La historia de la universitaria que enfrenta 10 años de cárcel por una publicación en Instagram
En octubre de 2022, Olesya Krivtsova subió una publicación a sus redes sociales sobre la invasión rusa en Ucrania. Poco después un grupo de estudiantes universitarios la denunció. Ahora, las autoridades rusas la acusan de justificar el terrorismo y desacreditar al Ejército.
Por estos días, la estudiante universitaria Olesya Krivtsova, de origen ruso, tiene que vivir con un rastreador en su pierna. A donde quiera que vaya, la policía sabrá exactamente dónde está.
La razón: la joven se encuentra con arresto domiciliario, luego de subir a su cuenta de Instagram una serie de publicaciones vinculadas a la explosión de un puente que conecta a Rusia con la península de Crimea, hecho ocurrido en octubre de 2022.
“Publiqué una historia de Instagram sobre el puente”, dijo Olaya en conversación con BBC, “reflexionando sobre cómo los ucranianos estaban felices con lo que había sucedido”.
Al mismo tiempo, la estudiante de la Universidad Federal del Norte (Ártico) había compartido una publicación que hablaba sobre la guerra.
Pero, ¿cómo sucedió todo? Esta es la historia de Olesya Krivtsova.
Una estudiante universitaria “terrorista”
Según contó Olesya a BBC, el momento en que todo cambió ella se encontraba conversando con su madre por teléfono. “Cuando escuché que se abría la puerta principal. Entraron muchos policías. Me quitaron el teléfono y me gritaron que me tirara al suelo”, dijo.
Le explicaron a Olesya de qué se le acusaba: a juicio de las autoridades, ella había justificado el terrorismo y desacreditado la labor de las fuerzas armadas de Rusia.
Ahora, la universitaria ingresó a la lista de terroristas y extremistas de Rusia. “Cuando me di cuenta de que me habían puesto en la misma lista que los asesinos masivos de las escuelas y el grupo Estado Islámico, pensé que era una locura”, afirma.
Por los cargos que se le acusan, está enfrentando hasta 10 años de cárcel.
“Nunca me imaginé que alguien pudiera recibir una sentencia de prisión tan larga por publicar algo en internet”, admite Olesya. Ella había sido testigo de informes de “veredictos locos en Rusia”, sin embargo, no le tomó demasiada importancia en aquel entonces.
Desde que está con arresto domiciliario, Olesya no puede hablar por teléfono. Mucho menos tener acceso a internet.
Alguien te mira
En su pierna derecha, la estudiante universitaria tiene un tatuaje que la caracteriza. Se trata de una ilustración en la que se ve al presidente de Rusia, Vladimir Putin, como si fuera una araña y con rastros de sangre en sus facciones. El trazo está acompañado de una frase: “Gran Hermano te está observando”.
Algo así le terminó sucediendo a Olesya.
“Un amigo me mostró una publicación que se había hecho sobre mí en un chat”, recuerda. En resumen, las personas de esa conversación decían que Olesya estaba manifestándose en contra de la “operación militar especial”, término que comenzó a usar el Kremlin para justificar la invasión a Ucrania.
“La mayoría de las personas en este chat eran estudiantes de historia. Estaban discutiendo si denunciarme a la autoridades”, señala la universitaria.
Además, los participantes comentaban que Olesya había escrito “publicaciones provocativas de carácter derrotista y extremista. Esto está fuera de lugar en tiempos de guerra. Debe cortarse de raíz”.
“Primero tratemos de desacreditarla. Si no lo conseguimos, que se encarguen los servicios de seguridad”, escribió un integrante. “La denuncia es el deber de un patriota”, comentó otro.
Todo eso coincidió con otro día relevante en la vida de Olesya. Cuando ella estaba en la corte por su caso y se dio a conocer quiénes serían los testigos, la universitaria escuchó los mismos nombres de los integrantes de aquel chat.
Desde que comenzó la invasión rusa en Ucrania, las autoridades y los ciudadanos están pendientes de quienes puedan parecer críticos o distantes de las acciones del gobierno de Rusia.
Los reportes que han surgido desde que comenzó la “operación militar especial” incluso reflejan denuncias de estudiantes a profesores, así como también de personas que delatan a sus mismos compañeros de trabajo ante las autoridades.
Por lo tanto, cualquier tipo de crítica hacia la actuación de Rusia, por más mínima que sea, puede resultar perjudicial para un ciudadano. Eso le sucedió a Olesya.
En una audiencia judicial de los últimos días, los abogados de la estudiante universitaria intentaron que no tuviera tantas restricciones en espera del juicio, debido al rastreador que se le instaló.
Sin embargo, el juez se negó a la petición y decidió que Olesya siguiera con el arresto domiciliario.
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