Cómo la acusación a Piñera se convirtió en una nueva trizadura de la oposición

Senado discute estado de excepción constitucional de emergencia
FOTO: PABLO OVALLE ISASMENDI/AGENCIAUNO

En horas de la mañana, Carolina Goic transmitió señales a sus pares de que estaría por aprobar la acusación. Por lo tanto, hasta el cierre de esta edición las únicas dudas eran los votos de Ximena Rincón y Jorge Pizarro. Aunque ambos terminen alineándose, en el sector reconocen que la convivencia interna está más que difícil y que la candidatura de Yasna Provoste dejó de ser un factor unificador.


Una accidentada reunión telemática, convocada a las 8 de la mañana por la presidenta del Senado, Ximena Rincón (DC), fue el último intento de coordinación opositora en la antesala de la jornada para votar la acusación contra el Presidente Sebastián Piñera.

El lunes en la tarde los parlamentarios de oposición habían hecho un primer esfuerzo para ponerse de acuerdo. Pero esa cita no logró el quórum requerido. En todo caso, es probable que en la tarde hicieran un nuevo esfuerzo para reunirse.

El encuentro de esta mañana buscaba mejorar el clima y la comunicación dentro del bloque opositor, donde varios admitían su molestia por episodios de la semana pasada, como las votaciones por un cuarto retiro y la prórroga de un Estado de Excepción Constitucional en cuatro provincias de La Araucanía y el Biobío.

Algunos senadores señalan que al menos se pudo conversar un poco. Otros señalan elegantemente que tuvieron problemas para conectarse, mientras algunos admiten que derechamente no quisieron sumarse en señal de molestia. Lo cierto es que al final la reunión tampoco tuvo quórum completo. Incluso, la reunión partió con tres asistentes y cuando algunos lograron entrar, otros tuvieron que salir para dirigirse a la sala del Senado, que a las 9 de la mañana estaba convocada para iniciar el debate por el libelo contra el Mandatario.

En vista de que es casi imposible que la acusación logre el quórum de 29 votos (hoy la oposición solo tiene 24 senadores), la única duda que había en la mañana era el impacto que tendría un nuevo cuadro de dispersión opositora, a cinco días de las elecciones presidenciales y parlamentarias.

Hasta ayer, el comité PS estaba completamente alineado a favor del libelo, posición que hoy ratificó un personero socialista. En esa misma línea estaba la mayoría de la bancada PPD y los senadores DC Francisco Huenchumilla y Yasna Provoste, quien a pesar de su cautela, ya estaba decidida a actuar en sintonía con la mayoría opositora.

En horas de la mañana, la senadora DC Carolina Goic también transmitió señales a sus pares de que estaría por aprobar la acusación.

En el PPD también estaban inclinados a favor, con la salvedad de algunos de sus senadores que estaban abiertos a buscar alternativas, por ejemplo, una abstención colectiva, si es que con ello lograba salvarse una coordinación opositora.

Esa idea, sin embargo, era descartada de plano por los legisladores socialistas, que se restaron masivamente de la cita de la mañana, pues advertían que tener un voto favorable a Piñera sería un suicidio a días de las elecciones.

Por lo tanto, hasta el cierre de esta edición, las únicas dudas eran los votos de los DC Ximena Rincón y del vicepresidente del Senado, Jorge Pizarro, quien mantuvo el suspenso al ser consultado por la prensa esta mañana.

Pizarro dijo a los medios que esperaba escuchar a las partes antes de decidir su voto. “No corresponde adelantar nuestra opinión, algunos la tienen formada, otros la vamos a ir construyendo durante el día, de manera que no se puede plantear una postura de una bancada o de un gobierno, cada cual debe decidir por sí mismo”, dijo tomando distancia de los dichos de Huenchumilla, jefe de bancada DC, que ayer anticipó su aprobación al libelo.

Divergencias y pesimismo

No obstante, aunque Rincón y Pizarro terminasen alineándose esta tarde a favor de la acusación, algunos creían que era difícil que ello ayudara a mejorar el clima entre los senadores de oposición.

Las últimas dos semanas dejaron un saldo de heridas y rencores que para algunos legisladores ya eran insalvables dentro de las fuerzas políticas que conformaban la antigua Concertación.

Incluso, la semana pasada, en entrevista en La Tercera, Huenchumilla, dijo que lo ocurrido en el Senado era la manifestación de un “problema más de fondo, no solo en la bancada de senadores, sino que también en la DC”. A su juicio ello daba cuenta de una “crisis casi terminal” del partido, pues veía divergencias estratégicas. “No hay affectio societatis”, declaró.

La presión que se generó para votar el cuarto retiro previsional (donde eran varios los senadores con reparos) y la descoordinación que hubo en el bloque opositor al votar la prórroga de estado de excepción, terminaron desvaneciendo el sueño de unidad que un grupo de senadores vio en un momento detrás de la candidatura presidencial de Yasna Provoste.

La sensación que hoy transmitían los senadores distaba del frenesí que se produjo a inicios de mayo por el crecimiento que tuvo Provoste (cuando negoció con el gobierno el nuevo Ingreso Familiar de Emergencia, en una agenda apodada como “Mínimos Comunes”). Las mismas encuestas, hasta la prohibición de informar, habían generado un cuadro de pesimismo, debido a que la senadora DC se había estancado e, incluso, había sido desplazada al cuarto lugar por Franco Parisi.

Por ello, el rechazo de la idea de legislar el cuarto retiro y la posición minoritaria en la que quedó Provoste dentro de la DC, quien fue una de las pocas falangistas que se opuso a extender la presencia militar en el sur, golpearon especialmente a la abanderada.

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