Electricidad en las frutas y verduras: la técnica que cambiará la producción de alimentos
La electricidad no solo mejora la productividad de las cosechas, sino también el sabor, la estructura y la resistencia a plagas.
Hace décadas que la agricultura está buscando formas para combatir la crisis alimentaria del mundo y reducir las consecuencias ambientales a gran escala. ¿Cómo producir más, con menor costo ambiental? Aunque suene como una combinación extraña, la receta parece ser la electricidad, pues tiene la capacidad de estimular las semillas, cultivos y suelos.
En la historia del humano, siempre se ha hablado de su obsesión con aplicar electricidad a distintas cosas. Quizás a muchas personas se les viene a la cabeza la macabra historia de Frankenstein, pero esta revolución en la industria de los alimentos está muy lejos de ser algo negativo.
Al menos así lo creen los científicos, quienes rebautizaron la técnica como “agricultura inteligente” o la “cuarta revolución agrícola”, que con electricidad, puede lograr que las plantas den frutos.
De qué trata la técnica de emplear electricidad en plantas para la agricultura
Antiguamente, en la década de 1780, un físico francés inventó el “electro-vegetómetro”, una especie de pararrayos que podía electrificar a los cultivos, pero cuyos resultados no eran favorables. Tenía las mismas posibilidades de dañar las plantas, como de animarlas.
Ahora, algunos científicos están volviendo a utilizar la técnica, pero con la tecnología actual, es posible aplicar estos rayos con mayor precisión.
Específicamente, utilizan el plasma, una materia que generan los rayos y que es extremadamente caliente, pero que se puede manejar a temperatura ambiente con las herramientas actuales. Así, el “plasma frío” se puede aplicar a semillas jóvenes en distintas formas.
Los resultados son sorprendentes: en la Universidad de Oakwood en Alabama, obtuvieron aumentos en la cosecha del 20 al 75%, según el tipo de planta. Pero no solo mejoraron la productividad, sino también el sabor de muchas verduras y frutas.
Otros estudios respaldan que el plasma en los cultivos ayuda a las plantas a crecer más rápido y también a resistir mejor las plagas.
Explicado de manera sencilla, una planta que no se la trata con electricidad suele nacer en un factor ambiental “estresante” y se niega a abrirse hasta que esté feliz con su entorno. La electricidad puede acelerar este proceso.
Pero se trata de una técnica que todavía genera cierto escepticismo, principalmente porque los antecedentes de su uso no se han podido reproducir en masas, sino en experimentos que se realizaron en condiciones variables.
No obstante, la esperanza de la industria agricultora es poder permitir que los cultivos crezcan en cualquier superficie, y con las aplicaciones de electricidad, si todo va bien, incluso se podría controlar la dirección del crecimiento de las raíces para poder cultivar donde sea y cuando sea. Incluso en la Luna.
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