por los reyes de Noruega. Luego el Museo Kon-Tiki les permitió revisar objetos de la colección y se comprometió a retornar 56 piezas el próximo año. Y comenzó la preparación para el retorno de los Ivi Tupuna. El comisionado Tavari Pakiomo colaboró en el proceso.

Reyes Noruega

-Me tocó ayudar a envolver los cráneos y huesos para meterlos en las cajas y evitar que se dañaran en el viaje. Lo más hermoso fue encontrar que algunas cabezas tenían figuras grabadas -cuenta.

Los Ivi Tupuna fueron llevados a una sala donde la delegación realizó una ceremonia. Hablaron, cantaron, se emocionaron. Tarita Rapu preparó la comida para sus antepasados.

-Con esta ceremonia despertamos a los ancestros, les contamos quiénes somos y los alimentamos. Les contamos que vamos a llevarlos de regreso. Y ellos despertaron. Nosotros pasamos la noche con ellos -cuenta Tarita Rapu.

Espíritus vivos

Carlos Edmunds Paoa, el presidente del Consejo de Ancianos, desciende de familias originarias de Anakena, el centro ceremonial y político más importante de Rapa Nui. Pero solo pudo conocer la playa a los 13 años, en 1966, cuando terminó la administración de la Armada y los rapanui pudieron moverse con libertad por la isla. “Fue una emoción inmensa”, recuerda.

En los años 80, Edmunds colaboró con Heyerdahl en su regreso a Rapa Nui y dice que entonces el explorador noruego se comprometió a devolver los restos de sus antepasados.

-Participé en las excavaciones que hizo en 1986 y en una de ellas encontró la mitad de una figura que se había llevado en 1955. Quiso llevársela a su museo, pero le dijimos que no; se llevó una réplica. Ahí se comprometió a devolver los ancestros.

La noche del 12 de noviembre, Carlos Edmunds recordó esa promesa. Con el resto de los líderes pasó la noche en el museo y sintieron que los ancestros habían despertado: Edmunds y Tavari Pakiomo dicen que se comunicaron con ellos en sueños.

-Los ancestros estaban listos para volver. Fue muy emocionante -dice Edmunds.

En el viaje de regreso, la comitiva hizo escala durante 14 horas en Londres. Gracias al apoyo de la embajada, fueron recibidos en el Museo Británico. Allí visitaron el Hoa Hakananai’a, el moai que originalmente se encontraba en Orongo y fue robado por una expedición inglesa en 1868.

Moai
Carlos Edmunds y Tarita Rapu en el Museo Británico con el moai Hoa Hakananai’a, sacado de Rapa Nui en 1868.

-Una cosa es ver ese moai en fotos y otra muy distinta estar ahí en su presencia. En medio de la sala, es como un embajador imponente, mágico. A medida que me fui acercando, se me llenaron los ojos de lágrimas. Estaba prohibido, pero no pude no tocarlo -cuenta Tavari.

Elaborado en piedra basalto y rico en tallados, el regreso de Hoa Hakananai’a (amigo perdido) es una de las aspiraciones más sentidas del pueblo rapanui. Hace un par de años, sus líderes comenzaron conversaciones con el Museo Británico que aún están en desarrollo.

Tavari
Miguel Pate Haoa, Carlos Edmunds Paoa y Tavari Pakomio Ika con dos figuras rapanui recuperadas en Londres.

Londres les deparaba una sorpresa: descendientes del capitán de la expedición de la arqueóloga Katherine Routledge, de 1915, se acercaron a la embajada.

-Ellos eran la cuarta generación de descendientes del capitán del Mana, el barco de Routledge. Traían dos cajitas con la figura de un moai acostado y otra de unos siameses en piedra. Después de más de 100 años, retornaron a Rapa Nui -cuenta Tavari.

Tras una escala en Santiago, el sábado 16 de noviembre los Ivi Tupuna desembarcaron en el aeropuerto de Mataveri. La comunidad los esperaba con vestidos rituales y una ceremonia de bienvenida. Hubo discursos y cantos, y un recorrido en caravana por los sitios ceremoniales de la isla. También cocinaron un curanto de bienvenida.

Caravana
Caravana con los Ivi Tupuna en Rapa Nui.

Desde ese día, los Ivi Tupuna reposan en el Museo de Rapa Nui, a la espera de volver a la tierra de donde fueron sacados.

-Para nosotros no hay separación entre pasado y presente, el pasado sigue aquí -dice Tarita Rapu.- Los ancianos hablan con los ancestros, les piden consejos, para nosotros son espíritus vivos. Ellos están de vuelta entre nosotros.

La repatriación es un hito: es la primera europea y se suma a otras realizadas en 1986 y 2006. Se espera que la próxima sea en 2025. Y mientras siguen las conversaciones con el Museo Británico, aún queda mucho patrimonio en universidades y museos del mundo.

-Hay muchas piezas y cráneos repartidos por el mundo: en el Colegio de Cirujanos de Londres, en Viena, en Estados Unidos, en el Vaticano -dice Tarita Rapu.

Otra de las aspiraciones es recuperar la cabeza de Hotu Matua, el primer rey de Rapa Nui, que se encuentra en Francia: fue vendida a una expedición francesa por el abuelo de Tavari Pakiomo.

Ahora, el comisionado está comprometido con lograr su regreso: “Yo quiero limpiar el honor de mi familia. La cabeza de Hotu Matua debe volver a la isla. Es un compromiso con mi pueblo”.

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