Se repite consumo de alcohol: boleta de primer restaurante al que Monsalve llevó a la víctima revela que pidió cuatro pisco sour

Manuel Monsalve

Un patrón es el que tuvieron los dos encuentros fuera del trabajo entre el imputado, el exsubsecretario del Interior Manuel Monsalve, y la funcionaria de gobierno que hoy lo acusa de violación. Y es que en ambos -el primero el 1 de septiembre y el segundo el 22 del mismo mes- hubo situaciones idénticas y que terminaron sellando la denuncia presentada por la mujer de 32 años. Las boletas de ambos restaurantes fueron uno de los primeros factores que levantaron las alarmas de los investigadores.


Durante esta jornada de martes 19 de noviembre la Fiscalía Centro Norte rinde una prueba de fuego, y es que tras un receso de cinco días se retomó la audiencia de formalización en contra del exsubsecretario del Interior Manuel Monsalve, quien fue imputado por abuso sexual y violación en contra de una subalterna. Al finalizar la jornada, el juez Mario Cayul tiene que determinar si acoge la petición del Ministerio Público y deja a la otrora autoridad bajo la medida cautelar de prisión preventiva por considerarse su libertad un peligro para la seguridad de la sociedad.

Mientras esto se desarrolla en el Centro de Justicia, una serie de nuevas pruebas alojadas en la capeta de investigación se han ido conociendo. Testimonios y peritajes que -al menos- para la magistrada Isabel Margarita Correa, quien autorizó y despachó orden de detención en contra de Monsalve el jueves pasado, se presentan como antecedentes serios de la existencia de los delitos denunciados el 14 de octubre pasado y la participación del imputado en los mismos.

“Puede concluirse que se trata de una sólida y prolija investigación que incluye declaraciones de testigos presenciales y de contexto, pericias sexológicas, bioquímicas, de ADN, examen y levantamiento de información de cámaras y teléfonos celulares, entre otras diligencias, de las cuales se puede concluir que efectivamente hay antecedentes serios y contundentes tanto referentes a la ocurrencia de los ilícitos como a la participación del imputado”, se lee en su resolución fechada el miércoles y ejecutada por la PDI el jueves de la semana pasada.

Los consumos

Entre la serie de peritajes y testimonios están también las boletas que respaldan los consumos de alimentos y bebidas alcohólicas que acompañan este caso. Y es que la víctima, una mujer de 32 años, funcionaria de la Subsecretaría de Interior, refiere que tras un segundo encuentro entre ambos, el 22 de septiembre en el restaurante Ají Seco Místico, no recordaba nada. Apagón que sobrevino luego de consumir un tercer pisco sour catedral esa tarde de domingo, luego que su jefe la citara a dicho local.

La Tercera tuvo acceso al consumo de ambos ese día. La copia de la boleta dejó en evidencia datos que sorprendieron a todos los presentes en la audiencia del pasado viernes: en total, esa noche se consumieron ocho pisco sour catedral, lo que daría cuenta de una ingesta de alcohol de parte de la mujer incluso más allá de lo que pudo recordar.

De hecho, la declaración del personal del restaurante es que en la cuenta de Monsalve y la mujer se consumieron “una entrada de machas a la parmesana, un plato de picante de marisco y uno de salmón”, que sería coherente con el relato que la víctima realizó en la investigación.

Además, el detalle da cuenta de que cada uno de los ocho pisco sour catedral (el tamaño más grandes que ofrece el local, con un valor de $8.500 cada uno) tiene un volumen de 330 ml, de los cuáles 180 ml corresponden a pisco. Es decir, en el consumo de cuatro pisco sour catedral por persona se habrían tomado 720 ml del destilado, casi una botella del formato tradicional del producto.

El total fue de más de $118.000 pagados en efectivo por la exautoridad.

Los patrones del caso

Al analizar ambos encuentros, Monsalve casi se vistió de la misma forma y pagó ambas cuentas en efectivo. Tanto el 1 como el 22 de septiembre anduvo sin escoltas, teniendo en cuenta que en esa época era el jefe de las policías y una de las figuras del gobierno más importantes en el combate contra el crimen organizado. Según declararon los escoltas, él mismo los despachó, como era día domingo, argumentó que no saldría y descansaría en su hotel. Lo que no sucedió.

Si bien hasta el momento se conocían solo detalles entregados por la denunciante respecto del almuerzo en el Costanera Center, hoy surgen más antecedentes. En el expediente, según la boleta a la que accedió La Tercera, se vuelve a registrar un profuso consumo de pisco sour, aunque -en esta ocasión- serían solo por parte del entonces subsecretario. Ese día es importante para el hilo que sigue la investigación, y es que la víctima refiere que tras acudir al restaurante Milá, en el último piso del mall, fueron hasta un parque donde sin mediar aviso el imputado la habría besado, sin consentimiento. Y si bien la Fiscalía decidió no imputar “abuso por sorpresa” respecto a esa conducta, no es menor para el contexto de lo que ocurrió en esa primera salida.

En la boleta aparece como primer consumo una “michelada”, es decir una cerveza acompañada de limón y sal. Eso lo habría pedido Monsalve, según declaró la propia víctima. “Llego al Costanera Center y él estaba solo, ubicado en una mesa del restaurante, tenía lentes oscuros, tenía un jockey, cuyo color no recuerdo, y tenía una polera clara, como polera informal. Se estaba tomando una cerveza. Esto fue el domingo 1 de septiembre. Llegué a las 14.00 o 14.15 horas aproximadamente. En ese momento mantuvimos una conversación normal respecto de temas laborales, proyecciones políticas y profesionales y, más que nada, trayectoria académica”, declaró la denunciante.

La mujer, según la boleta a la que accedió La Tercera, pidió una limonada menta jengibre. De fondo pidieron lomo vetado argentino, una ensalada césar pollo, y luego -nuevamente- una limonada. Tras esto consumieron un postre llamado “Don Pedro” (que contiene whiskey), luego una cerveza Gross y dos pisco sour clásicos de $7.400 cada uno. El detalle da cuenta que después de eso pidieron un americano y un expreso doble, para volver a pedir dos pisco sour más. ¿Quién consumió qué?, al menos en las declaraciones de la víctima no hay referencia de aquello, como sí lo hay de la salida en el restaurante peruano.

El saldo de la cuenta en esta oportunidad fue de $88.700, pagado en efectivo por Monsalve.

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