Una noche de borrachera, un yate arrendado y 300.000 dólares: cómo se planeó el sabotaje al gasoducto Nord Stream
Funcionarios de inteligencia de distintos países y personas implicadas en el episodio relataron sus versiones de lo ocurrido a un periódico estadounidense.
El 26 de septiembre de 2022 se registró una serie de fuertes movimientos en las cercanías de la isla danesa de Bornholm.
Aquellas señales, que sugerían un posible terremoto submarino, se debieron a las explosiones que afectaron al gasoducto Nord Stream.
Este cumplía con transportar gas de Rusia a Europa, por lo que correspondía a una importante fuente de ingresos para el Kremlin.
Cabe recordar que unos meses antes, el 24 de febrero de ese año, el país del mandatario Vladimir Putin había iniciado su invasión militar en el territorio de Ucrania.
Las explosiones llevaron a que la infraestructura quedara con daños severos, mientras que los movimientos registrados en el agua se dieron por la liberación del gas natural.
El episodio desató una serie de acusaciones sobre quiénes podrían haber estado detrás de los ataques.
Sin embargo, a cerca de dos años del sabotaje de Nord Stream y el inicio de los peritajes correspondientes, se han ido revelando nuevos detalles de la operación.
En este sentido, personas implicadas y funcionarios de inteligencia de distintos países compartieron sus relatos en conversación con The Wall Street Journal.
Las versiones que entregaron coinciden entre sí y apuntan a que el plan surgió en una reunión entre altos oficiales militares y empresarios ucranianos.
“Siempre me río cuando leo especulaciones (...) sobre alguna gran operación que involucra servicios secretos, submarinos, drones y satélites”, dijo un oficial que estuvo involucrado en el complot.
Dicha fuente, quien al igual que las otras habló bajo condición de anonimato, aseguró que “todo nació de una noche de borrachera intensa y la determinación férrea de un puñado de personas que tuvieron las agallas de arriesgar sus vidas por su país”.
Cómo se planeó el sabotaje al gasoducto Nord Stream
El encuentro se realizó en mayo de 2022. Esa noche, los altos oficiales militares y los empresarios se reunieron para beber unas copas y brindar por la efectiva resistencia de su país ante la invasión de las tropas rusas.
En medio de esas conversaciones, uno de los presentes planteó que una forma de afectar a Rusia sería destruir los gasoductos de Nord Stream.
Lo que partió como una sugerencia bajo las influencias del alcohol se concretó cuatro meses más tarde.
Según afirmaron fuentes que participaron en el operativo, tuvo un costo cercano a los 300.000 dólares y se acordó que los empresarios financiarían y ayudarían a ejecutar el proyecto.
Esto último, debido a que el ejército no tenía fondos y a que su situación económica dependía de los aportes de los aliados occidentales.
Los gestores de la idea determinaron que el entonces comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, el general Valeriy Zaluzhniy, sería el encargado de supervisar la misión.
Un oficial que participó y tres personas familiarizadas con el asunto dijeron que, inicialmente, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski entregó su aprobación.
Al mes siguiente, la agencia de inteligencia militar de Países Bajos, MIVD, se enteró de las intenciones de sabotaje y alertó a la CIA.
Tras recibir esas informaciones, la CIA advirtió a Alemania y se contactaron con la oficina de Zelenski para pedirle que detuviera la operación.
Frente a este escenario, según funcionarios ucranianos y agentes occidentales de inteligencia, el presidente ordenó a Zaluzhniy que detuviera el plan.
No obstante, según dichas fuentes, el general lo ignoró.
Con la intención de continuar, reclutó a especialistas en operaciones especiales como el coronel Roman Chervinsky, quien previamente había trabajado para la inteligencia ucraniana.
Actualmente, él está siendo juzgado en Ucrania por cargos no relacionados y en julio quedó en libertad bajo fianza tras más de un año de arresto.
Cuando desde el Journal le consultaron por el caso de Nord Stream, dijo que no podía hacer declaraciones.
Según fuentes familiarizadas con el complot, Chervinsky y el equipo de sabotaje descartaron un plan inicial debido a sus altos costos y complejidad, por lo que en su lugar optaron por arrendar un yate y recurrir a una tripulación conformada por seis personas.
Entre ellas había soldados experimentados y buzos civiles capacitados.
El general Zaluzhniy, quien ahora se desempeña como embajador de Ucrania en Reino Unido, afirmó al citado medio que no sabe nada de la operación y que cualquier sugerencia contraria es una “mera provocación”.
También enfatizó que las Fuerzas Armadas de su país no tenían autorización para realizar misiones en el extranjero.
Luego de que se publicara el reportaje, el asesor presidencial ucraniano, Mykhailo Podolyak, declaró a la agencia de noticias AFP que la implicación de Ucrania en el caso es “un absoluto disparate”.
“Está claro que las explosiones de los gasoductos Nord Stream no detuvieron la guerra, no disuadieron la agresión rusa y no afectaron a la situación en el frente (de combate), agregó.
Junto con ello, un alto funcionario del servicio de inteligencia ucraniano, SBU, negó al Journal que el gobierno estuviese involucrado en el sabotaje.
Además, subrayó que Zelenski “no aprobó la implementación de tales acciones en el territorio de terceros países ni emitió las órdenes pertinentes”.
Fuentes consultadas por el periódico estadounidense relataron que, una vez orquestado el plan, el equipo de seis personas arrendó el yate —llamado Andromeda— en la ciudad portuaria alemana de Rostock.
Aquello se dio en septiembre de 2022 y se hizo con la ayuda de una agencia de viajes polaca creada por la inteligencia ucraniana hace casi una década, precisaron.
De los seis, cuatro eran buzos experimentados.
La idea del equipo consistía en aparentar que eran un grupo de amigos que estaba de vacaciones, para así no despertar sospechas.
Para generar los daños en los gasoductos, utilizaron un explosivo conocido como HMX que estaba conectado a detonadores controlados por un temporizador.
A pesar de que el objetivo y los pasos a seguir estaban definidos, una tormenta llevó a que hicieran una escala no prevista en el puerto sueco de Sandhamn y a que discutieran por unos momentos si debían cancelar el operativo.
Pero más tarde las condiciones meteorológicas mejoraron, según dos personas familiarizadas con la misión, por lo que pudieron seguir adelante y concretar el ataque.
Luego de que se reportaran las explosiones, las autoridades de países como Alemania, Dinamarca, Suecia y Estados Unidos desplegaron efectivos y vehículos para investigar el área en el que se presentaron las fugas de gas.
Cuando aquello ocurrió, según tres personas con conocimiento del caso, Zelenski criticó a Zaluzhniy, pero este último le respondió que una vez que el equipo fue enviado ya no podían cancelar la operación.
En palabras de un oficial superior que habló con el citado medio, “le dijeron que es como un torpedo: una vez que lo disparas contra el enemigo, no puedes volver a retirarlo, simplemente continúa hasta que hace ‘boom’”.
Ya en octubre, días después del ataque, la inteligencia alemana recibió un nuevo aviso sobre el sabotaje proveniente de la CIA, el cual también se basó en informaciones entregadas por la MIVD.
Ahí se entregaron detalles de cómo fue el ataque, según afirmaron funcionarios alemanes y de Países Bajos.
Los encargados de la investigación policial en Alemania fueron notificados, pero no se les permitió ver el informe de la agencia, debido a la normas de intercambio de información clasificada.
De esta manera, prosiguieron a realizar sus peritajes y a interrogar a una serie de potenciales testigos.
Uno de los puntos clave fue que el equipo del complot no limpió el yate, por lo que pudieron encontrar rastros de los explosivos, huellas dactilares y muestras de ADN.
Ya en junio de 2024, la policía alemana emitió una orden de arresto contra un ciudadano ucraniano que se presume que fue parte de la tripulación.
Se trata de un instructor de buceo que vivía en las cercanías de Varsovia, en Polonia.
Pero a pesar de tener la orden en su contra, el sujeto pudo escapar del país. Se presume que se fue a Ucrania.
Según dijeron desde la fiscalía polaca a la agencia de noticias Reuters, aunque recibieron el documento, su nombre no había sido incluido en una base de datos de personas buscadas.
Ante esta situación, desde Rusia reclamaron a Alemania.
El jefe del departamento europeo del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Oleg Tyapkin, declaró a la agencia de noticias RIA que en el Kremlin creen que la investigación se cerrará sin identificar a los responsables.
Previamente, el mandatario Vladimir Putin había acusado que el episodio de Nord Stream fue llevado a cabo por agentes de Estados Unidos.
Lo ocurrido con el gasoducto Nord Stream no solo genera tensiones a nivel internacional por sus repercusiones económicas, sino que también, porque Alemania es uno de los países occidentales que más ha apoyado a Ucrania desde el inicio de la invasión rusa.
Por lo tanto, si se demuestra que ordenaron el ataque desde Kiev, el episodio podría afectar a las ayudas que se están prestando al país.
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