El rol de Matthei en la crisis antes de su "día de furia"

Un camionero que a primera hora de la mañana cruzaba la calle Pedro de Valdivia en Providencia paró cuando vio a la alcaldesa Evelyn Matthei dirigiendo el tránsito. La inédita escena lo motivó a ofrecerle el chaleco amarillo que tenía en la guantera. La alcaldesa se lo puso y a los pocos minutos fue captada por la prensa que llegó al lugar.

Después de eso, lo que todos vieron casi en vivo por TV: la alcaldesa evitó a hablar con la prensa, ante la insistencia alertó que ante la violencia "vamos a tener ligerito a la gente armada" y corrió. 

La constatación de los destrozos en la comuna detonó el lado más explosivo de la que la ex senadora y candidata presidencial de la UDI, que fue evaluada por el presidente Sebastián Piñera como carta para llegar al ministerio del Interior en reemplazo de Andrés Chadwick. Sus dichos sobre civiles armados generaron rechazo de sus opositores en la comuna, incluso de aquellos con que suele tener un diálogo fluido como el concejal Jaime Parada.

Desde que partió la crisis, Matthei ha jugado un rol protagónico. Es de las alcaldesas del oficialismo que tiene línea directa con La Moneda y con el presidente Sebastián Piñera y la ha usado desde el estallido del 18 de octubre, que la pilló en Nueva York donde celebraba sus 50 años de matrimonio con el economista Jorge Desormeaux.

En privado ha buscado promover distintas instancias de diálogo entre el gobierno y la oposición. Y en las primeras horas del movimiento -estando fuera de Chile- se comunicó directamente con el entonces ministro del Interior, Andrés Chadwick, y con el exvocera Cecilia Pérez para transmitir que estaba en desacuerdo con la idea de sacar a los militares a la calle.

El domingo 20 de octubre la alcaldesa tomó un avión a Chile. A su llegada aun repercutía la frase del Presidente asegurando que "estamos en guerra" y todavía se viralizaba el audio de la primera Dama Cecilia Morel aludiendo a "los privilegios". En ese contexto, la alcaldesa habló de la desigualdad y de la falta de oportunidades frente a la elite. También dijo públicamente que no quedaba otra salida más que hacer un cambio profundo de gabinete que sacara al menos a ocho secretarios de Estado y que debía ser gente más representativa de la clase media.

Quienes han estado con Matthei en las últimas semanas aseguran que su gestión se ha compartimentado. Por un lado se cuadró por completo con la gestión de Carabineros y por otro lado intentó propiciar un diálogo con alcaldes de la oposición para coordinar una metodología para enfrentar los cabildos que promueve el gobierno y que, a su juicio, no deben dejar de lado el problema constituyente.

"Al principio no estaba a favor de una nueva Constitución", dijo la alcaldesa en Revista Sábado, no obstante, ahora cree que el tema no se puede obviar en los diálogos que propicia el gobierno. Una fuente cercana asegura que ese punto de vista se lo ha hecho ver al ministro de Desarrollo Social, Sebastián Sichel, y el Presidente Piñera.

Hasta ayer, la alcaldesa pensaba que podría haber un acuerdo a nivel de municipios en esa materia y por eso se comunicó con el alcalde de Independencia, Gonzalo Durán (ex PS) y de Renca, Claudio Castro (ex DC), pero ambos se cuadraron la metodología planteada por la mesa de Unidad Social que agrupa a varios gremios.

Frente a la gestión de Carabineros no hay matices. No solo ha relevado su gestión en las declaraciones públicas, también habilitó un sector de la municipalidad de Providencia en calle Pedro de Valdivia para acopiar y preparar donativos para la policía uniformada. Ella misma -dice un funcionario- ha estado preparando sandwich y snack para los carabineros.