“Me voy a morir joven”: El testimonio que impactó a la comisión investigadora del Programa de Acompañamiento a la Identidad de Género
Durante casi dos meses han llegado diversos testimonios, tanto de personas que han transitado de un género a otro, como de padres que han tenido que vivir esa experiencia con alguno de sus hijos. Aunque algunos han expresado fuertes cuestionamientos a los programas de acompañamiento que tiene el gobierno en la materia, otros los han defendido asegurando que han recurrido a estas iniciativas para no someter a su hijo a una transición de género.
“Para mí la transición tiene que ser siempre el último recurso, y lo digo porque ser trans no es una pastilla básica que soluciona los problemas, al contrario, nos volvemos hormo-dependientes, nos extirpamos órganos sanos, que muchas veces no sabemos las repercusiones futuras de eso, y básicamente entramos sanos a un hospital y salimos hechos pacientes crónicos por nuestra propia voluntad”.
Con esas palabras, el pasado 2 de septiembre Santiago Hormazábal dio cuenta a la comisión investigadora de la Cámara de Diputados cómo es el proceso de transición de género de una persona.
La comisión, constituida el pasado 6 de agosto y cuya presidencia está en manos de Flor Weisse (UDI), está encargada de reunir los antecedentes sobre los actos del gobierno en materia de programas de acompañamiento para personas que quieran transicionar de género.
En ese contexto es que Hormazábal aseguró que “hoy, a mis 41 años, después de estos 12 años de transición más dos años de terapia sicológica previa, recién hoy le estoy tomando el peso que me voy a morir joven, que es algo que no les dicen a los niños cuando inician”.
En la sesión de este lunes -que es el día en que sesiona la comisión- se dirigió de manera telemática a los diputados Nicolás Raveau, un exactivista que transicionó a género femenino, pero que posteriormente de-transicionó.
En su intervención, Raveau cuestionó los programas de acompañamiento, deslizando una falta de imparcialidad para trabajar en estos procesos hormonales.
“¿Cómo va a ser neutro que un encargado de diversidad municipal de Santiago, como Franco Fuica, capacitador de Fosis e instituciones públicas, culpe por redes sociales a una familia del suicidio de su ser querido debido a que no habrían respetado sus pronombres y por tanto no habrían querido que existiera?”
Ese es solo uno de los cuestionamientos del último invitado a la comisión investigadora encargada de reunir los antecedentes respecto a los actos del gobierno en el marco de los programas de acompañamiento a personas que quieran modificar su género registral.
Al inicio de su alocución, Raveau acusó que ha habido personas que han pasado por esos dos procesos, pero que han sido “amedrentados y silenciados”.
En esa misma línea, el exactivista trans aseguró que en el contexto de la firma del acuerdo por la paz y la Nueva Constitución de noviembre de 2019 fue cuestionado por el “activismo”. “Difundieron mi fotografía llamando a reconocerme en la calle, y sí, me reconocieron. En 2020 tuve a sujetos con arma blanca preguntando por mí fuera de mi casa”, acusó.
Al mismo tiempo, Raveau cuestionó los programas de acompañamiento, poniendo en tela de juicio la neutralidad con la que trabajan. “Yo me pregunto, ¿cómo va a ser neutro recibir a niñas y sus familias con chapitas de pronombres y folletos de organizaciones transactivistas?”
La defensa a los programas
A pesar de los fuertes cuestionamientos que han surgido a los programas del gobierno, de igual manera han ido padres de menores, invitados por los representantes del oficialismo en la comisión, para contar su propia experiencia con dichas iniciativas gubernamentales, defiendo su actuar.
Tal es el caso de Rafael Gary, un padre de un niño que se identificaba como mujer y que ingresó a los 9 años a un programa de acompañamiento. A los 11 años, continuó Gary, aparecieron las señales de que el menor comenzaba su etapa de pubertad, por lo mismo, tomaron la decisión de recurrir a los bloqueadores hormonales.
“Debiéramos reflexionar sobre lo que cada uno de ellos fue y vivió. Todos ellos fueron niños no escuchados, aislados, maltratados, abusados, olvidados, abandonados; y muchos de ellos estaban en la calle por su propios padres”, señaló Gary en su intervención.
En el mismo tenor, Eduardo Rodríguez y María José Amenábar, padres de un menor que se identifica como mujer, señalan cómo empezó a vivir como tal sin haber transicionado.
“En 2015 Borja va a una psicóloga especialista en estos casos y nos enteramos que él mismo se ha asignado un nombre femenino, Ema. Nos pide ser tratado como niña en la casa, usar el pelo más largo y comprarle juguetes de mujer”, explicaron en un video.
Al respecto, Amenábar comentó que “revertir tiene costos profundos, sicológicos, físicos; es muy difícil revertirlos después, por eso tomamos la decisión a los 11 años de bloquearle el desarrollo secundario”.
“Nosotros no elegiríamos tener un niño trans, es triste; ojalá que no me esté escuchando, yo no lo hubiera elegido”, sentenció la madre.
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