Joaquín Fermandois y el debate en torno a historia: "Cuando los saberes se hacen voluntarios, dejan de existir"
Presidente de la Academia Chilena de Historia, el columnista y profesor de la UC rechaza la reforma que suprime el ramo de la malla obligatoria para 3° y 4° medio a partir de 2020. De izquierda a derecha, dice, los historiadores tienen una sola opinión: "Esto no puede ser".
Desde septiembre del año pasado, el historiador y columnista Joaquín Fermandois (Viña del Mar, 1949) no habla solo a título personal. Situado a la derecha del espectro político, "cercano a RN" según sus palabras, el académico de la UC y la U. de San Sebastián preside la Academia Chilena de Historia hasta 2023, institución que no ha querido marginarse del debate en torno a la reforma al currículo y que lo ha tenido como principal vocero.
Hace 10 días Fermandois escribió una carta, a nombre de la Academia, al diario El Mercurio, en rechazo a la decisión del Consejo Nacional de Educación (CNED) de quitar la asignatura de Historia de la malla obligatoria para los dos últimos cursos de la Enseñanza Media, a partir de 2020.
La carta replicaba la que dirigió a la ministra Marcela Cubillos y en ella habla de un "error grave", dado que Historia "debiera estar en el corazón del currículum", y plantea que "todos los chilenos debieran recibir una formación que les permita entender su ser más propio, que es histórico".
"Queríamos que se supiera que estábamos muy preocupados de este tema y que deseábamos intervenir en el debate", afirma hoy Fermandois, quien ignora si la ministra leyó la misiva. Para todos los efectos, agrega, era necesario plantear que "la historia es el presente, porque somos seres históricos: el pasado está con nosotros, el futuro está con nosotros, el presente es lo que vemos".
De la derecha a la izquierda, dice, este tema ha unido a los historiadores: "tenemos una opinión, en términos generales, de que esto no puede ser".
El culto a las reformas
"Cuando los saberes se hacen voluntarios, dejan de existir", plantea el académico, quien dibuja una analogía con los idiomas que han ido quedando fuera de la escuela, como ocurrió con el francés. Peor aún, piensa, es que tales saberes se hagan voluntarios en 3° y 4° medio, a "esa edad en que la mente empieza a abrirse" y en que "la persona está cambiando".
¿En qué medida se aboga por un fin superior y en qué medida se defiende una parcela?
Es un riesgo, y estamos sometidos a esa acusación. Hay algo de cierto también, porque si se termina el interés en la enseñanza, en la historia, va a haber menos profesores. Y aunque nuestra misión no es solo formar profesores -de hecho, en muchas universidades están separados los que forman profesores y los investigadores-, está el interés de la institución: para qué financias historiadores, acaso para que escriban libros que luego muchos no entienden.
¿En qué lugar queda Historia cuando se critica el "asignaturismo" escolar y se fomenta lo interdisciplinario?
Lo interdisciplinario es importante, pero las interdisciplinas no han abolido a las ciencias. Las ciencias tienen miles de años, en algunos casos. Desde la ciencia madre, la filosofía, se han desprendido ciencias, y las ciencias permanecen. El lenguaje de los historiadores, por su parte, se alimenta de otras ciencias: política, derecho, economía, sociedad, antropología. Ahora, cómo llevar la interdisciplinariedad a la enseñanza media, es otro tema, y depende mucho de la cultura del profesor.
¿Qué significa que se haga bien una clase de historia?
Que la gente aprenda cosas, algún mínimo de historia: de dónde venimos, cuáles han sido las grandes civilizaciones, qué problemas tenemos, cuál es la historia de este país, sus etapas, sus problemas. Somos parte de este país, y eso lo tienen que tener.
Publicó una columna donde dice que la reforma al currículum, una más de muchas, "delata un afán juguetón con medidas aparatosas de reforma permanente, plaga de nuestra educación". ¿Piensa en mejorías sin reformas?
La (reforma) de Frei Montalva fue importante, pero no sé cuánto logró. Ahora se está pensando volver al antiguo sistema de 6 años de primaria y 6 de secundaria... En vez de hacer tanta reforma, hay que mejorar las cosas, mejorar la calidad. En otros países hay un culto a las reformas en sí mismas. Reformas en nuestra época eran las revoluciones. Y es algo que tiene prestigio, desde lo político hasta lo empresarial: que haya un nuevo proyecto; las cosas han cambiado, ya el pasado no existe. Creo que hay que tener cuidado con escribir en bonito, con querer puras buenas intenciones.
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