¿Controlar tu peso reduce la posibilidad de desarrollar demencia?
Una investigación de expertos de Estados Unidos y China analizó la relación entre los cambios drásticos de peso y las probabilidades de enfrentar diagnósticos degenerativos como el Alzheimer. Acá, las conclusiones de su estudio, el cual monitoreó a un grupo de pacientes por casi 40 años.
En la actualidad, los problemas relacionados con el peso y la salud mental, son algunos de los que más preocupan a la comunidad científica. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, uno de cada tres chilenos será obeso en menos de ocho años, mientras que otro informe de dicha institución reveló que las enfermedades neurodegenertivas, tales como el Alzheimer, podrían pasar de 50 millones de casos a 150 millones en 2050.
Si bien, numerosas investigaciones han informado —tanto desde la psiquiatría como desde la nutrición— cuáles son los riesgos de este escenario, un reciente estudio publicado en Alzheimer’s & Dementia presentó nuevos puntos a considerar en el encuentro entre estas áreas.
En él, un equipo de especialistas de la Universidad de Boston y la Facultad de Medicina de la Unión de Pekín, advirtieron que los cambios en el índice de masa corporal (IMC) podrían influir en el riesgo de desarrollar demencia.
Según la experta en anatomía y neurobiología, Rhoda Au, “estos hallazgos son importantes, porque los estudios previos que observaron las trayectorias de peso no consideraron cómo los patrones de aumento, estabilidad y pérdida podrían ayudar a señalar que la demencia es potencialmente inminente”.
La relación entre el peso y la demencia
Para su investigación, los académicos monitorearon la salud de un grupo de personas por 39 años, periodo en el que midieron su peso cada dos o cuatro. Tras hacer las comparaciones entre cada paciente, notaron que los que tuvieron disminuciones más bruscas en su IMC, también mostraron una mayor tendencia a desarrollar diagnósticos relacionados con la demencia.
Aquello también se evidenció en los colaboradores que en un inicio subieron drásticamente, para después tener una caída con la misma intensidad.
“Si después de un aumento constante de peso, que es común a medida que uno envejece, hay un cambio inesperado hacia la pérdida después de la mediana edad, sería bueno consultar con los especialistas de atención primaria y determinar por qué se está dando”, sugirió Rhoda Au en declaraciones recogidas por Infobae.
En este sentido, la experta profundizó en que detectar estos casos lo antes posible con la ayuda de un doctor, facilitaría la emisión de un diagnóstico y la implementación de un tratamiento médico, el cual podría “cambiar la trayectoria del inicio y la progresión de la enfermedad”.
Aun así, sentenció en el escrito que “se requieren estudios más detallados” para conocer cómo es la relación entre el peso y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, por lo que seguirán investigando este fenómeno.
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