Columna de Rodrigo Guendelman: El contexto es patrimonio
Hoy y mañana son días de fiesta para celebrar esos lugares que, como sociedad, consideramos importantes para valorar nuestro pasado y tratar de entender nuestro presente. Por segundo año, el Día del Patrimonio se toma el fin de semana completo (aunque, ojo, hay lugares que abren sólo el sábado y otros sólo el domingo). Una fiesta ciudadana que hace rato superó el millón de visitantes y que nos permite conocer o comprender (gracias a las múltiples visitas guiadas) muchos de los espacios que nos terminan enamorando de la ciudad en que vivimos.
La semana pasada, el gran cronista urbano Miguel Laborde escribió una columna titulada "Ciudades que hablan", en la cual se refería a las placas conmemorativas. "Puesta en un muro, ella dice que la edificación ahí elevada no es privada ni ajena; es de toda la ciudad que comparte los valores de quien ahí vivió o trabajó, y de la nación que se benefició de sus talentos y que así lo agradece. Esa información ayuda a construir un nosotros, acorta las distancias entre unos y otros", explicaba.
A lo que Laborde se refiere es al contexto, una palabra que me obsesiona hace años y a la que he decidido orientar parte de mi tiempo y energía. El contexto es fundamental al momento de enfrentarse al arte, la arquitectura, el diseño, a la apreciación estética de cualquier manifestación tangible o intangible.
Para valorar la artesanía de Quinchamalí o los edificios de Ricardo Larraín Bravo, para apreciar el trabajo de escultores abstractos como Sergio Castillo o de artistas urbanos no figurativos como Matu, para contemplar con la boca abierta los frescos de Fray Pedro Subercaseaux y los vitrales traídos de Francia del edificio que hoy alberga al Tribunal Constitucional, necesito información, relatos, datos que me permitan hacer conexiones mentales, fechas, nombres, apellidos, trivia. Eso es contexto.
En el bandejón central de la Alameda, a la altura de la torre Entel, hay una escultura. Una de mis favoritas de Santiago. Es de Samuel Román, y es un homenaje a las educadoras de nuestro país. Nada de esa información se puede leer en alguna parte del monumento. ¿Por qué? Porque en la gran mayoría de las comunas de Chile, la manera de "restaurar" una escultura es pintándola por completo y borrando toda la información que dejó su autor. ¿Por qué pedirle a un joven de 15 años, que tiene una lata de spray en su mano, que no deje su registro en esa obra si no nos preocupamos como sociedad de darle la más mínima información, el mínimo contexto de lo que tiene al frente?
Por eso son importantes las placas conmemorativas de las que habla Laborde. Por eso es relevante que usemos todo tipo de formatos, como redes sociales o aplicaciones, para entregar información atractiva. Sólo cuando se conoce, se quiere; y sólo cuando se quiere, se cuida.
Por eso es fundamental el Día del Patrimonio. Las puertas de tantos lugares inaccesibles se abren de manera gratuita. Podemos entrar, apreciar, aprender, escuchar, fotografiar, viralizar. Basta una visita al observatorio astronómico Manuel Foster, en el cerro San Cristóbal, para quedar impresionado y transformarse en un potencial guardián. El Día del Patrimonio estrecha lazos entre las ciudades y los ciudadanos. Nos damos cuenta de que muchos de los más espectaculares lugares de nuestra ciudad nos pertenecen a todos. Visitamos el Congreso Nacional de Santiago y no podemos creer la belleza de su jardín y la hermosa arquitectura neoclásica que lo caracteriza. Entramos a la Intendencia Metropolitana y quedamos con tortícolis de tanto mirar sus espectaculares vitrales.
Y ese placer comienza, en algunas personas, a hacerse adictivo y entonces queremos saber más de ese arquitecto que nos interesó o de ese escultor que nos cautivó o de ese paisajista que mejoró la ciudad hace 100 años. Y navegamos por internet y compramos libros y aprendemos y nos damos cuenta de que hay tanto por seguir conociendo. Y entonces comprendemos que el contexto es tan importante, que también podríamos declararlo una forma de patrimonio.
Salga, por favor, hoy y mañana a la calle a vivir la ciudad. Toda la información de este fantástico evento gratuito está en www.diadelpatrimonio.cl
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