Jorge Abbott: “Hermosilla y Guerra querían sacarme porque les estorbaba para terminar los casos de platas políticas... ¿Y yo era el corrupto?”

Jorge Abott
10 Octubre 2024 Entrevista a Jorge Abott, abogado, ex Fiscal Nacional. Foto: Andres Perez

El exfiscal nacional confiesa que se quedó perplejo al conocer la intención de su otrora subalterno, el exfiscal regional Manuel Guerra, y del abogado Luis Hermosilla de removerlo de su cargo. Asegura que estas son las pruebas que lo exculpan de haber sido sindicado por años como el persecutor que “puso tierra” a los casos de financiamiento irregular de la política: “Ese no fui yo”.


Casi como si fuera una especie de mantra, el exfiscal nacional Jorge Abbott Charme (77) enumera constantemente: “Me dicen que fui un fiscal nacional débil y ahí tienen a la alta cúpula de Carabineros presos por la operación Huracán, el caso Catrillanca, el megafraude de Carabineros, Exalmar. Abrimos también el caso Dominga, imputaciones a los generales de Carabineros por mal uso de gastos reservados, hasta la exministra de Justicia Javiera Blanco, el exdirector de la PDI Héctor Espinosa, Héctor Llaitul, Corpesca, el senador Jaime Orpis. Todo lo que pasó en SQM con ME-O, Pablo Longueira, hicimos dos juicios por el caso Cascadas y bueno... ahora queda clarísimo lo de Penta con Iván Moreira y los abreviados... alguna vez tenía que aparecer toda la verdad”.

El listado de casos lo repite una y otra vez desde que dejó la cabeza del Ministerio Público en octubre de 2022, cuando lamentó que en ocho años como fiscal nacional “nunca pude revertir la construcción de una infundada mala imagen de mi persona”. Pero las recientes revelaciones del caso Audio le dieron un impulso para su reivindicación y asegura que “todo empieza a cobrar mayor sentido”.

Hoy Abbott vive en Olmué junto a su esposa, y viaja a Santiago sólo para visitar a sus nietos. Y cree que llegó el momento de volver a escena porque la institución a la que dedicó parte clave de su vida profesional está en “una profunda crisis y eso es muy grave para el país”.

The Clinic reveló chats entre el exfiscal regional Manuel Guerra y el abogado Luis Hermosilla, hoy preso por corrupción. Ahí el primero señala que usted no quería la suspensión para el senador UDI Iván Moreira, pero que daba lo mismo porque no se necesitaba su autorización. ¿Qué pensó al leer todo esto?

Quedé perplejo y sentí y siento una decepción profunda. Nunca me imaginé que Guerra no estuviera cumpliendo con los estándares más básicos que deben regir a un fiscal, es francamente horroroso todo eso que estaba oculto y que ahora se conoce.

¿Es cierto lo que dice ahí que daba lo mismo lo que usted estimara? ¿Que tenía autonomía?

Recuerde que me inhabilité desde un inicio del caso Penta, no así de SQM, porque mi primo Alfredo Moreno -cuando Carlos Délano y Lavín tuvieron que enfrentar este escenario penal- estuvo como asesor de la empresa. Y transparenté ese eventual conflicto de interés desde el principio. Ahora, si me pregunta, es verdad de que yo no estaba de acuerdo y no por un capricho, ni una postura política sino porque la Unidad Anticorrupción había emitido un informe en que le decía por qué no era conveniente esa salida judicial. Pero (Guerra) lo hizo igual y estaba dentro de sus facultades porque las decisiones de los fiscales regionales son autónomas y al fiscal nacional se le tiene prohibido por ley dar una instrucción particular. Yo puedo apoyar a un fiscal que por convicción, aunque sea impopular, decide dar término a una causa, el problema acá es que él no estaba resolviendo con un estándar de ética, él se estaba congraciando en privado con el poder y eso es lo más grave y oscuro que le ha pasado al Ministerio Público.

¿Por qué no lo relevó de la causa? Ya había reparos de la conducción por parte del CDE... ¿Fue un error?

Después de leer esos chats, claro que lo fue. Pero ¿quién se iba a imaginar que Guerra estaba desplegando a escondidas esas conductas reñidas con la ética, corruptas? La verdad es que estoy muy molesto, el daño a la imagen de una institución con cientos de funcionarios y fiscales probos es brutal. En estos días comencé a recordar que el exfiscal Guerra comenzó a investigar el uso de las asignaciones parlamentarias. Se metió en el corazón del uso de recursos públicos en el Congreso y qué pasó con esa causa... ¿La enterró también? Cuando la fiscal Ximena Chong fue a un segundo juicio contra Aldo Motta en el caso Cascadas, un juez denunció a una jueza por supuestamente estar conectada de forma impropia con la defensa del imputado, se abrió investigación y Guerra no hizo nada. Bajo la profunda sospecha de todo el actuar de este sujeto, yo tengo fe que el fiscal Mario Carrera llegará hasta las últimas consecuencias y develará todo lo que el exfiscal hizo.

Jorge Abott
10 Octubre 2024 Entrevista a Jorge Abott, abogado, ex Fiscal Nacional. Foto: Andres Perez

¿Falta control de los fiscales regionales?

Creo que quizás se puede mejorar con controles cruzados, que -por ejemplo- ante causas complejas sean tres fiscales regionales quienes tomen las decisiones más importantes, ahí Guerra habría tenido contrapesos. Lo que sí, en ningún caso darle ese poder de decisión, por ejemplo, al fiscal nacional. Eso sería peor por todos los elementos, que ya sabemos, combinan para esa elección.

En los chats de Guerra se señala que los fiscales regionales no lo respetaban como líder y plantea que usted debe renunciar o que hay que estudiar una forma de sacarlo de su cargo, porque -según Hermosilla- usted estaba afectando el sistema democrático. ¿Qué piensa de ese diálogo?

Es increíble. (Se toma una larga pausa). Durante años tuve que soportar un clima de sospechas a mi persona, por el sólo hecho que antes de ser fiscal nacional, incluso, antes de entrar en la quina de la Corte Suprema, me reuní con senadores y es que era la forma de que ellos podían conocer los puntos de vista míos, si ellos no me conocían. Evidentemente no lo volvería a hacer, porque con la perspectiva de lo mismo que está viviendo hoy el Poder Judicial cualquier encuentro o petición de ayuda puede ser mal visto. Sin embargo, en esos chats Guerra y Hermosilla no están molestos conmigo por esas sospechas que había a mi gestión, que le comenté recién, sino todo lo contrario. Es decir para el imaginario colectivo, incluso esta misma semana lo he vuelto a escuchar, yo era el que venía a “enterrar” los casos de financiamiento irregular. En los chats se ve clarísimo que Guerra y Hermosilla querían sacarme porque les estorbaba para terminar los casos de platas políticas como ellos querían... ¿Y yo era el corrupto?, como han insinuado hasta el cansancio algunos. Yo era una molestia en los planes de ellos dos de buscar una salida espúrea a esos casos.

¿Cuál era su relación con Manuel Guerra?

A él lo eligió mi antecesor, Sabas Chahuán, de él era una persona de confianza. Recuerdo que hacia el final de mi mandato las cosas estaban tensas. Pero nunca me imaginé que hacía eso de pedirle a un interviniente, como lo era Luis Hermosilla, una cita con Andrés Chadwick para “buscar ellos” una salida a esos casos. Es horrible. Él debió, como cualquier fiscal, haber actuado con absoluta objetividad, y haber resuelto la causa según sus convicciones. Le repito, aunque fuera impopular o le molestara a algún interviniente, porque el deber del fiscal no es agradar, es representar el bien de la sociedad frente a delitos penales. De hecho yo apoyé, y no me arrepiento, la salida de la persona jurídica de SQM que llevó adelante Pablo Gómez, pero porque había convicción de que era lo mejor para el país. Imagina que el caso SQM partió en 2015, han pasado nueve años, ¡Nueve años! Y recién la semana pasada la Fiscalía terminó de presentar su prueba contra Patricio Contesse, Pablo Longueira y Marco Enríquez-Ominami. Y, por lo que supe, aún les queda un año más a esa causa. O sea, esa suspensión a la persona jurídica de SQM, aunque impopular en su momento, le significó este año a Codelco -impulsado por este gobierno, a todo esto-, firmar un acuerdo que le dio a Chile el liderazgo en el mercado mundial del litio. Pero Guerra no hizo eso, y si bien sus acuerdos de abreviados fueron aceptados por los tribunales, él ya antes había abandonado su rol de fiscal, él estaba queriendo ser parte de algo, de un mundo que no le pertenecía, de los poderosos.

Al final, en parte, consigue unirse a ese grupo, ya que renuncia y hace trabajos con el estudio Hermosilla e ingresa a la USS. ¿No le pareció rara su salida? Recuerde que pidió trabajo a través de un mensaje masivo de WhatsApp. ¿Qué le dijo cuando se va mucho antes de terminar su periodo?

Cuando mandó ese mensaje lo vi en términos jocosos, además como no me manejo bien no sabía que era tan extendido y cuando llega a presentarme la renuncia, Guerra me dijo que lo hacía por su familia, que su esposa y su hijo no querían que siguiera expuesto, y me ponía como ejemplo (se ríe). Me decía ‘don Jorge, mire todos los costos que ha tenido usted’, y que él ya había decidido no presentarse al concurso de fiscal nacional...

Le mintió...

Sí, me mintió, pero le mintió a medio mundo.

Guerra también, según los chats, reveló la estrategia del MP frente a delitos cometidos en el estallido social. ¿Qué le parece?

De una deslealtad y lo peor la forma en que se refiere a mujeres, a fiscales tan valiosas como Ymay Ortiz, Claudia Perivancich, porque, claro, no eran como él; ellas sí estaban haciendo su pega. Y vuelvo a insistir. En el seno del consejo de fiscales regionales había diversas posturas y que él estuviera entregándolas en tiempo real no sólo es antiético es algo patético. En esa época abrimos las investigaciones por responsabilidad de mando y que apuntaban a civiles. Había tensión con el ministro Gonzalo Blumel por lo que estábamos haciendo al perseguir los apremios y violaciones a los derechos humanos, y vuelvo sobre lo mío, yo era una persona incómoda para la clase política.

Jorge Abott
10 Octubre 2024 Entrevista a Jorge Abott, abogado, ex Fiscal Nacional. Foto: Andres Perez

Ángel Valencia recordó esta semana un café por “temas personales” que tuvo tras ser elegido fiscal nacional con Hermosilla y Chadwick. A usted casi lo remueven por reunirse en la Fiscalía Nacional con el exsenador Hernán Larraín. ¿Cómo ve lo que hizo su sucesor?

Pareciera que nadie sacó muchas lecciones de mi calvario. Y es que hay que ser estrictos en esto, ante la más mínima duda de que una acción va a provocar desconfianza de una institución tan importante como el Ministerio Público, hay que abstenerse de situaciones que puedan tener alguna sombra. Imagínese que yo dejé registrada dicha reunión, el tema que se trató y hasta tuve una testigo, y aún así yo hasta esta semana era el único responsable de la suspensión del senador Moreira. Pero bueno, sólo decir que hay que ser muy cuidadoso.

¿Cree que él está inhabilitado para tomar decisiones en el denominado caso Audio, porque además trabajó en la USS, y su esposa es una autoridad en esa casa de estudios?

Esa es una decisión personal, es de él y no me voy a referir. Lo que sí me parecería bueno, como lección, que la figura del fiscal nacional, así como sucede con los supremos, tenga una declaración de inhabilidades y posibles conflictos de interés y que sea pública.

¿Qué reflexión hace con todos estos chats y casos que se viven y las esquirlas que están dejando en el sistema de justicia?

Hay una crisis, la más grande en la historia del Ministerio Público. Hay un fiscal, Manuel Guerra, indagado por delitos de la más alta gravedad que es corrupción. Yo viví un momento político muy complejo y siento que fui la víctima perfecta para diferentes agendas. El Frente Amplio, por ejemplo, que me quiso remover, de algunos que hasta el día de hoy hablan de mí en matinales, porque era fácil atacar a la cabeza de una institución del Estado que es débil, porque uno cuando llega a ser fiscal nacional se vuelve incómodo para las élites, para los políticos y es fácil abandonar. Hasta el día de hoy no tengo amigos de esos mundos, ni compadres, ni partidos políticos. El último concurso para fiscal nacional fue más sucio y oscuro que en el que yo participé, y espero que por el bien de una institución que tanto quiero las actuales autoridades estén a la altura. Ahora seguiré en mi silencio sepulcral y que interrumpí porque creí que era un buen momento para decir que todo lo que se dijo de mí, de que quise poner tierra a los casos de platas políticas, es absolutamente falso. Ahora hay evidencia. Veamos cómo termina esta historia.

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