Reforma política desata la furia de los diputados y expone vacío de la relación de Elizalde con la Cámara
Representantes del oficialismo y de la oposición en esta rama del Congreso admiten que no fueron informados del proyecto de los senadores, quienes supuestamente actuaron coordinados con el Ejecutivo. La molestia, incluso, era mayor entre los legisladores de la alianza gubernamental.
A pesar de que han pasado casi 6 meses (179 días) desde que el Presidente Gabriel Boric, durante su cuenta pública del 1° de junio, le encargó al ministro secretario general de la Presidencia, Álvaro Elizalde (PS), “construir un consenso” para una reforma al sistema político, la molestia era transversal en la Cámara de Diputados, luego de que un grupo variopinto de senadores ingresara por cuenta propia un proyecto para hacer ciertos ajustes “acotados” al sistema parlamentario y político.
La iniciativa tiene como finalidad mejorar la gobernabilidad y combatir la fragmentación política, fijando un mínimo del 5% de los votos para la existencia de partidos y estableciendo el cese del cargo a los legisladores que renuncien a sus colectividades.
La idea de avanzar en esta reforma de parte del gobierno, que supuestamente estaba coordinado con este grupo de senadores, encabezados por el presidente de la Comisión de Constitución, Alfonso de Urresti (PS), incluso venía desde antes. Era uno de los saldos de los dos fallidos procesos constituyentes y el propio Presidente Boric lo anticipó en su discurso en Enade, el 25 de abril de ese año.
Sin embargo, a pesar de que Elizalde sostuvo reuniones puntuales, aparentemente con un grupo acotado de senadores, y a pesar de que la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD), había adelantado que luego de la segunda vuelta electoral de gobernadores el Ejecutivo impulsaría esta reforma, casi todas las bancadas de la Cámara reaccionaron con sorpresa. Incluso, también hubo muestras de desagrado.
Aunque Elizalde sí estaba al tanto de que De Urresti (PS), junto a los senadores Rodrigo Galilea (presidente de RN), Luz Ebensperger (UDI), Ricardo Lagos Weber (PPD), Gastón Saavedra (PS) y Luciano Cruz-Coke (Evópoli), anunciarían esta iniciativa, cuyos contenidos fueron conversados quirúrgicamente con el Ejecutivo, el propio secretario de Estado mantuvo cierta distancia de su presentación, consciente de la rebelión que se venía en la Cámara.
“Nosotros valoramos todas las iniciativas que contribuyan a sacar adelante una reforma al sistema político que tenga por objeto enfrentar la atomización e incentivar el agrupamiento, podríamos decir, de quienes comparten valores, principios, proyectos de país en partidos y fuerzas políticas que sean más representativas. No obstante, obviamente, el proyecto en particular tiene un apoyo importante en el Senado, pero no necesariamente en la Cámara. Y por eso hemos dicho que es necesario dar un paso adicional a través de un diálogo para generar un acuerdo”, dijo el ministro esta mañana en Radio Agricultura.
Sin embargo, el diálogo de parte del titular de la Segpres, que recién comenzaría formalmente la próxima semana, era lo que más se echaba de menos entre los diputados esta mañana, ya que de acuerdo a la instrucción presidencial era el encargado.
“Amigotes”
“El ministro no ha hablado con ninguno de nosotros. Es un anuncio improvisado. Es una reforma con calculadora en la mano”, dijo, por ejemplo, el diputado Miguel Ángel Calisto (independiente Demócratas), a nombre de su bancada. La molestia de Calisto tenía una connotación mayor para el Ejecutivo, ya que él preside la Comisión de Constitución de la Cámara, por lo tanto, para que esta reforma avance con celeridad depende en gran parte de su voluntad y su facultad para ponerla en discusión, salvo que el gobierno opte y tenga los apoyos necesarios entre los diputados para derivar su trámite a otra instancia.
El diputado Raúl Soto (PPD), quien integra también la Comisión de Constitución, señaló que “no se nos ha preguntado la opinión, por lo tanto, lo vamos a evaluar en su mérito”.
Incluso desde la propia bancada socialista hubo reproches, aunque algunos legisladores PS se cuidaron de no cuestionar directamente al ministro.
El jefe de los diputados socialistas, Daniel Melo, sostuvo que solo le “llegaron solo los titulares” de la reforma. “Nunca lo tuve a la mano (el documento). Entonces, uno esperaría un poco más de diálogo, más conversación, que es a lo que aspiramos todos en democracia”, agregó en el programa Desde la Redacción, de La Tercera.
Algunos jefes de partido que hoy ejercen como diputados también confirmaron que no hubo conversaciones formales con Elizalde, pero sí estaban al tanto de la idea o incluso apoyaban la necesidad de esta reforma para mejorar la gobernabilidad y combatir la fragmentación política.
El presidente de la DC y también miembro de la Cámara, Alberto Undurraga, señaló que el sistema político tiene muchas deficiencias, lo que impide realizar acuerdos, pero agregó que la propuesta de este grupo de senadores recién la iba a estudiar y que ellos como partido tenían otros planteamientos.
Su correligionario y vicepresidente de la Cámara, Eric Aedo, fue más severo y criticó a los firmantes del proyecto. “Si es que efectivamente hay interés por reformar el sistema político chileno y evitar la fragmentación enorme que existe hoy, hay que hacer las cosas bien, no como lo hizo un grupo de amigos, o casi de ‘amigotes’ en el Senado. Para una reforma política en serio se requiere la concurrencia de todos los partidos que tienen trayectoria e historia en este país”, complementó Aedo.
Molesto también reaccionó el diputado y presidente del partido Acción Humanista (AH), Tomás Hirsch. “El proyecto presentado ayer me parece profundamente antidemocrático. En vez de profundizar el sistema democrático, pretenden volver camufladamente al binominal (…). Yo espero que no avance esta reforma y que el gobierno entienda que hay que profundizar la democracia y no restringirla como se pretende con este proyecto”, indicó.
El diputado y presidente de Amarillos, Andrés Jouannet, dijo que “están tratando de repartirse el botín entre la izquierda y la derecha”, y acusó a Elizalde: “Me parece poco leal lo que hace, porque en definitiva Elizalde sabe de esto. Elizalde sabía perfectamente lo que se estaba fraguando y me parece poco decente políticamente”.
En tanto, entre los diputados de la UDI, de RN y del Partido Republicano es donde más respaldo concitó la reforma, no obstante, recién ayer algunos de ellos fueron informados por el ministro que se venía la presentación del proyecto.
Pese a ello, el diputado y presidente de la UDI, Guillermo Ramírez, le dio su apoyo y demandó lo mismo del Ejecutivo, en vista de que la iniciativa parte de un piso mínimo. “Si el gobierno y el Presidente honran su palabra del discurso del 1 de junio, deberían sumarse.... Qué menos pudo haber presentado el gobierno, si anunció que iba a presentar algo”, añadió.
El jefe de bancada del Partido Republicano y miembro de la Comisión de Constitución, Luis Sánchez, por su parte, comentó que “no sabíamos nada, tampoco es que espere que tengan que darnos explicaciones desde Chile Vamos y la izquierda, pues ellos habitualmente se coordinan y toman decisiones conjuntamente”. Aun así, dijo que, por lo que sabe de las propuestas, “nos interpretan, pero aquí falta algo que es fundamental, que es reducir la cantidad de diputados en la Cámara, tenemos que volver a los 120 diputados”.
La diputada Camila Flores (RN), también integrante de la misma instancia, valoró la reforma, pero precisó que “en lo personal, quiero hablar individualmente, me molesta (enterarme de esta forma), porque me hubiese gustado, sobre todo como integrante de la Comisión de Constitución y representante de Renovación Nacional, que se nos haya informado de la presentación de esta reforma”.
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