La otra batalla de los clubes: el efecto del alza del dólar en el fútbol chileno
Las instituciones han debido hacer frente a la súbita variación de la divisa. Algunas de ellas tenían políticas para resguardarse ante estas situaciones, mientras que otras simplemente han debido asumir los costos económicos.
El 18 de octubre el dólar cerraba a un valor de $ 709. Ese mismo día comenzó el estallido social y el escenario del país cambió diametralmente. La situación interna provocó que la moneda estadounidense se disparara, llegando a niveles históricos. De hecho, la semana pasada alcanzó por momentos los $ 838, lo que llevó a la intervención del Banco Central, y ayer la jornada cerró en $ 802.
La situación, sin duda, golpeó fuertemente a algunos clubes del fútbol chileno, sobre todo a aquellos que firman contratos en dólares. Sin ir más lejos, el 27 de febrero del año pasado la divisa se cotizaba a 588 pesos. Hoy, algunos de esos contratos, valen casi un 30% más que en esa época y un 15% más que en los últimos 48 días.
Ante este escenario, las instituciones del balompié criollo tienen distintas fórmulas para aplacar las alzas y bajas. Otras, definitivamente, no tomaron tantos resguardos y sufren las consecuencias de la volatilidad de la divisa. Ayer, Aníbal Mosa, presidente de Blanco y Negro, daba algunas luces de este panorama. "Hay que entender que este es un país que cambió y que cambiaron los montos y los presupuestos. Para mayor ahondamiento, hay un tema con el dólar. Producto de esta situación, tenemos varios contratos que son en dólares que también encarecen las planillas", señalaba.
Precisamente, en los albos la situación se analiza con mucha detención, ya que los contratos de sus figuras extranjeras y el de Jorge Valdivia están acordados en la divisa estadounidense. Si bien los montos se han incrementado con el alza, en la concesionaria respiran algo aliviados, porque los ingresos de algunos auspiciadores están pactados en dólares, lo que ha permitido mantener un poco más controlada la situación. De todos modos, la idea de Mosa y su directorio es llevar la mayor cantidad de los gastos de 2020 a pesos chilenos, lo que incluye a los nuevos contratos. Y, en los que no se pueda, establecer seguros para matizar estas variaciones tan bruscas. "Hay diferentes formas de estabilizar, pero una sencilla es tener en inversiones lo mismo que en deudas, de manera que si uno sube, el otro también y así se compensan", explica un integrante de ByN. En este sentido, en Macul se ven beneficiados por haber clasificado a la próxima Copa Libertadores, lo que les garantiza un ingreso mínimo de US$ 3 millones.
Universidad de Chile, enfrenta por su parte, un delicado momento económico. Sin embargo, el método de pago de contratos en dólares por parte de Azul Azul contempla una banda de precios. Es decir, se establece un mínimo y un máximo, de acuerdo al valor que adquiera la divisa. En la compañía reconocen que "la situación pudo ser peor, pero que gracias a este mecanismo se pudo controlar un poco más".
Cruzados SADP, la sociedad que controla a Universidad Católica, tiene una fórmula distinta. Sus contratos se confeccionan solo en pesos, pero los de jugadores extranjeros cuentan con una cláusula que permite equiparar la equivalencia del precio de la moneda local con el dólar. Si la moneda estadounidense baja del valor en que estaba cuando se firmó el vínculo, según un promedio que se saca cada seis meses, el club deberá reembolsar la diferencia. Caso contrario, si el valor sube, es el jugador el que tendrá que devolver el excedente, algo que debería suceder a fin de año, cuando se calcule nuevamente el promedio.
En el norte, Deportes Iquique es otro equipo que paga en dólares a sus jugadores extranjeros. Los Dragones, en este caso, establecen vínculos de acuerdo al valor de la moneda norteamericana el día de la firma, por lo que los efectos de esta brusca alza han sido casi inexistentes.
O'Higgins quizás es uno de los clubes más complicados por la situación, ya que los celestes celebraron contratos con sus jugadores extranjeros en dólares sin ningún tipo de restricción. Es decir, el 30 de octubre pasado remuneraron con un dólar a $ 726, mientras que el 29 de noviembre lo hicieron con una divisa a $ 828. Por ejemplo, si algún integrante cobraba US$ 10 mil mensuales, en octubre recibió $ 7.260.000 y en noviembre $ 8.280.000.
El caso argentino
El peso argentino es una de las monedas que más se ha devaluado durante este año, lo que generó estragos en todos los vínculos firmados en dólares. Eso sí, previendo situaciones que ya ocurrieron en el pasado, los clubes transandinos instalaron el concepto del dólar-tope, donde el margen que se maneja oscila entre 50 y 58 pesos argentinos.
De hecho, el 85% de los contratos estaba firmado con la divisa transandina, un 10% correspondía a prima y sueldo en dólares para el mismo jugador. Y un 5%, solo la prima en billete norteamericano. De ese 15% de contratos dolarizados, más de la mitad (el 68%) ya tenía tope en pesos, de acuerdo al diario La Nación.
La misma publicación explica cómo se dio el fichaje de la estrella italiana Daniele de Rossi en Boca Juniors. El exseleccionado firmó un vínculo con el dólar con tope. Sin embargo, los xeneizes pudieron sortear los embates de la volatilidad con varias ventas al extranjero, lo que le permitió compensar las diferencias.
Lo que está claro en el fútbol transandino es que a partir de 2020 existirá una fuga importante de jugadores extranjeros, tomando en cuenta lo volátil que es la moneda argentina frente al dólar. Jugadores como Rafael Borré y Juanfer Quinteros, de River Plate, están analizando seriamente cambiar de liga ante los permanentes cambios que se producen en la economía local.
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