Diputado Luis Cuello (PC): “Ojalá que todos nos concentremos en cumplir con el programa de gobierno antes que buscar excusas”

DEDVI MISSENE
Foto: Dedvi Missene

En respuesta a la intención del PS de revisar el programa del Presidente Gabriel Boric, el parlamentario comunista insiste en que no es un capricho cumplir con lo prometido en campaña. "Es necesario que si hay alguna fuerza política dentro del gobierno que le incomode algún aspecto del programa, se plantee", dice.


Tras la solicitud de “revisión crítica” del programa de gobierno que hizo la presidenta del PS, Paulina Vodanovic, el diputado comunista Luis Cuello enfatiza que el cumplimiento de las promesas que el Presidente Gabriel Boric hizo en campaña no se trata de un “invento caprichoso”, sino de “una necesidad de superar el modelo económico y la desigualdad”.

¿A qué cree que responde que el Socialismo Democrático haya vuelto a poner sobre la mesa que se revise el programa de gobierno?

A mi juicio, hay cuestiones que despejar respecto de lo que se ha planteado en relación a la expresión “revisión crítica”. Acá hay que considerar que hubo un respaldo mayoritario en las urnas al Presidente y a su programa de gobierno. Por lo mismo, esto responde a una aspiración y a un anhelo de la sociedad. No estamos hablando de un invento que sea caprichoso. Ojalá que todos nos concentremos en cumplir con la ciudadanía, con el programa de gobierno antes que buscar excusas. Todas las fuerzas políticas que apoyamos la elección del Presidente Boric en la segunda vuelta adscribimos a un conjunto de ideas que apuntan a resolver los grandes problemas que tiene Chile.

Cuando la presidenta del PS dijo “revisión crítica” se refería más bien a buscar prioridades. ¿No considera que es necesario?

Ciertamente podemos conversar respecto de cuáles son las prioridades del momento, con qué partimos... Pero si uno está pensando en revisar con el objetivo de cambiar aspectos del programa, en ese caso tenemos otra conversación, porque implica alterar el cuerpo de propuestas que tiene una base en la realidad. Acá no hay un capricho, sino que tiene una base en la realidad, en la necesidad de superar el modelo económico y la desigualdad. Por lo tanto, creo que si ese es el objetivo, no es pertinente.

¿Qué le respondería a quienes sí pretenden cambiar aspectos del programa?

Es necesario que si hay alguna fuerza política dentro del gobierno que le incomode algún aspecto del programa, se plantee. Que se haga una conversación franca si es que alguien considera que hay problemas de la sociedad que hubiesen desaparecido. Hoy día mantenemos las mismas condiciones del punto de vista estructural que existían en el año 2019 y que cuando se trabajó el programa de gobierno.

¿Cómo se toma las palabras del Presidente? Él la semana pasada desdramatizó que se revisen las prioridades del programa de gobierno.

El Presidente ha hecho una interpretación que se alinea con lo que nosotros pensamos, en el sentido que si esto se trata de hacer definiciones de prioridades creo que no tiene ningún problema, ninguna dificultad.

¿Y las del senador Latorre? Él dijo que el programa de gobierno no está escrito en piedra...

Él plantea que exista un diálogo más formal entre los partidos que componen el gobierno, en la línea de definir prioridades u objetivos que deban ser cumplidos este año. Ciertamente que acá hay claves estratégicas que están puestas en el programa que deben orientar y guiar toda nuestra acción, la acción del gobierno.

¿No considera un riesgo el hecho de ordenar las prioridades, como dice el Presidente? En la práctica, implica hacer algunas cosas primero y dejar otras para más adelante, que quizás no alcanzarán a concretarse.

Pero queda mucho más de la mitad del periodo presidencial. Por tanto, existe tiempo suficiente para que nosotros podamos ir desarrollando y avanzando, tanto en las reformas estructurales, como en el mejoramiento de la gestión gubernamental. El tiempo nos favorece en ese sentido. Podemos cumplir con las reformas estructurales. Lo importante acá es que cualquier definición se haga colectivamente, respecto de qué se prioriza. Y tiene que estar siempre marcado por el límite de no renunciar al contenido del programa.

¿Considera que el rechazo a la reforma tributaria condiciona las metas que tiene el gobierno?

Es una dificultad objetiva. Hace más difícil alcanzar o financiar algunas reformas o políticas públicas que son muy sensibles para la población. Ahí, creo yo, el escenario político está cambiando, porque lo que ha ocurrido en la Cámara de Diputados y Diputadas es que el rechazo de la reforma tributaria puede convertirse en una victoria pírrica para la oposición, porque la ciudadanía se está dando cuenta que esta votación daña profundamente las aspiraciones de mejorar la calidad de vida.

¿A qué atribuye el rechazo de la reforma? ¿Considera que faltó gestión por parte del Ejecutivo?

Si hay que hacer una autocrítica, el gobierno debió haber hecho un esfuerzo mayor por comunicar antes de la votación los alcances de la reforma tributaria, sus impactos en la vida cotidiana de las personas en sus condiciones materiales. Eso hubiera permitido involucrar mayormente a la ciudadanía en función de tener respaldo popular.

A lo largo del año de gobierno, varios han acusado cierta tozudez por parte del PC por no reconocer que hoy la realidad es otra, que quizás no se puede concretar todo lo que se prometió en campaña. ¿Cómo se lo toma?

Yo no lo veo. ¿Acaso la realidad de los chilenos, de los sectores más vulnerables y más castigados por este modelo de sociedad, ha cambiado en estos años? No ha cambiado. Como la realidad no ha cambiado, se mantiene la necesidad de empujar las reformas. Creo que no se trata de tozudez, sino que acá se trata de estar anclado en la realidad social para buscar mejorar las condiciones de vida de la gente.

¿No teme que se instale el “realismo sin renuncia” propio del segundo gobierno de Michelle Bachelet? En el fondo, que poco a poco se vaya renunciando a algunas promesas de campaña en consideración de lo que pasa en la contingencia.

No. Nosotros no tenemos que caminar ni en función del miedo ni de los temores, sino en función de construir las condiciones para que nosotros podamos ir implementando el programa de gobierno y, sobre todo, aquellos aspectos centrales que impactan diariamente en la población.

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