tiburón martillo
El extraño fenómeno de los tiburones que se reúnen bajo la luna llena. Foto referencial.

El extraño fenómeno de los tiburones que se reúnen bajo la luna llena

Un grupo de grandes tiburones martillo se congrega en las aguas de la Polinesia Francesa en época de verano, pese a que es considerada una especie solitaria. Según investigadores, hay algunos factores que explican el evento.


Cada año, al llegar el verano, un misterioso fenómeno sucede en el archipiélago de Tuamotu en la Polinesia Francesa. De forma casi sagrada, un grupo de grandes tiburones martillo se traslada hasta esas aguas en lo que pareciera ser una reunión. Se ha repetido por más de una década y el número aumenta en los días cercanos a la luna llena.

La curiosa dinámica fue investigada por científicos australianos, franceses y estadounidenses, quienes publicaron recientemente sus hallazgos en la revista Frontiers in Marine Science.

El gran tiburón martillo, cuyo nombre científico es Sphyrna mokarran, es un depredador que tiene una visión inusual en comparación a otras especies. Su cabeza con forma de T o martillo, como lo indica su nombre, le sirve como una herramienta para hallar posibles presas en el mar. Suele habitar en aguas templadas y actualmente está en peligro crítico de extinción.

Según consigna un artículo de LiveScience, varias hembras de esta especie se congregan en los meses de diciembre y marzo de cada año. Específicamente lo hacen en el paso Tiputa, del atolón Rangiroa y el paso de Tuheiava, del atolón Tikehau.

Qué descubrieron los científicos sobre los tiburones que se reúnen bajo la luna llena

Entre 2020 y 2021, el equipo de científicos se quedó en el archipiélago de Tuamotu, en la Polinesia Francesa, para analizar qué ocurría con esta especie. En los veranos de esos años, consiguieron registrar a 54 hembras y un ejemplar cuyo sexo no se logró identificar. Todos ellos eran tiburones martillo.

También se apoyaron de registros que habían sido grabados en otros años, donde pudieron avistar a otros 30 ejemplares adicionales “con fuertes pruebas de segregación sexual durante el año”, dice el estudio.

Luego, analizaron que por lo menos la mitad de los tiburones tenía una residencia estacional en esas aguas, dado que se quedaban aproximadamente 6 días por mes, durante los cinco meses del verano. Los científicos determinaron que habían 32 tiburones que tenían “fidelidad” con el sitio: volvieron a ir al mismo lugar por 12 años.

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El gran tiburón martillo es una especie solitaria.

Las hembras que llegaban hasta el atolón Rangiroa demostraron que iban específicamente a un lugar llamado “meseta de cabeza de martillo”, el que está ubicado a aproximadamente 60 metros de profundidad. “Es conocido por los buceadores locales como el mejor lugar para observar grandes tiburones martillo”, dice el estudio.

La investigación describe que los ejemplares “fueron vistos principalmente deambulando por el fondo de la meseta, independientemente unos de otros”, teniendo en cuenta de que se trata de una especie solitaria. Sin embargo, la gran cantidad de tiburones que aparecieron en la misma zona permite entender que es un “sitio de agregación”, es decir, se han reunido allí por factores externos.

En sus conclusiones, los científicos plantean que este grupo de tiburones acude a aprovechar el verano austral en la Polinesia Francesa, debido a “necesidades inherentes a su ciclo vital”.

Los factores que motivaron los traslados y reuniones entre estos animales marinos fueron dos, según el estudio: la presencia de las rayas águila oceladas (Aetobatus ocellatus), que es una presa del tiburón martillo; y la temperatura de las aguas, más cálida que en los meses de invierno.

Justamente, el período en que identificaron más concentraciones de rayas águila oceladas que habían llegado a reproducirse, coincidió con grandes cantidades de tiburones en las mismas aguas.

“La recolección de A. ocellatus es, por tanto, un evento predecible que los tiburones podrían intentar interceptar, lo que indica que la depredación es un factor probable que impulsa la presencia estacional de los grandes tiburones martillo”, plantea el artículo científico.

Otro factor que podría haber influido fue el ciclo lunar, dado que se vio que en uno de los puntos, la cantidad de tiburones alcanzó el máximo número en los días más cercanos a la luna llena. Probablemente, porque la iluminación que brinda la luna llena podría aumentar “las capacidades sensoriales de los depredadores”. Sin embargo, agregan que la influencia del ciclo lunar en el traslado hasta ese punto no se puede establecer del todo.

Los autores detallan que los atolones Rangiroa y Tikehau tienen hábitats que son primordiales para el desarrollo de la especie, pues les brindan alimentación y son un espacio para el parto y el descanso. “Los resultados de este estudio resaltan la importancia de estos atolones para la conservación del gran tiburón martillo, donde todavía se encuentra en grandes cantidades”, concluyeron.

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