Jardines infantiles alertan que postergación de pagos los tiene al borde de la quiebra

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Desde hace más de un mes, cerca de 800 mil niños parvularios están en sus casas de forma preventiva.

Los recintos particulares han dejado de percibir las mensualidades de los alumnos, obligándolos a suspender a sus trabajadores. En una carta al gobierno, informan su situación y entregan recomendaciones para reabrir el sector. Mientras, la subsecretaría de Educación Parvularia explica las razones para que el regreso a clases empiece con los niños más pequeños.


La crisis económica que desató la pandemia del coronavirus ha golpeado a todas las instituciones de educación, incluso a las salas cuna y jardines infantiles, que han dejado de recibir el flujo de recursos debido a la suspensión de clases y a la grave situación financiera de las familias.

Desde que se desató la enfermedad en Chile, cerca de 800 mil niños parvularios no han podido ir a estos recintos. En el caso de los jardines de la Junji y la Fundación Integra, existe el respaldo financiero de la subvención estatal. Pero los jardines privados no tienen ese apoyo.

Ana María Ramírez, presidenta de Parvulored, una agrupación de 15 jardines particulares de la Región de Valparaíso, dice que todos los planteles han debido suspender parcial o totalmente a sus trabajadores, ya que no hay mensualidades y las familias se están quedando sin trabajo.

“No sabemos cuánto tiempo más podamos mantener esto. Desde el estallido social, muchos jardines tuvieron que cerrar, por caer en quiebra, y los que se mantuvieron, quedaron muy debilitados. Los fondos se fueron y los jardines están asustados”, afirma. Como ejemplo, cuenta que en los sectors de Chorrillos y Reñaca Alto de Viña del Mar ya cerraron tres jardines en los últimos meses.

En otras ciudades, la situación es similar. Liliana Cortés es dueña del jardín infantil Amtiri, de Iquique, y cuenta que tuvo que suspender a 12 de sus 25 trabajadores. “Como sostenedora, es angustiante no poder aportar a estos funcionarios. El Gobierno apela a la primera infancia, pero esta situación se ha invisibilizado como si fuéramos lo peor”, reclama.

Cortés cuenta que casi todos los jardines de Iquique y Alto Hospicio cuentan con el reconocimiento oficial, para lo cual tuvieron que gastar recursos en ajustar su infraestructura a los protocolos del Mineduc, lo que estrechó la espalda financiera.

“Muchas familias de esta zona no están trabajando, también fueron suspendidos, y no tienen dinero para pagar mensualidades. Además, es una zona con muchos inmigrantes, con una situación económica baja. Entonces, no podemos pagar sueldos”, agrega.

Según relata, entre Iquique y Alto Hospicio hay 32 jardines particulares que hoy no están recibiendo recursos.

¿Y qué pasa con los niños? Ambas representantes cuentan que los jardines infantiles donde todavía quedan funcionarios han seguido enviando material pedagógico a las casas, como forma de aportar a las familias. Pero plantean que eso no suple tampoco las actividades presenciales.

Auxilio a la Primera Dama

Fue en medio de esta situación que, el 9 de abril, los jardines particulares le enviaron una carta a la Primera Dama, Cecilia Morel, quien está ligada a materias de infancia, para contarles la realidad que viven y solicitar protocolos para el regreso a clases.

En la misiva, recomiendan que, una vez que se anuncie la reapertura de los jardines, se creen protocolos de trabajo por rango etario de los niños, al igual que instrucciones para los funcionarios de los jardines y las familias, y la entrega de insumos de sanitización.

También recomiendan que el regreso paulatino sea después del 15 de mayo, en las comunas con menor tasa de contagios, y que se comience con los establecimientos de menos de 100 niños.

“Hay que tener en cuenta que, si no volvemos a retomar nuestras actividades, no podremos sostener económicamente nuestros establecimientos por mucho tiempo más e iremos a la quiebra, ya que dependemos del pago de las mensualidades por la atención de los niños y niñas las que se han visto mermadas en forma considerable”, alerta la carta.

La carta fue respondida el 13 de abril por el equipo de la Primera Dama y derivada a la Subsecretaría de Educación Parvularia.

El Mineduc está preparando un plan de retorno a clases, en el que se partiría con los niños de la prebásica y la básica. Sin embargo, los jardines advierten que los niños parvularios son una población de difícil control sanitario.

“La prebásica debería ingresar más tarde, pero si comenzarán con este sector, el ingreso debería ser de forma acotada, con medidas de seguridad. En todo caso, creo que la cantidad de niños que volverá a los jardines será mínima”, dice Ana María Ramírez.

Empezar por los niños

La subsecretaria de Educación Parvularia, María José Castro, explica que los jardines de Junji e Integra no tienen este problema económico, pues cuentan con financiamiento. En estos planteles subvencionados, además, han continuado entregando material pedagógico.

“Desarrollamos un sitio web con material pedagógico, audiovisual y lúdico, para ayudar a las familias con sus niños más pequeños en casa. Esta página, incorporada en el sitio del Mineduc www.aprendoenlinea.mineduc.cl, hay más de 200 recursos disponibles que se actualizan diariamente”, dice Castro.

Además, lanzaron la campaña #PorqueNosHacemosFalta, donde educadoras, técnicos y académicos, a través de videos, realizan actividades para niños en casa.

Sobre el regreso a clases, la subsecretaria Castro dice que pronto darán a conocer el protocolo y que “si algún establecimiento no cumple con requisitos necesarios de higiene, organización de espacios, distanciamiento físico, de comunicación con las familias y de orientaciones claras de los procedimientos a seguir, no podrá retomar sus actividades”.

“Empezar la gradualidad del retorno con los más pequeños se explica, porque hay evidencia científica respecto de que este grupo se encuentra entre la población de más bajo riesgo de contagio frente al Covid-19. Y desde el punto de vista pedagógico, los que más pierden con la suspensión de las actividades presenciales son los más pequeños debido a su poca autonomía”, agrega Castro.

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