Batalla por cuestionado proyecto Zoccalo de Vitacura llega a la Contraloría por presuntas “ilegalidades”

Zoccalo I
Imagen del render del proyecto, elaborado por el estudio de arquitectos Amunategui Barreau AIA + Enrique Concha & Co. sobre el proyecto Zoccalo de Av. Alonso de Córdova.

Dos denuncias se han presentado en el ente fiscalizador en contra de la iniciativa que contempla la construcción de estacionamientos subterráneos en Av. Alonso de Córdova. Sus vecinos y locatarios acusan presuntas irregularidades en una votación del concejo municipal que habría cambiado las bases de la licitación original y permitió a la concesionaria expandir el proyecto, sumando un supermercado, gimnasio y tiendas comerciales. La empresa contesta que no es un centro comercial como tal y que su eje es el cuidado del medioambiente.


Hace unos meses, un grupo de vecinos y dueños de tiendas de la Av. Alonso de Córdova, en Vitacura, comenzaron a organizarse para dar una batalla que -asumen- será larga. Son opositores al proyecto Zoccalo, que contempla la construcción de estacionamientos con locales comerciales bajo tierra. La iniciativa que genera polémica por sus externalidades, considera una inversión total de $ 16.512 millones (US$ 23 millones).

Detrás de la iniciativa se encuentra la Concesionaria de Estacionamientos Alonso de Córdova (Zoccalo). La firma es propiedad de las inmobiliarias SuKsa -la misma que exintendente Claudio Orrego acusó de construir guetos verticales en Estación Central-; Kumquat, de familia Abumohor y el empresario español José Cabrerizo.

La obra, según la empresa, requerirá un plazo de dos años y nueve meses de ellos serán en la superficie. Pero sus opositores califican el proyecto como un “mall” y acusan presuntas “ilegalidades” en su tramitación. Según los locatarios de la zona, la pandemia los ha golpeado muy fuerte. Sus ventas se han desplomado y cerrar sus locales durante la construcción los conduciría inexorablemente a la quiebra.

Frente al temor por el proyecto, un grupo de dueños de tiendas comerciales, restaurantes y galeristas se reunieron y constituyeron la Asociación de Vecinos y Locatarios de Alonso de Córdova. Su presidenta, Rosita Lira, dijo no entender por qué quieren romper la calle, cortar los árboles y sacar las veredas. “Ni en la peor de mis pesadillas me habría imaginado esto. Es muy triste y grave, no sólo porque cortarán muchos árboles, sino porque será la muerte para los locales comerciales. Será un lugar totalmente inhóspito, pero no perdemos la esperanza de que volverá la buena crianza a este país y no se hará el proyecto”, afirmó Lira, quien también es directora de Galería ArteEspacio.

Los vecinos no solo han sostenido reuniones con concejales de la comuna y representes de la concesionaria. Un día después de obtener su personalidad jurídica, la agrupación lanzó bajo absoluta reserva su mayor ofensiva. El viernes 26 de marzo, presentó una denuncia en la Contraloría General de La República, acusando siete presuntas “ilegalidades” que habría cometido el concejo municipal de Vitacura al cambiar la concesión que originalmente consistía en un subterráneo con estacionamientos, pero sumó un supermercado, gimnasio y locales comerciales.

A comienzos de marzo, la agrupación contactó a los abogados José Gabriel Undurraga y Julio Pellegrini, socios de Guerrero & Olivos y Pellegrini & Rencoret, respectivamente. Ambos son vecinos de la comuna y -según trascendió- colaboraron en la redacción del escrito presentado.

La génesis del conflicto

El origen de la disputa comienza en 2007, cuando la concesionaria se adjudica la administración de los estacionamientos de calle El Mañío, ubicado en Vitacura frente al supermercado Jumbo y los estacionamientos superficiales de Alonso de Córdova. La licitación venía con un “premio adicional” -según dice la denuncia- que permitía dotar a esta zona con estacionamientos subterráneos más adelante.

En la presentación se dice que la empresa tenía la obligación de replicar lo hecho en El Mañío. Es decir, construir cuatro niveles de estacionamientos bajo tierra, desde la Av. Bicentenario a Américo Vespucio. Sin embargo, el 25 de junio de 2014, la municipalidad de manera unilateral decidió, en una sesión del concejo cambiar condiciones de la licitación. La agrupación también acusó a la concesionaria de haber excedido los plazos que estableció originalmente la licitación para la construcción del proyecto, pues sus trabajos debieron comenzar a comienzos de 2019. Además, destacó que los ejecutivos de la concesionaria han presentado distintas versiones sobre las características reales de la iniciativa.

Pero la denuncia de los vecinos no es la única arremetida que enfrenta el proyecto Zoccalo.

El 25 de marzo, el concejal Felipe Irarrázaval (RN) envió un mensaje vía WhatsApp a algunos miembros de la agrupación denominada “No al Zoccalo”, anunciando que presentó una denuncia a Contraloría para pedir un pronunciamiento sobre la aprobación que hiciera el concejo en el año 2014, que terminó por “desnaturalizar la concesión original”.

“No es lo mismo licitar estacionamientos que locales comerciales con estacionamientos. Lamentablemente, no hay ninguna aprobación que tenga que ir al concejo y, por lo tanto, no hay facultades de los concejales hacia adelante y la aprobación del proyecto radica en Tránsito y Obras. Lo que sí puedo hacer como concejal es fiscalizar y por ello llevé el caso a la Contraloría para que se pronuncie respecto de lo aprobado el 2014 y que con ello se invalide la concesión”, dijo el edil que va por la reelección.

“El cambio consiste en pasar de 500 estacionamientos en subterráneo a 1.300, agregando 16.714 metros cuadrados de superficie como actividad complementaria, pudiendo utilizarse con fines comerciales. Es decir, en vez de ser una licitación de estacionamientos, se transformó en la construcción de locales comerciales, probablemente 25 restaurantes, que además tiene estacionamientos. Ello cambia la esencia de la licitación inicial, que en sus bases solo decía estacionamientos y que en su punto 2. Objeto Licitación decía la construcción y explotación de estacionamientos subterráneos y nada decía respecto de locales comerciales”, consignó la denuncia presentada por Irarrázabal.

Felipe Irarrázaval, concejal de Vitacura.
Felipe Irarrázaval, concejal de Vitacura.

Según el acta del concejo del 14 de junio de 2014, los cambios a la concesión del proyecto de estacionamientos de Alonso de Córdova que hoy son objeto de cuestionamientos fueron aprobados por la unanimidad de sus miembros. A la reunión asistieron el alcalde Raúl Torrealba y los concejales: Rodolfo Terrazas, Macarena Bezanilla, Aldo Sabat, Patricia Alessandri, Ricardo Moena, María José Domínguez y Matías Bascuñán.

Para Matías Bascuñán (UDI) -el único concejal que sigue en su cargo y que asistió a dicha sesión- “el proceso de concesión que permite tener un porcentaje de equipamiento ha pasado por todos los trámites legales y tramitaciones pertinentes. En lo conceptual el sacar vehículos de superficie y generar mejores espacios públicos es coherente con el desarrollo urbano de una ciudad”.

“El cuidado del medioambiente es central para nuestro proyecto”

Frente a las preocupaciones de los vecinos y locatarios, el director de la Concesionaria de Estacionamientos Alonso de Córdova (Zoccalo), Mauricio Muñoz Silva, respondió que “estamos al tanto de la consulta a la Contraloría y siempre valoraremos la supervisión y revisión de nuestro proyecto. Para nosotros desarrollar un proyecto legítimo, cercano a la comunidad, que respete normas sociales, comunitarias y legales es fundamental”.

“Somos un proyecto de estacionamientos subterráneos con servicios de barrio en Alonso de Córdova. Zoccalo tendrá cuatro subsuelos, tres de ellos destinados a estacionamientos y uno a comercio que complemente la actual oferta del sector. No es un mall. Es un proyecto que busca ampliar la capacidad de estacionamientos de la zona, pero lo más importante, mejorar la seguridad y la experiencia de todas las personas del barrio y sus visitantes”, acotó vía escrita.

“Sabemos que los desarrollos de este tipo pueden generar ciertas externalidades negativas durante su período de construcción, por eso para nosotros es fundamental promover espacios de diálogo y relación para conocer de primera fuente las inquietudes de quienes se pueden afectar, como vecinos directos y el comercio del sector. Lo que no compartimos, son campañas que se sustentan en información falsa y poco precisa”, explicó

Asimismo, dijo que todos los servicios o comercios complementarios que tenga el proyecto -ya sea un minimercado, un gimnasio studio o retail- serán siempre evaluados por su aporte al proyecto, pero esencialmente, por su contribución al sector. En esa lógica, agregó que “el cuidado del medioambiente es central para nuestro proyecto. Zoccalo no cortará 400 árboles y hará un trabajo de reemplazo y aumento de especies”. “Se utilizarán maceteros, los que consisten en un elemento de contención de tierra, con pared perimetral y sin fondo, para ganar más profundidad y permitir así un crecimiento mayor y natural de los árboles”, remató.

La maqueta del proyecto

ZOCCALO IV
ZOCCALO III
ZOCCALO II

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