La prueba decisiva para Macron

(AP Photo/Christophe Ena, File)

El Mandatario francés logró una histórica reelección; sin embargo, solo en las legislativas de junio será posible saber los alcances reales de ese triunfo y si podrá seguir gobernando con mayoría en el Parlamento o si deberá hacerlo con una asamblea fragmentada.


El triunfo de Emmanuel Macron en las elecciones presidenciales de Francia el domingo pasado tuvo un carácter inédito. Pero no por los más de 16 puntos de ventaja que logró sacarle a su rival, la candidata nacionalista Marine Le Pen, ni por la alta abstención que se registró en la jornada -más de un 28%-, la más alta en 53 años, para una segunda vuelta en ese país. Como señalaron varios analistas y medios franceses, el carácter único de los comicios del domingo se debe a que el actual Mandatario fue el primero que logró su reelección estando plenamente en el poder. Si bien tanto François Mitterrand como Jacques Chirac también lograron ser reelegidos, en ambos casos lo lograron sin mayoría en el Parlamento y con un primer ministro de signo político contrario a cargo del gobierno. Macron, en cambio, es el primero que lo logra, en la historia de la V República, teniendo la mayoría legislativa.

Es verdad que lo anterior se explica en parte por el cambio del calendario electoral y la reducción del mandato presidencial, que permite ahora que los miembros del Poder Legislativo sean elegidos dos meses después de la elección del Presidente y permanezcan en el cargo durante sus cinco años de gestión. Pero también da cuenta de que lo que los franceses evaluaron efectivamente en la elección del domingo fue la gestión presidencial y si mantener al actual mandatario en el cargo era mejor o peor que traspasarle la banda a la líder de Agrupación Nacional. Más allá de si se trató de un voto por el mal menor, como algunos han sugerido, el hecho es que el Mandatario logró una reelección histórica. Por eso, la gran pregunta que hoy ronda en el ambiente es si esa mayoría de la que hoy goza en el Parlamento podrá ratificarla en los comicios legislativos de junio. Ese es el gran desafío que tiene hoy por delante Emmanuel Macron.

El Mandatario lo dejó claro la noche del domingo. Su elección, si bien la logró por una mayoría más abultada de la que algunos esperaban, estuvo lejos del 66% que consiguió en 2017 ante la misma rival. Un desgaste que se da especialmente entre los menores de 34 años, que en la primera vuelta votaron masivamente a favor de Le Pen o del candidato de izquierda Jean Luc Mélenchon. Es en ese grupo etario donde reside la clave para que el Mandatario mantenga o no su mayoría parlamentaria.

El rumbo político de Francia está lejos de haberse definido el domingo pasado. La primera vuelta dejó claro que el país hoy está dividido en tres grandes bloques. Si bien Macron dio un paso decisivo el pasado domingo, solo el 19 de junio próximo será posible saber si una mayoría de los franceses está dispuesta a renovarle plenamente la confianza o si deberá hacer frente a un segundo mandato con un Parlamento fragmentado, como ha sido la tónica de los últimos años en las principales democracias del viejo continente.

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