Rosanna Costa por guerra arancelaria: “No tenemos la capacidad de aislarnos de lo que ocurre en el mundo”

En su presentación ante la Comisión de Hacienda del Senado, la presidenta del Banco Central sostuvo que "el mundo en el que nos encontramos es definitivamente uno donde resulta más complejo asumir cuál será la distribución de probabilidades de los eventos geopolíticos y de las políticas comerciales en curso", y planteó que ello representa un desafío para la política monetaria.
Un contexto global de “alta incertidumbre” es el que delineó Rosanna Costa, presidenta del Banco Central (BC), como marco para exponer las proyecciones realizadas por el instituto emisor en su Informe de Política Monetaria (Ipom) de marzo.
En su presentación ante la Comisión de Hacienda del Senado, la timonel del ente rector señaló que “aunque la inflación descenderá a la meta de 3%, no debemos perder de vista que niveles de inflación como el que tendremos durante el primer semestre de este año requieren de especial atención, particularmente tras su trayectoria en años recientes. Es diferente enfrentar shocks al alza partiendo de estos niveles, que hacerlo sobre la base de una inflación en torno a la meta. De ahí la necesidad de cautela”.
Junto con ello, destacó que la actividad ha evolucionado con un dinamismo mayor a lo esperado, “con un interesante impulso desde el sector externo y una gradual recuperación de la demanda interna”, lo que los lleva a proyectar un crecimiento en un rango entre 1,75% y 2,75%, para el presente año y entre 1,5% y 2,5% en los siguientes.
“Estas proyecciones, sin embargo, se realizan en un contexto global de alta incertidumbre. Desde hace un tiempo, este factor ha estado presente en nuestros informes. Ya fuera como un alza de los riesgos geopolíticos o el elevado endeudamiento en algunas economías desarrolladas y su impacto en las tasas de interés de largo plazo”, indicó Costa ante los senadores de la Comisión de Hacienda.
En esa línea, advirtió que “ninguno de estos riesgos se ha resuelto. Los conflictos bélicos persisten y, de hecho, algunos países han anunciado aumentos importantes en sus gastos en defensa. El nivel de endeudamiento de algunas economías sigue siendo un tema complejo y el mayor gasto militar junto a los anuncios fiscales de varios países no van en la dirección de aminorar el problema, sino todo lo contrario”.
A este escenario, Costa sumó el hecho de una reconfiguración del comercio global a partir de una serie de señales y anuncios desde Estados Unidos y las réplicas desde los países afectados, lo que, “para una economía pequeña y abierta como Chile”, dijo, se trata de “un tema importante”.
“Nuestro progreso económico de las últimas décadas se ha basado en un modelo económico en que hemos aprovechado las ventajas del comercio. Iniciativas que pongan en duda esto o retrotraigan la situación a lo que existía hace décadas sin duda que es negativo para nosotros. Y para el mundo entero”, sostuvo.
Respecto de los efectos del escenario global en las decisiones del BC, Costa señaló que la dificultad para anticipar “con relativa certeza cómo evolucionará el escenario y sus consecuentes impactos en la economía global y nacional impone un desafío significativo para la política monetaria”.
Así, indicó, “el mundo en el que nos encontramos es definitivamente uno donde resulta más complejo asumir cuál será la distribución de probabilidades de los eventos geopolíticos y de las políticas comerciales en curso. Por lo mismo, la forma más adecuada de hacer frente a la situación actual es mantenerse atentos a su evolución e ir incorporándola en nuestros análisis. Esto nos permitirá actuar con flexibilidad si las condiciones en el futuro lo requieren”.

Con este telón de fondo, Costa subrayó en sus reflexiones finales que “como economía pequeña y abierta, no tenemos la capacidad de aislarnos de lo que ocurre en el mundo. Pero podemos prepararnos para mitigar sus efectos”.
Por ello, apuntó que escenarios adversos “se enfrentan de mejor manera con una economía balanceada y estable. La experiencia nos releva el valor de contar con mitigadores, con instituciones sólidas. La fortaleza fiscal ha sido un apoyo significativo en décadas recientes. Abordar la tarea de continuar cerrando brechas y construir holguras es algo que debemos apoyar con fuerza. El desafío de aumentar el crecimiento de mediano plazo también cobra más relevancia en este contexto, de la mano de iniciativas que permitan mejorar la productividad y aumentar nuestra competitividad en un mundo más complejo comercialmente”.
Consultada sobre las implicancias de la situación externa para el país por los senadores, la presidenta del BC respondió que “para el desarrollo de nuestras proyecciones y decisiones, estamos incorporando lo que está vigente en el plano internacional, reconocemos la cantidad de anuncios en una dirección y en otra, pero hoy lo que tenemos de concreto en aranceles, y el shock de incertidumbre que hay detrás de ello, es lo que está incorporado en nuestro escenario central”.
En esa línea, detalló que “el efecto del impacto directo de aranceles y el shock de incertidumbre nos lleva a revisar la proyecciones de crecimiento de nuestros socios comerciales. Estamos proyectando una expansión de 2,7% para los socios comerciales durante 2025, similar en 2026, para volver a 3,1% en 2027. Detrás de esa rebaja, el ajuste mayor se da para la economía de EEUU, donde estamos proyectando un crecimiento de 1,6%”.
Además, expuso que entre los elementos que tiene Chile para enfrentar la guerra comercial, están los “acuerdos comerciales muy amplios, con muchos países”, además de que el país “tiene espacios para reconfigurar sus áreas de comercio,”. A esto se suma la “solidez institucional. El mensaje final (de la presentación) es un llamado a fortalecer nuestras instituciones y estar lo mejor preparados posible para eventos que desconocemos pero cuya probabilidad (de ocurrencia) puede haber aumentado en el último tiempo”, cerró Costa.
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