Pamela, madre de adolescente que se suicidó por bullying: "Ellos tienen miedo y se cansan de vivir así"
El 7 de septiembre de 2011, Felipe Cárcamo (16) se suicidó en su hogar en Chillán, tras sufrir por meses bullying en el colegio. Hoy, frente al caso de Katy Winter, habla su madre: "Todos los días, todos, uno se acuerda y se cuestiona en qué falló uno. Somos todos culpables. Uno se pregunta qué hice mal, que se pudo hacer distinto, cómo no nos dimos cuenta. El tiempo es lo único que ayuda.
En noviembre de 2016, la Corte Suprema confirmó la sentencia que condenó al Colegio La Araucana de Chillán a pagar una indemnización de $8 millones a Patricio Cárcamo Fuentes, el papá de Felipe (16), quien se suicidó el 7 de septiembre de 2011 tras sufrir por meses bullying en el establecimiento educacional.
El fallo consignó que Felipe "fue objeto de conductas de matonaje, acoso u hostigamiento, conocidas como 'bullying' –que en la actualidad encuentran expreso reconocimiento en la Ley Nº 26.536 sobre Violencia Escolar, publicada en el Diario Oficial de 17 de septiembre de 2011– conductas que se ejecutaron incluso hasta el día anterior a la muerte del hijo de la parte demandante" y argumentó que al no tomar cartas en el asunto, La Araucana era también cómplice de estos hechos ya que tenía la obligación de "proteger la integridad física y psicológica del educando".
Pamela Monroy, esposa de Patricio y quien vivió con Felipe desde los nueve años, conversó con La Tercera PM sobre el acoso que sufrió su hijastro y las secuelas que provocó su suicidio.
-Felipe llegó a mediados de mayo de 2011 a La Araucana y había cuatro niños que le hacían bullying. Él vivía conmigo desde los nueve años. Yo era, en la práctica, su mamá. Él primero nos contaba que a otros niños les pegaban en el colegio. Sólo el día antes de su muerte él nos confesó que esto le pasaba a él. "Felipe, ¿quiénes son?", le dije yo. Le dije que se quedara tranquilo porque iba a haber reunión de apoderados y podríamos ver ahí el asunto. Él me contestó que no era ningún sapo y que si hablaba iba a ser peor. No alcanzamos a comentarle el tema a la profesora jefe. Él murió antes. El 7 de septiembre-, cuenta Pamela.
¿Explicó por qué tomó una decisión tan drástica?
Él no dejó cartas. Nada. Felipe tenía un amigo que se acercó a nosotros y nos comentó todo lo que le hacían a él y a los otros compañeros. Nos dijo que Felipe los defendía, pero que en general siempre eran cuatro niños contra uno. Le pegaban, le bajaban los pantalones. A otro chico lo acorralaron con unas sillas. El curso era violento.
¿El colegio, en tu percepción, sabía lo que ocurría?
Este colegio es súper chico, no tiene ni patio. La sala de Felipe estaba a dos metros de la inspectoría. En los recreos, los chicos cerraban la puerta y ahí golpeaban a mi hijo. Cuando mi hijo falleció, la directora nos va a dar el pésame y nos dice: "¿Qué le pasó a Felipe en su casa? En el Colegio estaba súper bien". Nosotros ya nos habíamos enterado de lo que había pasado. Como Colegio debieron habernos dicho que iban a investigar al menos, pero sólo querían lavarse las manos. Él quería volver a su antiguo colegio, yo le decía que se esperara, que faltaba poco para terminar el año.
¿Qué ocurrió el día en que él decide quitarse la vida?
En su último día, él me dijo que estaba adolorido por un resfriado. Ellos tienen miedo y se cansan de vivir así, teniendo que ocultar lo que les pasa. Felipe se quedó callado y se guardó todo mucho tiempo. Él fue ese día al colegio en la mañana y volvió a la casa. Mi marido estaba arreglando una reja, le pidió un lápiz, se lo trajo y luego…Después mi esposo fue a pedirle otra cosa. Estaba encerrado en su pieza. No había nada que hacer. Esa imagen a uno no se le borra. Es horrible.
¿Qué hicieron después?
Uno aprende a vivir con la pena. Felipe vivió con nosotros desde los 9 años. A veces veo a sus compañeros en la calle y me dan ganas de decirles que por su culpa Felipe ya no está acá. Dan ganas de uno hacer justicia. Porque hubo una demanda contra ellos, pero como eran menores de edad, no se podía hacer nada. Sólo ofrecieron disculpas en el juicio. Durante el juicio, sus papás también se disculparon. Pero no es suficiente porque ya una persona no está. Por redes ellos les mandaban a decir que él era pobre, se burlaban de la familia. Esa información la requisaron de los computadores de los compañeros.
¿Qué pasa con ustedes como familia cuando ven casos como el de Katy Winter?
Me da tanta pena. Creen que burlarse da lo mismo. Esos niños no saben el daño que causan a una familia completa. Veo lo de Katy y recuerdo todo lo que nos pasó. Es terrible. El Gobierno debe intervenir. Hay muchos niños que en silencio sufren esto. Aunque los papás nos entreguemos por completo, hay cosas que los niños no nos cuentan. Los profesores deben preguntar si ven algo raro. Esto no puede seguir ocurriendo. Tengo una hija que ha sido nuestro pilar. Pero es muy duro. Todos los días, todos, uno se acuerda y se cuestiona en qué falló uno. Somos todos culpables. Uno se pregunta qué hice mal, que se pudo hacer distinto, cómo no nos dimos cuenta. El tiempo es lo único que ayuda.
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