Tras las puertas de Interior: crónica de los seis días que antecedieron al estallido del caso Monsalve

MANUEL MONSALVE

La tormenta que se desató al interior de La Moneda por lo que partió siendo una sospecha de extorsión y se convirtió en una denuncia por violación contra el ex subsecretario del Interior tuvo episodios y diálogos desconocidos. Por ejemplo, la preocupación de Monsalve porque la denunciante estaba "inubicable", la desilusión de su más fiel colaborador y lo que hizo el médico socialista cuando viajó al sur para informar a su familia de la acusación en su contra.


La mañana del viernes 11 de octubre, el entonces subsecretario del Interior Manuel Monsalve tomó una decisión que terminaría por cambiar su futuro para siempre: llamó a su colaborador más cercano, su jefe de gabinete, Gabriel de la Fuente, para hablar en privado en su oficina, ubicada en el primer piso del Palacio de La Moneda, en el sector denominado como Patio de los Canelos.

Allí, según el relato de cercanos a De la Fuente -quien el pasado jueves declaró ante la Fiscalía en calidad de testigo-, Monsalve le confidenció que 18 días antes de esa reunión, la tarde del domingo 22 de septiembre, había salido a comer con una de sus asesoras, de 32 años, y que tras tomar unos pisco sour en el restaurante Ají Seco Místico e ir con ella en un taxi a la habitación del Hotel Panamericano en la que alojaba en Santiago, ni él ni ella recordaban nada más de lo que había sucedido. “Temo haber sido drogado y que ahora me quieran extorsionar”, le habría expresado el subsecretario.

De acuerdo al mismo relato, de inmediato, y por petición de Monsalve, De la Fuente llamó a la jefa de Inteligencia de la PDI, la prefecta inspectora Cristina Vilches, quien en completa reserva llegó minutos más tarde a La Moneda. Tras escuchar el mismo relato de parte del subsecretario, en el que no habría dicho nada sobre la supuesta agresión sexual de la que hoy es acusado, Vilches habría sugerido que para entender lo que realmente había pasado lo mejor era reconstruir esa noche con todas las cámaras de seguridad que se pudieran encontrar.

Manuel Monsalve
Abogado de Manuel Monsalve: "Está disponible para las diligencias que correspondan” (Foto: Dragomir Yankovic/Aton Chile)

Hasta el momento no existe claridad de si De la Fuente o Vilches le preguntaron al médico socialista por qué recién 18 días después de los hechos que lo tenían “en peligro” decidió activar los mecanismos de inteligencia. Testigos de la cita agregan que Monsalve habría planteado otra preocupación: que la asesora con la que terminó en el hotel, que para ese 11 de octubre ya se encontraba con licencia médica, estaba “inubicable” para él y su entorno, ya que no contestaba el teléfono. “Uno de los presentes recordó el caso del secuestro del teniente venezolano Ronald Ojeda”, relatan las mismas fuentes.

Miembros del entorno de Monsalve en Interior detallan que la ausencia de la mujer por esos días no les pareció especialmente extraña. Tras el episodio del 23 de septiembre, la asesora tuvo una corta licencia médica de dos días, aduciendo sólo un problema ocular, de la que regresó a sus labores habituales e incluso celebró con sus colegas su cumpleaños número 32 en La Moneda, el 2 de octubre. De todas maneras, Monsalve compartió el número telefónico de la asesora con la jefa de Inteligencia.

Las acciones de Vilches fueron inmediatas. La tarde de ese mismo viernes 11 de octubre distintos detectives de la PDI se desplegaron por el centro de Santiago. Registros visuales dados a conocer por Mega dejaron en evidencia que a las 16.10 horas dos policías revisaron las cámaras de la galería del Edificio La Merced, ubicada frente al Ají Seco. Horas más tarde, se llevaron los videos de cámaras de seguridad de la Municipalidad de Santiago de las calles cercanas al restaurante y el Hotel Panamericano, desde donde también recolectaron grabaciones al día siguiente.

En paralelo, detallan fuentes que conocieron de las diligencias, por orden de Vilches la PDI habría utilizado sus sistemas de rastreo para triangular mediante antenas de telefonía la localización del teléfono de la ahora denunciante. Así supieron que estaba en su departamento, en Santiago Centro. “Se acercaron a su departamento y el imputado Monsalve le señaló a la Policía de Investigaciones que él pidió que se acercaran a la víctima”, dijo el fiscal metropolitano Centro Norte, Xavier Armendáriz, hace dos semanas, algo que la abogada de la víctima precisó que fue una comunicación telefónica bajo el pretexto de una supuesta encomienda.

Qué había en las cámaras de seguridad

Todas las gestiones que Vilches hizo para Monsalve tuvieron su resultado la mañana del lunes 14 de octubre, cuando la entonces jefa de Inteligencia volvió a visitarlo en su oficina en La Moneda, con Gabriel de la Fuente como parte del encuentro. Personas tanto del entorno del subsecretario como de su jefe de gabinete comentan que fue en esa reunión donde Vilches mostró los videos recopilados. Uno de ellos, grabado al exterior del Hotel Panamericano, mostraría a Monsalve y a su acompañante bajando del taxi en el que llegaron desde el restaurante.

En otro de los registros, ya al interior del hotel, afirman las mismas fuentes, se vería a Monsalve y la mujer ingresar y subir directamente a la habitación del subsecretario. Al no poder abrir la puerta, Monsalve aparecería regresando hacia la recepción para solicitar una copia de la tarjeta de su habitación, tras lo cual sube nuevamente a su pieza. Pero lo que ni Monsalve, ni Vilches, ni De la Fuente sabían era que en el mismo momento en que estaban reunidos la mujer ya estaba denunciando ante la Fiscalía que había sido víctima de una presunta violación cometida por el subsecretario del Interior.

Hotel Panamericano
Santiago, 18 de octubre de 2024 Exterior del Hotel Panamericano, ubicado en el centro de Santiago Sebastian Cisternas/ Aton Chile

Al día siguiente, el martes 15 de octubre, todo cambiaría para Monsalve. Alertada por el director de la PDI, la ministra del Interior, Carolina Tohá, le avisó al Presidente Gabriel Boric que existía una denuncia por violación contra la autoridad. Al final del día, Monsalve tuvo que responder las preguntas de Boric, quien contra todo pronóstico, no le pidió la renuncia de manera inmediata. Entre las respuestas, según la versión de Boric, Monsalve le dijo que no sabía que había una denuncia de ese tenor en su contra.

“El subsecretario Monsalve me comentó ese martes que había revisado las cámaras del hotel para ver en qué condiciones había entrado”, confesaría días más tarde Boric sobre el resto de la conversación en una arista que hoy tiene a Monsalve también investigado por uso indebido de la ley de inteligencia y obstrucción a la investigación.

Tras reunirse con el Presidente, Monsalve recibió una llamada de Tohá, quien le habría dicho que “debía estar disponible y asistir” de inmediato al Hotel Panamericano, donde ya lo esperaban el fiscal Armendáriz y un equipo de la PDI. “Me gustaría declarar que no me acuerdo de nada”, habrían sido las primeras palabras de Monsalve sobre lo que ocurrió en ese lugar la madrugada del 23 de septiembre, de acuerdo al relato que hizo el propio Armendáriz.

Esa noche del 15 de octubre, al ver el escenario que enfrentaba, relatan testigos de la escena, Monsalve acudió nuevamente a su fiel escudero: Gabriel de la Fuente. Le pidió que se fuera de inmediato al hotel. Cuando llegó al Panamericano, su principal asesor se dio cuenta de que Monsalve había dado una muestra de ADN mediante un hisopado bucal y que la policía estaba tomando evidencias en la habitación que su jefe usaba a diario. De inmediato, e “impactado” por la escena, relatan en su círculo, De la Fuente se dio cuenta de que había algo que su jefe no le había contado.

Viaje a Chiguayante

Testigos de la interacción entre Monsalve y el fiscal Armendáriz durante esa noche del martes 15 de octubre en el hotel aseguran que el subsecretario, además de entregar su teléfono celular, le preguntó al persecutor si, pese a lo que estaba pasando, podía viajar a la Región del Biobío, tal como se lo había autorizado el Presidente Boric para avisar a su esposa e hijas de la denuncia que había en su contra antes de que se enteraran por los medios de comunicación.

La respuesta de Armendáriz es una incógnita. Lo cierto es que, acto seguido, Monsalve le habría dado dos tareas específicas a su sorprendido jefe de gabinete. Primero, que lo antes posible tramitara los documentos para tomar un permiso administrativo al día siguiente, lo que también permitiría dar curso legal a que la jefa de la División de Gobierno Interior, Vanessa Marimón, asumiera como subsecretaria subrogante. Segundo, que De la Fuente se pusiera en contacto con Interior para iniciar los trámites de su renuncia al cargo.

Manuel Monsalve encabeza punto de prensa junto a carabineros 15/7/2024
Santiago 15 de julio 2024. El ministro del interior (s) , Manuel Monsalve, encabeza punto de prensa junto a carabineros Dragomir Yankovic/Aton Chile

Fuentes de Interior aseguran que, además de la llamada a Monsalve para que se presentara esa noche en el hotel, no existió ningún otro contacto entre Tohá o miembros de su gabinete y Monsalve, ni tampoco con De la Fuente, ni el resto de la noche del martes ni durante todo el miércoles.

De acuerdo a diversas fuentes consultadas por La Tercera, en el equipo de Monsalve nadie más allá de De la Fuente se enteró de lo que estaba ocurriendo. Tanto así, que a las 23.12 horas de esa noche, su equipo de comunicaciones envió a los medios una citación para una actividad sobre las recientes elecciones, que se realizaría con la presencia del subsecretario a las 10.00 del día siguiente en el Salón de la Democracia del Palacio de La Moneda.

Pasada la medianoche del martes y terminadas las pericias de la PDI en el hotel, Monsalve junto a dos de sus escoltas recorrieron en un vehículo fiscal los 513 kilómetros que lo separaban del sector de Villuco, en la comuna de Chiguayante, Región del Biobío, donde el ex subsecretario compró en 2014 una casa en la que vive su esposa, María Eugenia Garrido. Allí habría arribado cerca de las 6 horas del miércoles 16 de octubre. Sin su teléfono, Monsalve sólo habría podido comunicarse por medio de sus escoltas, por lo que a primera hora pidió a uno de ellos que saliera a comprar un aparato nuevo.

A primera hora, Gabriel de la Fuente notificó a Vanessa Marimón que debía asumir temporalmente la subsecretaría y hacerse cargo de la actividad por las elecciones, además de otra reunión de preparación con las policías por el aniversario del estallido social. Recién cerca de las 9 horas, la entonces jefa de comunicaciones de Monsalve, Ana María Araneda, se encontró de frente con el jefe de gabinete en La Moneda. Con un tono duro y visiblemente molesto, De la Fuente le habría dicho: “Si preguntan, el subsecretario tuvo una emergencia personal y se fue al sur”, sin dar mayores explicaciones, señalan testigos de la escena.

“No fue tan sorpresivo, porque no era la primera vez que Monsalve no llegaba a última hora a alguna pauta de prensa”, explican fuentes de Palacio. Ni tampoco era extraño que el subsecretario viajara al sur. “Me van a echar de la casa, debo ir a ver a mi familia”, solía decir a los equipos de Interior cuando algunas veces pedía tener un viernes libre y no ser convocado a los programas políticos televisivos del fin de semana.

Mientras tanto, en el sur, comenzaría la parte más difícil de la visita del médico socialista. Desde su círculo más cercano de excolaboradores, con quienes se sigue reuniendo a diario por videollamada para analizar los aspectos comunicacionales de su caso y construir un relato pormenorizado para cuando sea citado a declarar por Armendáriz, comentan que primero Monsalve conversó a solas con su esposa.

Luego de ello, ambos habrían esperado a que su hija mayor, de 31 años, quien también es médico y trabaja en la salud municipal de San Pedro de la Paz, regresara de su trabajo para hablar con ella de la situación. Finalmente, la menor de las hijas, quien en ese momento estaba en Nueva Zelandia y por estos días regresó a Chile para acompañar a su padre, se habría unido a la reunión familiar por videollamada.

Lo que les dijo y la reacción de su esposa e hijas es guardado con absoluto recelo por Monsalve y quienes hoy lo siguen apoyando. “Mi familia está conmigo”, dijo el ex subsecretario el viernes 1 de noviembre en su primera aparición pública tras la denuncia en su contra.

La orden es quedarse

Ese miércoles 16 de octubre, Monsalve no habría salido en todo el día de la casa donde vive su esposa en Chiguayante. Pero sí habría hablado con su jefe de gabinete, Gabriel de la Fuente, a quien le habría pedido confirmar con el gobierno si se mantenía la agenda que tenía al día siguiente en el ex Congreso en Santiago. De la Fuente habría confirmado que todo seguía en pie. Algo que fuentes de Interior señalan que, al menos ese día, no fue consultado ni a la ministra Tohá ni a su gabinete.

El plan inicial, explican quienes han hablado con el ex subsecretario, era que regresara por tierra el miércoles por la noche a la capital. Pero sus escoltas le avisaron que Carabineros tenía a su disposición un avión para que, si deseaba, pudiera volver en sólo un poco más de 60 minutos a primera hora del jueves 17 de octubre. Monsalve aceptó.

Manuel Monsalve
FOTO: Aton.

Tal como dio a conocer T13, la aeronave matrícula C-62 modelo Beechcraft 200 Super King de la institución partió desde el aeródromo de Tobalaba a Carriel Sur de Concepción a las 7.34 horas. El retorno, en que sólo habrían venido los pilotos, Monsalve y un edecán, se hizo desde Concepción a las 8.20 horas, aterrizando en Santiago a las 9.22 horas.

Desde el aeródromo de Tobalaba, Monsalve habría partido directo a La Moneda, donde se habría “encerrado” en su oficina para estudiar los detalles del Presupuesto 2025 para la Subsecretaría del Interior que debía ir a defender minutos más tarde a la Subcomisión Mixta en la sede legislativa en Santiago.

Antes de partir con su equipo de comunicaciones (quienes aún no sabían nada de lo ocurrido) al ex Congreso, aseguran en su entorno, el subsecretario le pidió nuevamente a su jefe de gabinete que confirmara con las autoridades de Interior si, pese a todo lo que había ocurrido y a que la denuncia en su contra aún no era pública, debía presentarse ante los parlamentarios. La respuesta de De la Fuente, dicen quienes saben del diálogo, fue que sí.

Fuentes del Ministerio del Interior explican que “el criterio que siempre se mantuvo fue que mientras Monsalve estuviera en el cargo y fuera citado por el Congreso, debía concurrir”. En ese lugar comenzaron a concentrarse varias figuras del gobierno. Además de Monsalve y Tohá, llegaron los jefes de división que debían defender su presupuesto. También se congregaron el entonces subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara (PPD), y la subsecretaria de Desarrollo Regional, Francisca Perales (FA).

Pero la presión era cada vez más fuerte. Cerca de las 10.20 horas, Tohá citó de urgencia a sus tres subsecretarios y les dijo que en las próximas horas era muy posible que se hiciera pública una grave denuncia contra una de las autoridades de Interior, pero que el tema estaba siendo manejado desde La Moneda. Antes de que cualquiera hablara, cuentan testigos de la conversación, Monsalve se adelantó a decir que la denuncia era en su contra, pero que “estaba confiado en que podría mostrar su inocencia”.

Cerca del mediodía, cuando estaba a punto de comenzar el turno de Monsalve para exponer, el subsecretario le habría mostrado la pantalla de su teléfono celular a Tohá. En ella se veía el titular del diario La Segunda: “Fiscal Armendáriz investiga a Monsalve por denuncia de abuso sexual”. La noticia corrió como un virus por los teléfonos de los parlamentarios, pero todos, incluido Monsalve, hicieron como si nada estuviera pasando.

Lo que siguió después fue una breve reunión de Monsalve con Boric en La Moneda y una renuncia que fue televisada a todo el país. “Quiero reafirmar que tengo la absoluta convicción de que no he incurrido en ninguna conducta constitutiva de delito”, dijo el saliente subsecretario desde los micrófonos del Palacio de Gobierno.

Manuel Monsalve

Cercanos al médico socialista aseguran que hasta hoy mantiene la misma convicción de su inocencia en el caso y que parte de la línea trazada por sus tres abogados es mantener la teoría de que, efectivamente, tuvo una pérdida de conciencia producto de algún tipo de intoxicación de la que fue víctima. Pero que de los hechos que puede recordar al despertar la mañana del 23 de septiembre, sólo responderá ante los fiscales.

Agregan que, más allá de la declaración de la víctima, “se debe probar judicialmente lo que pasó en la habitación”, y porque los 21 días que pasaron entre los supuestos hechos y el ingreso de la denuncia harían más difícil que un tribunal se forme la convicción de un delito de tal gravedad más allá de toda duda razonable.

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