Este es el nuevo punto de interés en el conflicto en las sombras entre Rusia y la OTAN

Desde que Rusia inició su invasión en Ucrania el 24 de febrero de 2022, las tensiones entre el Kremlin y la OTAN han aumentado progresivamente.

No solo porque el apoyo de los países de la Alianza ha sido crucial para que las fuerzas ucranianas puedan contrarrestar la ofensiva rusa, sino que también, porque el país presidido por Vladimir Putin ha intensificado sus acciones en el mar Báltico.

Según rescata el Wall Street Journal, varios funcionarios occidentales aseguran que las tropas rusas han realizado acciones como disparar tiros de advertencia desde sus buques hacia los de la OTAN.

También se acusa que han cometido actos como interrumpir el tráfico aéreo con sus sistemas de interferencia y maniobras peligrosas con sus aviones de combate.

Un reciente episodio que involucró a una fragata alemana el mes pasado y del que se dieron a conocer nuevos detalles a mediados de diciembre da cuenta de esta situación.

El 26 de noviembre, la fragata F223 de Alemania siguió a dos vehículos marítimos de Rusia que identificó en aguas del mar Báltico.

Se trataba de un petrolero que estaba siendo escoltado por la corbeta de misiles Merkuriy.

Cuando estaban llegando hacia un punto cercano a la isla danesa de Bornholm, la fragata envió un helicóptero Sea Lynx —diseñado para destruir submarinos— para que observara más de cerca la situación.

Fue ahí cuando la corbeta rusa respondió: disparó bengalas a la aeronave.

Su acción obligó al helicóptero a dar marcha atrás.

Las autoridades alemanas reportaron que no hubo heridos por el incidente, mientras que la aeronave tampoco enfrentó daños.

Aquel episodio se posicionó como uno de los más tensos entre las fuerzas de Rusia y la OTAN que se han registrado en el Báltico desde que empezó la invasión a gran escala en Ucrania.

Sin embargo, no se trata del único y se presume que podrían desencadenarse más en la región.

Funcionarios occidentales consultados por el citado periódico acusaron que infraestructura crítica —como cables de datos y tuberías— ha sido dañada por barcos comerciales en operativos que estarían vinculados con la inteligencia rusa.

También aseguraron que operadores rusos clandestinos utilizaron a Lituania —una nación báltica— como trampolín para una operación terrorista que incluía el envío de dispositivos incendiarios a través de aviones comerciales, utilizando servicios de logística como DHL.

En otras partes de Europa también se han registrado incidentes.

Por ejemplo, en Reino Unido, un hombre admitió haber realizado un ataque incendiario a nombre de Rusia contra una propiedad de Ucrania ubicada en Londres.

En Polonia, un centro comercial fue incendiado y las autoridades sospechan que actores rusos están vinculados con el acto, según rescata el Journal.

A principios de noviembre, el jefe del servicio de inteligencia exterior de Alemania, Bruno Kahl, se refirió a los llamados ataques híbridos.

Dicho término hace referencia a acciones que están por debajo del umbral de la confrontación militar, pero que pueden poner en peligro vidas e infraestructura crítica.

Kahl advirtió que “el amplio uso de medidas híbridas por parte de Rusia aumenta el riesgo de que la OTAN considere invocar su cláusula de defensa mutua del Artículo 5″.

Dicho artículo se refiere, precisamente, al compromiso de todos los países de la Alianza a acudir en ayuda de cualquier otro miembro cuya soberanía o territorio sea atacado.

Junto con ello, el exsecretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, sugirió que durante su mandato —acabado en octubre— Rusia amplió el rango de sus objetivos a través de actos de sabotaje, ciberataques e interferencia en las elecciones en las naciones europeas que son miembros.

En sus palabras, rescatadas por el Journal, “es una amenaza real… y parte de una campaña rusa de actos hostiles contra los miembros de la Unión Europea y la OTAN en Europa”.

“No hay duda de que Rusia está involucrada, y los servicios de seguridad rusos están conectados con varias personas arrestadas”, dijo refiriéndose a esos actos.

Y aseguró: “El objetivo es crear confusión, socavar el apoyo político a Ucrania y también intervenir en los procesos políticos en nuestros países”.

Es por esto, explicó, que los países de la OTAN han intensificado el intercambio de inteligencia y crearon un equipo dedicado a proteger infraestructura submarina crítica.

Actualmente, con la incorporación de Suecia y Finlandia —en 2024 y 2023, respectivamente—, ocho de las nueve naciones que rodean el mar Báltico son miembros de la Alianza.

Aún así, aquello no ha detenido que Rusia aumente su presencia militar en la región, según los funcionarios occidentales.

El mar Báltico es de suma relevancia estratégica para Rusia, debido a que depende de sus puertos en la zona para dar servicio a su flota.

Aquello se debe en gran parte, según rescata el Journal, a que Turquía niega a todos los buques de guerra que pasen por el Bósforo, el estrecho que conecta el Mediterráneo con el mar Negro.

Las bases navales más importantes de Rusia se encuentran en estas últimas zonas.

Además del Báltico, para el Kremlin es clave la salida marítima de Siria.

Sin embargo, sus tropas podrían ser expulsadas de ahí, ya que su aliado, el ahora ex mandatario Bashar al-Assad, fue derrocado por grupos rebeldes a principios de diciembre.

Funcionarios militares y de seguridad occidentales han asegurado que Rusia utiliza el Báltico para enviar cargamentos como petróleo, armas y otros elementos, lo que contribuye a que puedan esquivar las sanciones internacionales.