Más viejos cada año: Envejecimiento acelerado de una sociedad en desarrollo
Chile es el país con la más alta proyección de la tasa de envejecimiento de América del Sur. Se estima que casi un tercio de la población tendrá más de 60 años en las próximas cuatro décadas. Un cambio radical para una nación que hasta hace poco se consideraba joven. Este acelerado cambio demográfico presenta desafíos como la reducción de mano de obra, el incremento en el gasto en salud y el perfeccionamiento del sistema de pensiones. Por Lourdes Gómez Bastías.
Chile envejece a paso rápido. Aparejado a un mayor crecimiento económico, la población hoy vive más. Si en el quinquenio 1970-1975 la esperanza de vida llegaba a los 63,6 años, hoy esa expectativa ronda los 80 años. Esto presenta una gran disyuntiva sobre cómo enfrentar este cambio demográfico, económico y social, que le dará una nueva cara al país que conocemos.
La tasa de participación de la población adulta mayor, esto es sobre 60 años y más, en Chile llega al 13,1% del total, según datos del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), y se espera que se incremente a 20,4% al 2025, año en que superará en este ítem a Argentina, Brasil y Paraguay. En 2050 estará sobre el 28% y desplazaría a Uruguay dentro de la región como el país con mayor cantidad de adultos mayores.
Este aumento en el índice de la población adulta mayor tiene explicación en una serie de cambios que ha experimentado Chile. Desarrollo económico, mejoras en salud y el incremento de la tecnología médica han influido.
Junto a la mayor esperanza de vida, la tasa de mortalidad en el país ha disminuido en los últimos 40 años, desde 13,6 a 5,7 por cada 1.000 habitantes.
Además, quienes logran llegar a los 60 años tienen la expectativa de vivir otros 23,2 años, mientras que en los 70, eran seis años menos.
La población local se envejece, además, porque están naciendo menos niños, lo que afecta directamente al porcentaje de población adulta mayor.
La tasa de fecundidad, que registra el número de hijos nacidos por mujer, se redujo en 3,65 hijos en los últimos 60 años. En el quinquenio 2010 y 2015, esta tasa alcanza a 1,89 hijos por mujer y la tendencia seguirá a la baja, considerando que dicha expectativa es de 1,7 hijos para 2025. Así, se estima que en ese año la curva de la población menor de 15 años se cruce con la de los mayores de 60 años y más.
Desafíos
Con una población joven en descenso y una de adulto mayor en aumento se plantean retos para el país en distintos ámbitos.
Uno de ellos es la reducción de mano de obra y la necesidad de cubrir las plazas laborales que van quedando vacantes a medida que se produce la tasa de recambio generacional en el trabajo, lo que permitirá mantener las tasas de crecimiento económico necesarias para responder a esta mayor demanda social.
El gerente de estudios de la Asociación de AFP, Roberto Fuentes, explica que una alternativa es estimular la permanencia laboral de este segmento de la población. "Somos una sociedad que se está desarrollando y creciendo y tenemos que ir pensando cómo cubrir las plazas laborales de aquellos que van a ir jubilando, por eso se requieren políticas públicas que integren de mejor manera a estos chilenos que, voluntariamente quieran seguir trabajando, especialmente si es mano de obra calificada", explica.
Este aumento de la población en edad de jubilación da cuenta, además del desafío de financiar un mayor número de pensiones y en esta línea la comisión Bravo busca introducir reformas al sistema previsional para, entre otros objetivos, mejorar la tasa de reemplazo de jubilación.
Para Fuentes, parte de esta problemática es algo que se ha venido trabajando y que estaría cubierto gracias al sistema de capitalización que implementó Chile en la década de los 80, ubicando al país como una de las tres naciones de la Ocde que menor gasto fiscal va a tener que desembolsar para financiar este incremento en las jubilaciones.
"Chile está en buen pie para enfrentar este acelerado envejecimiento de la población y si bien está viniendo de forma muy rápido, está avalancha se pudo prever a tiempo", agrega Fuentes.
Otra problemática es el mayor gasto en salud y dependencia del adulto mayor. Según el estudio de la Superintendencia de Salud "Impacto del envejecimiento en el gasto de Salud: Chile 2002 - 2020", este ítem representará el 2,1% del PIB en el año 2020, con un crecimiento estimado de 4% anual, mientras que en 2002 este gasto representó el 1% de la producción interna. "Podemos concluir que el país podría disponer anualmente de los recursos necesarios para atender a sus personas mayores si el crecimiento económico se mantiene sobre la tasa de crecimiento de los adultos mayores", concluye el estudio.
La comisión de reforma de salud también está buscando implementar mejoras en este sistema, especialmente de la población adulta a través de la eliminación del reajuste de precios de planes de salud por edad, lo que evitará encarecer las coberturas de los beneficiarios del sistema privado. Por su parte, el Plan Auge, reforma de salud creada en 2005, trajo mejoras para coberturas de enfermedades de alto costo y alta prevalencia en adultos mayores.
Ante la necesidad de implementar estas reformas, la directora del Senama, Rayen Inglés, cree que el país debe anticiparse a este cambio. "Debemos actuar oportunamente, desarrollando hoy los ajustes estructurales necesarios para dar respuesta a las demandas de una sociedad que envejece aceleradamente" asegura.
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